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El enigma de la serpiente que sedujo a actrices, cantantes y socialités

El animal más representado en el arte y la mitología es el hilo conductor de la nueva muestra que Bvlgari lleva al museo Thyssen.

El Serpenti Blue Heaven, compuesto de cuatro tanzanitas, cinco aguamarinas y dos diamantes, todos en forma de pera,
engastados en un collar con más de 200 pequeños zafiros.
El Serpenti Blue Heaven, compuesto de cuatro tanzanitas, cinco aguamarinas y dos diamantes, todos en forma de pera, engastados en un collar con más de 200 pequeños zafiros.Antártica

De pecado a la resurrección, de la metamorfosis a la abundancia, la serpiente siempre ha ocupado un lugar simbólico en la mitología de todas las civilizaciones occidentales y, por lo mismo, su presencia recorre toda la Historia del Arte, de la Antigüedad al mundo contemporáneo. Cuando la casa romana Bvlgari creó su Serpenti a finales de los años cuarenta, lo hizo no solo con la intención de condensar con ella el legado de su ciudad de origen, sino también con el fin de crear una pieza de joyería fácil de llevar y hasta funcional en un periodo, la posguerra, en el que la sobriedad marcaba la pauta estética. Aquellos relojes enjoyados, realizados con la novedosa técnica de tubogas (piezas flexibles ensambladas sin soldar), fueron poco a poco seduciendo a actrices, cantantes y socialités, y con los años, la firma fue plagando de serpientes sus colecciones, de relojes a bolsos o piezas de alta joyería.

Cleopatra llevaba joyas con forma de serpiente en la cabeza y las muñecas porque, según la creencia del Antiguo Egipto, eran las zonas en las que este animal dotaba a su portador de inmortalidad. Cuando Elizabeth Taylor rodó la película en 1963 comenzó su largo idilio con Bvlgari.
Cleopatra llevaba joyas con forma de serpiente en la cabeza y las muñecas porque, según la creencia del Antiguo Egipto, eran las zonas en las que este animal dotaba a su portador de inmortalidad. Cuando Elizabeth Taylor rodó la película en 1963 comenzó su largo idilio con Bvlgari.Everett Collection/ Cortesía de Bvlgari

Ahora que se cumplen 75 años de aquella primera creación, Bvlgari ha iniciado un viaje de celebración que recaló el pasado invierno en Milán y Londres, y que desde el 17 de febrero y hasta el 19 de abril estará en Madrid en forma de una nueva exposición en el museo Thyssen (en 2016 presentaron allí Bvlgari y Roma, en la que las joyas dialogaban con la arquitectura de la ciudad). Titulada 75 años de historias infinitas, exhibirá piezas de archivo junto a obras de arte de todos los estilos y periodos en los que la serpiente ocupa un lugar protagonista.

De Lucas Cranach a Singer Sargent, de Caravaggio a Kirchner, las distintas representaciones simbólicas de este animal tendrán su réplica en la evolución histórica de las joyas de la casa, en un recorrido que finalizará con una instalación inmersiva en los jardines del museo creada para la ocasión por Refik Anadol y con la metamorfosis como hilo conductor.

Para celebrar su llegada a la capital, Lucia Silvestri, directora creativa de Bvlgari, ha realizado una pieza única a la que ha llamado Serpenti Blue Heaven. Un diseño con dos serpientes de diamantes entrelazadas que evoca las gargantillas en espiral propias de la cultura grecorromana y de las que cuelgan tanzanitas, aguamarinas y zafiros tallados en forma de lágrima, cuyos distintos tonos y destellos evocan hasta 10 gradaciones del color azul, una idea que para la firma representa el homenaje perfecto al cielo de Madrid. “La forma del collar reinterpreta la simbiosis de Italia y España, su unión a través de los colores mediterráneos”, explican desde la marca sobre esta pieza, que se completa con unos pendientes de estructura similar y cuya confección artesanal se prolongó hasta las 1.400 horas de trabajo manual.

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