_
_
_
_
_

Modelos con mascarilla encerradas en un hotel: así ha sido el primer desfile (presencial) del confinamiento

29 modelos aisladas en 29 habitaciones del De L’Europe Amsterdam ondean banderas blancas. Una última llega en barco y todas se rinden a un futuro más sostenible, el que reclama con este show el diseñador Ronald van der Kemp.

Una de las modelos del desfile celebrado en el hotel De L’Europe Ámsterdam.
Una de las modelos del desfile celebrado en el hotel De L’Europe Ámsterdam.Marijke Aerden

Con el sector textil en estado de hibernación y todas las semanas de la moda canceladas, parecía imposible que volviéramos a ver un desfile en este año 2020. Pero la creatividad se crece con las limitaciones. Así, aislado en su casa de Ámsterdam, el diseñador holandés Ronald van der Kemp resolvió lanzar un sonoro mensaje en plena crisis pandémica, no podía esperar. “¡Tenía que suceder ahora! Aprovechando que la gente está escuchando y antes de que todo vuelva a abrir. Tenemos que hacer al mundo soñar y rendirse a un futuro sostenible. Es el momento de reconsiderar nuestras prácticas. No podemos volver a la sobreproducción, a la ropa de usar y tirar, al exceso de colecciones…”, cuenta a S Moda el diseñador que lleva seis años haciendo demi couture a partir de retales y materiales reciclados.

Dicho y hecho. En tres semanas y media, y con la ayuda de la Amsterdam Fashion Week, consiguió orquestar una performance sin público ni previo aviso, pero con un fuerte impacto visual y simbólico convenientemente recogido en un documental –aún en producción– a cargo de la realizadora Kitty Kooning. Y todo respetando las medidas de distanciamiento social que prohíben los espectáculos en los Países Bajos. ¿Pero cómo ha sido posible? Desentrañamos las claves de un desfile de lo más atípico que su creador ha bautizado como Army of love (‘Ejército de amor’).

Todas las modelos lucieron prendas de colecciones pasadas y mascarillas diseñadas para el show.
Todas las modelos lucieron prendas de colecciones pasadas y mascarillas diseñadas para el show.Marijke Aerden

Un hotel vacío y videoconferencias en Zoom

Acostumbrado a vivir en una ciudad eminentemente turística, la repentina calma hizo al diseñador encontrar la oportunidad: ¡los hoteles estaban vacíos! Consiguió vía libre para ejecutar su idea en el céntrico De L’Europe Amsterdam, un emblemático edificio del siglo XIX que se asoma al río Amstel, y determinó que cada modelo estaría aislada en una habitación iluminada. El show empezaría a las 11:55 con 29 modelos (¡el momento es ahora!) y 5 minutos después llegaría una última en barco, una especie de Cenicienta que despierta a la realidad de la emergencia medioambiental. Todas ondearían sus banderas blancas en señal de rendición a un futuro más sostenible.

Así lo imaginó Van der Kemp y así sucedió el 28 de abril en la capital holandesa. ¿Pero cómo fue posible con las medidas sanitarias vigentes? “Hicimos tutoriales para que las modelos se peinaran y maquillaran ellas mismas y nos mantuvimos comunicados en todo momento a través de la app Zoom. Se vistieron ellas solas en sus respectivas habitaciones en la medida de los posible. Mi equipo más estrecho de colaboradores y yo sólo ayudamos en casos puntuales, y siempre llevando mascarillas, guantes y trajes protectores”, explica el diseñador neerlandés en una entrevista igualmente telemática.

Una de las modelos llegando en barco al hotel al final del desfile.
Una de las modelos llegando en barco al hotel al final del desfile.Marijke Aerden

30 mascarillas nuevas y 30 vestidos viejos

No creó una colección de alta costura en pleno confinamiento, sino que, en una especie de metadiscurso sobre el reciclaje, reutilizó looks de temporadas previas, a su vez confeccionados con tejidos reciclados. Lo único que creó ex profeso –también a partir de materiales desechados– fueron 30 escultóricas mascarillas. No están homologadas y ni siquiera son mínimamente funcionales: simplemente eran parte del espectáculo. “He visto a muchas marcas produciendo mascarillas de repente», dice Van der Kemp. «Yo no quiero dedicarme a hacerlas ni mucho menos a ganar dinero con ellas. Así que en mi taller nos hemos decantado por piezas exclusivas que serán subastadas. Los fondos recaudados irán a parar a Refugee Company, una asociación que ha puesto en marcha la primera fábrica de mascarillas quirúrgicas de los Países Bajos, hechas por refugiados”.

Una de las modelos posando en el umbral de su habitación de hotel.
Una de las modelos posando en el umbral de su habitación de hotel.Marijke Aerden

“Ética nueva en la moda de lujo”

Es el motto que da la bienvenida en la web de Ronald Van Der Kemp. Muy ambicioso, pero lo cierto es que se sustenta sobre 6 años de trabajo coherente y los aplausos de nombres de peso en el sector. “El diseñador ha demostrado estar muy por delante en temas candentes como el upcycling, el reciclaje y la circularidad. Y lo está haciendo con una sensibilidad de alta costura pura”, escribía el periodista Tim Blanks en Business of Fashion el año pasado. Con una vasta trayectoria previa en marcas como Michael Kors y Barneys, Van der Kemp lo dejó todo para iniciar su propio proyecto en 2014, una idea rompedora que entonces pocos entendieron: hacer demi couture con los desperdicios de otros. No produciría un solo tejido nuevo.

La estética resultante es una suerte de mix & match ostentoso y descarado, en las antípodas de la pátina apolillada que suele asociarse a la ropa usada. Sus piezas vistosas y literalmente únicas han vestido a un heterogéneo elenco de celebrities que abarca desde Katy Perry a Michelle Obama, encontrando su embajadora más leal en la cantante Céline Dion. “Desde hace un año nos centramos exclusivamente en la costura y en nuestros clientes privados. Antes trabajábamos con tiendas; intentamos cambiar las cosas, pero no escuchaban nuestro mensaje… Porque otras firmas hacen 6 colecciones al año, etcétera, etcétera. El modo en que el retail trataba nuestros productos hechos a mano contradecía nuestros principios, por lo que hemos decidido abandonarlo”, se sincera el diseñador holandés.

Detalle de las modelos asomándose por las ventanas del hotel.
Detalle de las modelos asomándose por las ventanas del hotel.Marijke Aerden

Un deseo para el mundo post-Covid 19

“Ahora estamos viendo que el sistema es también muy difícil para los grandes comercios multimarca. Algunos nombres de primera línea ya han cerrado… Creo que si se hubieran hecho cambios antes, podrían haber sobrevivido”, continua Van der Kemp. ¿Y qué opina sobre la plataforma Rewiring Fashion a la que se están sumando muchos nombres relevantes, encabezados por Dries van Noten? Entre otras cosas, proponen reducir el número de colecciones anuales a dos y limitar las rebajas al final de temporada. “Estoy feliz de ver que más diseñadores empiezan a despertar por fin –responde–. Espero y rezo para que los grandes grupos se sumen. Están muy callados de momento, así que tengo ganas de conocer qué cambios de calado van a hacer para el futuro”.

Las modelos en su peculiar desfile de cuarentena portaban banderas blancas con una doble función: en señal de rendición y como metáfora de la hoja en blanco. “La moda es una herramienta poderosa porque puede vender sueños. Yo he querido utilizarla para mandar un mensaje de forma optimista y bella en estos tiempos sombríos –concluye el diseñador–. ¿Qué es lo que quieres cambiar? Escribe tu propio mensaje”.

El diseñador Ronald van der Kemp.
El diseñador Ronald van der Kemp.Marijke Aerden

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_