Totalmente catatónica tras un viaje a Florencia en el que tuvo una revelación -nos pasaría a muchos si pudiéramos disfrutar de la galería de los Uffizi a solas- Laura Martín, que en su anterior colección se enzarzó en una lucha por malear materiales pesados, le pasa un filtro pop a los Médici, la Madonna o la Sagrada Familia, a los que envuelve en organiza teñida, seda o nailon, poniéndolos en perspectiva a base de nudos y pliegues, estampados a modo panorámico; tejidos, como ella misma nos explica "que pasan siempre por sus manos. No compro nada que no trate personalmente en mis talleres". Con ello, consigue una colección cuya ligereza no se corresponde con la profundidad de sus sutilmente erigidos diseños. Martín, vende hace tiempo su ropa en Europa y tiene previsto hacerlo próximamente en los Emiratos Árabes Unidos.
De «fitting» con Martin Lamothe
Es una de las jóvenes con más proyección internacional y nos enseña su colección horas antes de su desfile.
Foto: Laia Cenea
