_
_
_
_
_

Cuando sudar (mucho) es un problema

Está esperando para entrar a una entrevista de trabajo y está nerviosa, pero no por la entrevista en sí, sino porque sabe que tendrá que dar la mano al entrevistador y eso le produce terror. La tiene sudada y el pañuelo de papel no consigue secarla más de un segundo, por mucho que lo intente. Muchos se mueren por coger la mano de su nueva novia, pero antes morir que dársela con sudor. Y otros se avergüenzan porque notan la cara de asco del compañero que le ha cogido el boli prestado un segundo y se lo ha encontrado mojado.

Esas situaciones y otras peores se producen a diario en los afectados por hiperhidrosis, un trastorno que supone un exceso de sudoración sin que haya ninguna causa que lo justifique. No sudan por estrés o calor, lo hacen de una forma generalizada o localizada en cantidad desproporcionada al estímulo o incluso en ausencia de éste. “Normalmente se produce por la presencia de un número excesivo de glándulas sudoríparas en alguna parte del cuerpo”, explica el doctor Xavier Santos-Heredero, del hospital Montepríncipe de Madrid. Esas partes suelen ser, por regla general, axilas, palmas de manos y pies, y zona cráneofacial.

Hay enfermedades infecciosas, neurológicas, tumorales, endocrinas o efectos secundarios de fármacos que pueden ocasionar una sudoración excesiva, pero cuando no es el caso, y se suda sin más, los expertos lo llaman hiperhidrosis primaria. Afecta a un 3 por ciento de la población y en casi la mitad de los casos hay un claro componente hereditario. Pero el doctor Santos-Heredero advierte: “No existen perfiles definidos de la hiperhidrosis y afecta tanto a mujeres como hombres”. Es casi como que si te toca, te ha tocado.

El sudor puede ocasionar graves problemas de relaciones en el trabajo y en el ámbito social, porque empapa la ropa, los utensilios e incluso puede llegar a gotear. “Además de estas molestias, se producen otras complicaciones como son la maceración, el mal olor (bromhidrosis) y la sobreinfección cutánea por bacterias (Queratolisis picada) que puede ocurrir en las plantas de los pies. En las palmas de las manos favorece el desarrollo de dishidrosis y de dermatitis de contacto, además de ocasionar manos frías y cianóticas”, explican en la Clínica Universidad de Navarra.

El doctor Agustín Viera, especialista en dermatología de la Clínica Ivalia Dermis de Las Palmas de Gran Canaria, precisa que otro mecanismo que se ha relacionado con el exceso de sudor es el aspecto psicológico. El estrés generado al sudar en público provoca una mayor sudoración, lo que crea más ansiedad, y vuelta a empezar. Evidencia clara de ese factor psicológico es el hecho de que “no sudamos en exceso cuando dormimos y que en muchos pacientes el desencadenante del estrés o la ansiedad pone en marcha de forma descontrolada el sudor. No obstante la hiperhidrosis no se considera un trastorno emocional. Un aspecto que apoya esta consideración es la observación de hiperhidrosis en niños”.

Google está lleno de entradas del tipo “qué hacer cuando sudas mucho”, “me sudan las manos, ¿qué puedo hacer?”, y foros más o menos especializados al respecto, de personas que intentan solucionarlo por su cuenta, con remedios caseros, antes de acudir al especialista. Durante los últimos años se han incorporado eficaces tratamientos para el control del exceso del sudor. La medida más sencilla es el empleo de antitranspirantes, en forma de loción o spray, sustancias que reducen el sudor durante un tiempo determinado, pero que precisan de continuas aplicaciones, solo son efectivos en casos leves y pueden irritar la piel.

Otras opciones son la toxina botulínica -que se emplea frecuentemente, tanto en las palmas de las manos como en las axilas-, tratamientos farmacológicos y de otro tipo, como la iontoforesis, el paso de corriente eléctrica sobre la piel húmeda con una baja intensidad. El problema de todos ellos es que no son definitivos. Exigen aplicaciones periódicas y constantes, lo que en muchas ocasiones provoca el abandono del paciente por aburrimiento.

Los expertos admiten que solo hay dos opciones definitivas para atajar la sudoración excesiva que tantos problemas de relaciones sociales ocasiona: Una de ellas es la simpatectomía, un procedimiento quirúrgico en el que se realiza un corte de ganglios de la cadena del sistema nervioso simpático, “lo que imposibilita la emisión del estímulo nervioso a nivel central y así se controla, actuando sobre ganglios específicos, el exceso de sudoración a nivel de palmas, craneofacial o plantas. Su principal indicación es la hiperhidrosis palmar. Tiene como frecuente efecto secundario, limitante para muchos pacientes, una impredecible hiperhidrosis compensatoria o refleja”, detalla el doctor Viera.

La otra opción para atajar la hiperhidrosis de forma permanente es un láser llamado Precisión Tx de Cellulaze, una opción que los especialistas ya utilizan, sobre todo en el exceso de sudor en las axilas, y para la que solo se precisa anestesia local. “Permite destruir selectivamente las glándulas sudoríparas gracias al efecto térmico del láser dirigido selectivamente hacia las zonas donde son más abundantes gracias a la cánula que lo orienta hacia el lugar deseado”, dice Santos-Heredero.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_