Diseñadores de vestuario a los que no perder la vista

Foto: Netflix

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Jennifer Eve Camisa de cuadros, Levi`s y body rojo, la combinación de Mickey que ya queremos para nuestro armario. Tras proyectos como Glee, esta diseñadora es la encargada de imprimir carácter a los personajes de la serie Love gracias a un uso maestro de la ropa vintage. Aquí la búsqueda de piezas únicas es clave, y en palabras de Gillian Jacobs, la protagonista, Eve “hace un trabajo increíble”. En ocasiones también recurren al armario de Lesley Arfin, una de las guionistas.
Foto: Starz

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Terry Dresbach Tiene en su currículum series como Buffy Cazavampiros o Al margen de la ley y ha conseguido deleitarnos con los trajes de época en Outlander. Fue la responsable de poner en contacto a su marido Ronald D. Moore, productor ejecutivo de la misma, con los libros. Desde su blog da detalle de parte de las 10.000 piezas que ha tenido que elaborar para esta segunda temporada, en la que muestra la opulencia del París del s. XVIII.
Foto: HBO

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Jennifer Rogien Si la ropa tiene el poder de revelar la personalidad de una persona, Rogien lo demuestra de manera exquisita en Girls (y también en Orange is the new black). Su labor para reflejar la evolución de cuatro chicas de Brooklyn queda patente en la última temporada de la serie, de la relación con los estampados de Hannah a los looks de Soshanna en su etapa en Tokio. Para ambas series el proceso de creación es similar y acaba recurriendo a las mismas tiendas de segunda mano.

Foto: HBO

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John Dunn ¿Qué tienen en común Vinyl o Boardwalk Empire? Este peso pesado en términos de vestuario. Aunque ha caído fulminada en la primera temporada, Vinyl nos deja unos estilismos de los años 70 para el recuerdo. Tener a Mick Jagger entre los productores es una de las fuentes más inspiradoras, pero Dunn bebió de otras referencias como la revista para groupies de la época Star y diseñadores como Ossie Clark o Biba.
Foto: BBC

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Edward K. Gibbon Su portfolio incluye la serie de Skins, las dos últimas temporadas de Diario secreto de una Call Girl y su último proyecto más ambicioso, dar vida a los personajes de Tolstoi en Guerra y paz. En seis capítulos condensa 400 trajes para los personajes principales y más de 1.000 para los extra con una variedad de años que incluye desde los vestidos imperio de la época de la Regencia hasta un estilo más campestre marcado por el estilo de vida de los terratenientes rusos del s. XIX.
Foto: Cordon Press

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Kimberly Adams-Galligan Su repertorio es de lo más variado y se ha movido entre la heroína adolescente (Lizzie McGuire) y el cine infantil (Las crónicas de Narnia) a dramas como Pozos de ambición o la trama proto-geek de Halt Catch and Fire. Ambientada en los 80, lejos queda de esas hombreras marcadas y esos looks sexualizados. La idea era vestir a su protagonista, Cameron, "como si todo su armario cupiese en un petate militar” explicaba Galligan para Vanity Fair. Ahora le ha tomado el relevo Kathryn Morrison.

Foto: Canal Historia

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Joan Bergin Otra de los pesos pesados de la industria. Ganadora de 3 Emmys por su increíble labor en la serie Los Tudor, es la cabeza visible (por lo menos hasta esta última temporada) del equipo de vestuario de Vikingos. Una producción que está echando por tierra clichés relacionados con esta cultura. A esto se le suma en las últimas temporadas el reto de reflejar también los vestidos de las cortes medievales de París o Mercia (antigua Inglaterra).
Foto: Canal +

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Madeline Fontaine Detrás de la serie más ambiciosa de la televisión francesa se encuentra la presidenta de la Asociación Francesa de Trajes del Cine (AFCCA) y la responsable de grabar en nuestras retinas los vestuarios de Yves Saint Laurent (por el que estuvo nominada a los premios César) o de Amélie. En Versailles, el equipo de Fontaine da vida a la pomposa corte de Luis XIV, una labor colosal de suntuosas pelucas y trajes hechos a medida creados específicamente para la serie.
Foto: BBC

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Marianne Agertoft Esta diseñadora le está cogiendo gusto a las series históricas de la BBC. Del homenaje decimonónico a Orgullo y Prejuicio con La muerte llega a Pemberly, Agertoft nos transporta hasta el s. XVIII con Poldark. Más allá de ver a Aidan Turner cabalgando colina arriba, colina abajo, nos quedamos con los contrastes de vestuario entre la burguesía y los mineros de Cornualles en este reboot que ya triunfó en los años 70.