_
_
_
_
_

Benicio Del Toro: «La paternidad ha hecho que me vuelva más responsable»

El actor puertorriqueño triunfó en Cannes con su retrato de un indio estadounidense traumatizado por su pasado en Jimmy P. Un regreso al cine que compagina con una nueva campaña de moda y su (también nuevo) papel de padre de una niña de 20 meses.

Benicio del Toro

Benicio del Toro se presenta recién amanecido y sin muchas ganas de hablar. «Le advierto que cuando he dormido poco puedo ponerme agresivo», previene el actor, sin que quede claro si lo dice en broma o en serio. Se acaba de convertir en uno de los protagonistas del Festival de Cannes con Jimmy P., donde interpreta a un indio estadounidense traumatizado por su pasado. Un giro hacia el cine de autor a las órdenes de Arnaud Desplechin, que compatibiliza con una campaña para una firma de moda y su nuevo estatus de padre de Delilah, nacida tras su breve relación con la hija de Rod Stewart, Kimberly.

Su película defiende el psicoanálisis como manera de acabar con los traumas que uno arrastra. ¿Lo comparte?

No solo lo comparto, sino que también lo practico. Tengo la costumbre de analizar mis sueños. El cerebro nos habla mientras dormimos y está bien que intentemos entender qué nos quiere decir. No pretendo sonar como si fuera un médico, pero diría que es el camino a seguir para curarse. Mi interés por todo esto empezó al hacerme actor. Cada intérprete tiene que psicoanalizar a sus personajes para comprender el origen de sus debilidades.

Tiene fama de intenso. ¿Le cuesta despegarse de los papeles que interpreta?

Me puedo enganchar a ellos. Reconozco que me cuesta un tiempo olvidarlos.

Parece tomar cada vez más distancia respecto al cine comercial que le ofrecieron tras ganar el Oscar.

He desarrollado mi carrera en el cine independiente, haciendo películas que serán mejores o peores, pero que tienen el mérito de ser originales. Me gusta trabajar con directores que puedan expresar su visión.

¿Y eso no sucede en Hollywood?

Hay más limitaciones. El interés de los estudios es que la mayor cantidad de personas vaya a ver cada película, por lo que necesitan abrirla a todo tipo de público. En ese proceso no siempre se refleja el punto de vista de su creador. Y yo quiero trabajar en proyectos que no sean solo entretenimiento, sino también una forma de arte.

Se ha convertido, a su pesar, en carne de paparazis. ¿Le disgusta su imagen pública o diría que coincide con su auténtica identidad?

No sé qué decir. He decidido que quiero pasar más desapercibido. Entre otras cosas, porque ahora tengo una hija. Ser padre lo cambia todo. Tiene 20 meses y siento que crece cada día. Quiero estar presente para poder observar su desarrollo. No dejo de repetirme: «¡Eres padre, tío!». Y eso hace que te vuelvas más responsable. Hay algo que cambia dentro de ti. Me pregunto en qué se convertirá dentro de 10 años, si la apuntaré a judo y cosas así.

No tiene pinta de cambiar muchos pañales…

Pues sí que he cambiado algunos. He aprendido. No se me da muy bien, pero me aseguro de que quede limpia.

¿Ser padre afectará la orientación de su carrera?

No creo. La semana que nació estaba rodando Salvajes, con Oliver Stone. Mientras ella estaba en el hospital, yo mataba a gente con una pistola. Lo que sí puede pasar es que haga animación o algún proyecto para niños.

Una prestigiosa marca de moda italiana le ha escogido como su nuevo rostro. ¿Por qué aceptó?

Porque hace ropa bonita y de buena calidad, porque me gustan sus diseños y, sobre todo, porque a alguien se le ocurrió proponérmelo. Además, ahora tengo que pensar en otro ser humano, en esa pequeña criatura de la que estoy enamorado. Económicamente, hacer publicidad te permite vivir más holgadamente por un tiempo.

¿Esta situación le permite también tomar decisiones más arriesgadas en el cine?

Seguiré aventurándome. Elijas lo que elijas, el cine siempre implica un riesgo. Colocarse delante de una cámara supone ponerse en peligro. Sabes que no podrás controlar el resultado, todo el mundo tendrá una opinión sobre lo que hagas y habrá quien te diga que lo has hecho fatal.

¿Nos confirma que estará en lo nuevo de Paul Thomas Anderson?

No lo voy a hacer. Sí he hecho un pequeño papel en la última película de Terrence Malick, pero con él nunca sabes si saldrás en pantalla.

¿Su último sueño?

Dirigir. Ojalá suceda pronto. Ha llegado la hora de que cuente mi propia historia.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_