Una nación sin bandera, una estrella de la moda y un conflicto diplomático: la lucha por ganar la medalla del estilo en los Juegos Olímpicos

Foto: Telfar

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Fue Vanessa Friedman en The New York Times quien desveló la sorprendente noticia de que Telfar Clemens, el diseñador neoyorquino más en boga de los últimos tiempos y creador de un bolso que ha causado auténtico furor en la industria, sería el encargado de vestir en Tokio a la delegación olímpica de Liberia, compuesta por cinco atletas. Fue uno de ellos, el velocista Emmanuel Matadi, quien tomó la iniciativa de contactar con el modisto tras escuchar a su novia hablar sobre los bolsos de Clemens, hijo de padres liberianos que inmigraron a Estados Unidos durante la guerra civil de 1990, cuando él solo tenía cinco años. El modisto ha creado una colección de hasta setenta piezas y afirma que, tras esta experiencia, pondrá a la venta en su catálogo prendas de inspiración deportiva. “Esta es la ropa que queremos vender para el resto de nuestras vidas”, confesó a Friedman.
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Olvidadas ya las polémicas prendas de la marca Bosco que levantaron en armas a la industria nacional, la empresa deportiva castellano-manchega Joma repite como proveedora de los uniformes que la delegación española lucirá este verano en Japón, y que presentaron el pasado mes de junio los abanderados Mireia Belmonte y Saúl Craviotto. La sostenibilidad, en línea con el espíritu de estos Juegos Olímpicos, ha sido el hilo conductor de una colección compuesta por una línea de calzado y más de treinta tipos de piezas diferentes, confeccionadas por primera vez a partir de plástico procesado y convertido después en hilo de poliéster. El color blanco también es protagonista en una línea que cuenta con los tradicionales detalles en rojo, amarillo y azul.
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El espíritu preppy se apodera una vez más del nutrido Team USA gracias a la nueva colección imaginada por Ralph Lauren para la expedición estadounidense, a la que viste desde 2008. Las prendas, fabricadas a partir de materiales sostenibles, no renuncian al clásico logo del caballo de la firma ni a la bandera del país, pero apuestan por un blanco puro como epicentro estético. La inspiración naval también está presente, especialmente, en una chaqueta con el cuello vuelto en azul oscuro que recuerda a la lucida por los soldados de la Marina estadounidense.

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Canadá se lleva la medalla de oro a la hora de conjugar el espíritu olímpico con el streetwear gracias a lo que ellos mismos han calificado como el ‘esmoquin canadiense’: una chaqueta vaquera repleta de grafittis, parches y demás detalles que homenajean a su país y a la nación anfitriona. Un uniforme diseñado por la marca Hudson Bay en colaboración con Levi’s y que, aseguran, “festeja la inclusión y la neutralidad de género al mismo tiempo que captura un sentimiento juvenil y de celebración”.
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97 años después de que se alzara con la medalla de bronce en el torneo de dobles de los Juegos de París, René Lacoste vuelve a representar a Francia en la mayor competición deportiva del mundo. La firma del cocodrilo viste a la delegación gala en Tokio con una colección que rinde homenaje al país organizador con referencias a los kimonos y a los colores de su bandera, pero en la que el impermeable oversize tricolor es la indiscutible estrella.
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Después de que Stella McCartney fuera la encargada de vestir a la expedición británica en las últimas dos citas olímpicas, ahora es la enseña Ben Sherman, icono de la moda sesentera, la encargada de darle un atractivo punto mod a los atletas de las islas. Los colores de la Union Flag y el león rugiente –símbolo nacional desde el siglo XI– inspira la patriótica colección, que plasma el lema ‘Strong Through Unity’ (‘Fuerza a través de la unidad’) en el forro de una emblemática chaqueta Harrington perfecta para combinar con unos vaqueros… aunque el deporte no esté entre tus prioridades.

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Como demostraron las históricas ediciones de Berlín 36, Múnich 72 o Los Ángeles 84, los Juegos Olímpicos trascienden más allá de lo meramente deportivo hasta erigirse en todo un evento geopolítico. En el caso de los inminentes Juegos de Tokio, ya se ha producido el primer incidente burocrático entre dos de las mayores potencias sobre el planeta y tiene como epicentro unos uniformes. La delegación de India anunció el pasado mes de junio que rompía el contrato de esponsorización con la firma china de ropa deportiva Li-Ning, acudiendo a la cita sin ninguna marca textil patrocinadora. La decisión de India llegó tras las peticiones de boicot contra la marca como respuesta a la cruenta disputa militar con China por el control de la frontera del Himalaya.
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Aunque la bandera rusa está vetada en los juegos de Tokio, mirando a los uniformes de los deportistas del país soviético es difícil saberlo. Tras la prohibición del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) de que los atletas rusos participen bajo su himno y bandera en cualquier evento internacional hasta 2022 como castigo por un escándalo de dopaje, el Comité Olímpico Internacional ha sido laxo a la hora de aprobar los diseños de los uniformes que vestirá la expedición soviética, respetando los colores distintivos del país y que competirán bajo el logo de su comité olímpico. Eso sí, la palabra Rusia o cualquier alusión a la simbología nacional estará prohibida.
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Pocos equipos olímpicos pueden presumir de presentar su equipación delante de un público tan distinguido como Samuel L. Jackson, Richard Madden o Alexander Skarsgard. Ese es el caso de Italia, que desde los Juegos de Londres confía al todopoderoso Giorgio Armani el diseño de sus uniformes y que presentó en la pasarela de Milán su nueva línea olímpica junto a su colección primavera-verano 2020. La bandera italiana acapara el chándal negro protagonista del kit, apareciendo en forma de círculo para rendir homenaje a la bandera japonesa. Otro de los detalles principales es que en el cuello de la chaqueta se puede leer el lema 'Fratelli d’Italia' (Hermanos de Italia), primer verso de su himno nacional.

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“Minimalismo y atemporalidad”. La tradicionalmente extravagante –en lo que al estilismo se refiere– expedición australiana ha apostado en esta ocasión por diseños casual que mantienen vigente la paleta oro y verde clásica del país incorporando referencias de “la jungla de luces eléctricas y colores vibrantes” de la capital nipona. Creada por la firma de moda deportiva Sportscraft, la pieza estrella de la colección es una americana gris hecha a medida, en cuyo forro han grabado los nombres de los 320 olímpicos nativos que se han colgado una medalla de oro en su cuello. ¿Cuántos más se añadirán a esa chaqueta a partir de este julio?
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Los anfitriones han apostado por los colores de su bandera nacional para desfilar en la Ceremonia de Inauguración que tendrá lugar el próximo 23 de julio. El look, firmado por la marca Aoki, rinde homenaje al diseño lucido por los deportistas en los últimos Juegos celebrados en la ciudad, allá por 1964, y será la primera vez que tanto atletas olímpicos como paralímpicos vistan la misma equipación.
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La diseñadora más inexperta de cualquiera de los uniformes olímpicos que veremos el próximo 23 de julio en la ceremonia inaugural de los Juegos responde al nombre de Iina Lehto. Esta estudiante universitaria ganó un concurso promovido entre las escuelas de arte por la firma textil Icepeak para encontrar “un concepto creativo fresco” para la colección y Lehto ha tenido el honor de ver cómo su idea se plasmaba en los trajes de la federación olímpica finlandesa.