Aunque no aparca del todo la temática gipsy –los estampados siguen ocupando un puesto privilegiado en la colección, así como los clásicos vestidos de punto en manga larga y lápiz, o hasta los pies, irrumpidos por cortes geométricos en bustos y hombros– Peter Dundas aburguesa y refina a una mujer Pucci que al estilo de Catherine Deneuve en Belle de jour alterna decoro -cuellos altos- y erotismo -transparencias- sin morir en el intento.
Tan sofisticadas son sus prendas de abrigo –trenchs barnizados, exageradas pieles y blazers tipo esmoquin siempre sobre los hombros- y sus complementos -botas de caña alta y ancha más salones de raso con broches- como absolutamente lujurioso resulta el lamé, los brillos, la pedrería o las aplicaciones en piel de cocodrilo.