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Cortar, coser o pulir: todo el trabajo artesanal detrás de los mocasines de Louis Vuitton

Los zapatos estrella del desfile primavera-verano 2020 de la casa, inspirado en la Belle Époque, esconden todo el saber hacer de sus artesanos.

Los nuevos mocasines de la marca combinan el saber hacer artesano con las últimas tecnologías.
Los nuevos mocasines de la marca combinan el saber hacer artesano con las últimas tecnologías.cortesía de Louis Vuitton

Como sucede con tantos otros clásicos del armario, resulta complicado rastrear el origen de los mocasines. Sí se sabe, sin embargo, que a principios del siglo XX los pescadores noruegos utilizaban un confortable calzado formado por dos trozos de cuero cosidos externamente o que varias tribus nativas americanas empleaban un modelo similar varios siglos atrás. También que se convirtió en zapato preferido de Audrey Hepburn para bailar en Una cara con ángel o de Grace Kelly para sus momentos de descanso. Emblema de los colleges anglosajones en los años cincuenta y elemento indispensable del look preppy, el icono ha pasado ahora por las manos de Nicolas Ghesquière en Louis Vuitton.

VER FOTOS: ASÍ SE HACEN, PASO A PASO, LOS NUEVOS ZAPATOS DE LOUIS VUITTON

La coctelera de creatividad del francés los ha convertido en zapato estrella del desfile primavera-verano 2020 de la casa y en piezas absolutamente contemporáneas, fusionando elementos pasados y futuros. Inspirada en la Belle Époque, la colección de la firma rinde homenaje a esa época vivaz en la que París estaba cargado de encanto. Mangas abullonadas, toques Art Nouveau, broches en forma de lirios y hasta melenas elevadas al más puro estilo Gibson Girl dan forma a las propuestas que dialogan con la influencia del tiempo en la moda.

Los zapatos se rematan con un pulido a mano.
Los zapatos se rematan con un pulido a mano.cortesía de Louis Vuitton

Según los libros de historia, la Belle Époque se desata a partir de 1871, justo el momento en el que Louis Vuitton se traslada junto a su familia a una localidad al norte de París donde el creador había instalado el primer taller de la maison varios años antes. Allí 20 artesanos daban forma a los baúles que empezaban a recorrer el mundo en modernos ferrocarriles y barcos de vapor. Precisamente un saber hacer que se transmite hasta hoy y que se recoge en los nuevos accesorios. El calzado se sigue ensamblando con herramientas tradicionales a las que se suman las últimas tecnologías, siempre supervisadas por el sabio ojo humano.

El tacón recrea una de las flores del célebre Monogram.
El tacón recrea una de las flores del célebre Monogram.cortesía de Louis Vuitton

El modelo Academy, probablemente el más preppy, combina una suela con plataforma (hecha de múltiples capas de piel) con un empeine forrado con la insigne lona Monogram. Un diseño de Georges Vuitton de 1896 que mezcla las corrientes favoritas de aquel momento: el japonismo y el neogótico. Suma un ingenio que entonces supuso toda una sacudida, las iniciales del creador entrelazadas que darían forma al logo tal y como hoy lo conocemos.

La versión con tacón del mocasín, el Swift, toma referencias del mundo del ciclismo y se fabrica en tejido técnico. Su tacón recrea precisamente una de las flores del motivo Monogram, que se inspira en los kamon japoneses (emblemas que, como blasones, usaban las familias del país del sol naciente). Otro admirable ejemplo de cómo pasado y presente se trenzan para dar luz a las creaciones del futuro.

Las herramientas tradicionales para tratar la materia prima apenas han cambiado desde que Louis Vuitton abriera su primera boutique, a pocos pasos de la Place Vendôme en 1854.
Las herramientas tradicionales para tratar la materia prima apenas han cambiado desde que Louis Vuitton abriera su primera boutique, a pocos pasos de la Place Vendôme en 1854.cortesía de Louis Vuitton

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