_
_
_
_
_

«Dejé de ducharme y ahora solo me baño»: por qué ‘Psicosis’ traumatizó a su protagonista de por vida

La actriz Janet Leigh, que encarnaba a la malograda Marlon en la película que cumple 60 años, recibió amenazantes cartas hasta su muerte y jamás volvió a ver la ducha de la misma forma.

PSYCHO, Janet Leigh, 1960
PSYCHO, Janet Leigh, 1960Cordon Press (Courtesy Everett Collection)

Siete días de rodaje y 70 posiciones distintas de cámara para grabar una escena de 45 segundos. Los números ya son una primera aproximación que justifica que la escena de la ducha de Psicosis (Hitchcock, 1960), esa en la que la protagonista es apuñalada una docena de veces, se haya convertido en una de las más célebres y reconocibles del celuloide. Una escena que tal día como hoy, hace 60 años, veía la luz por primera vez causando un revuelo entre los espectadores que se alargó en el tiempo durante décadas. La actriz Janet Leigh, que encarnaba a la malograda Marlon, no dejó de recibir amenazantes cartas que prometían hacer realidad la escena de la ducha durante toda su vida, hasta su muerte en 2004.

La vida de Leigh, de hecho, no volvió a ser la misma tras rodar la película. Según contó en 1984 a la publicación Woman’s World en una entrevista que años después volvió a copar titulares, nunca volvió a ver la ducha de la misma forma desde entonces. «Dejé de ducharme y solo me baño. Y cuando estoy en un lugar donde solo me puedo duchar, me aseguro de que las puertas y ventanas de la casa estén cerradas. También dejo la puerta del baño y la cortina abiertas. Siempre estoy mirando hacia la puerta, observando, sin importar dónde esté la ducha». En aquella entrevista también habló sobre las amenazas que no dejaron de perseguirla los años siguientes. «He recibido muchas cartas donde me decían que me iban a hacer lo mismo que Norman Bates le hizo a Marion Crane. Ahora no me llegan tantas como al principio, pero debo decir que fue bastante grave. Hasta el FBI tuvo que intervenir. Afortunadamente, nunca sucedió nada».

Alfred Hitchock dirigiendo la escena de la ducha en 1960.
Alfred Hitchock dirigiendo la escena de la ducha en 1960.Cordon Press (Courtesy Everett Collection Ever)

La escena también causó controversia porque el espectador tiene la sensación de ver desnuda a la protagonista. «En aquel momento todavía existía el código Hays –una serie de reglas que determinaban qué podía verse y qué no en las producciones estadounidenses–. No estaba permitido enseñar nada. Solo el hecho de salir en ropa interior en la primera escena de la película casi los hizo enloquecer, así que en cuanto grabamos la escena de la ducha me cubrí. Por mucho que la gente crea que vio algo, no vio nada, porque no se podía enseñar en ese momento», explicó la actriz al respecto.

Tal y como confirmó el propio director en una entrevista concedida a François Truffaut, y recogida en el libro Luces de ciudad de Guadalupe Loaeza, se utilizó, además, una doble que sirvió para rodar algunos planos de la escena, así como el momento en el que se arrastra el cuerpo sin vida de la protagonista envuelto en la cortina de la ducha. «Para esta escena me habían fabricado un maravilloso torso artificial con la sangre que debía brotar bajo el cuchillo, pero no lo utilicé. Preferí utilizar a una chica, una modelo desnuda, que doblaba a Janet. De Janet solo se ven las manos, los hombros y la cabeza. El resto está hecho con la modelo. Naturalmente, el cuchillo nunca tocó el cuerpo, todo es un montaje», aclaró Hitchcock.

El director, que recibió una firme educación católica, achacó a esos traumas juveniles la depravación que después sería capaz de plasmar en sus películas y en la relación con sus actrices. Janet Leigh no fue la única que quedó traumatizada durante el rodaje de uno de sus filmes. El biógrafo Donald Spoto, de hecho, afirma en su libro El lado oscuro del genio que Hitchcock pagó contra Leigh en esa mítica escena de la ducha la frustración que le había causado que Grace Kelly, una de sus musas, abandonara el cine para ser princesa de Mónaco. A Grace la había torturado también en la cinta Crimen perfecto, donde la tuvo cinco días repitiendo la escena en la que ella era atacada por un hombre escondido en las cortinas hasta que la actriz acabó con tantas magulladuras que ya no pudo más.

Psicosis sería la primera y última vez que Leigh trabajó con el maestro del suspense, un dato bastante curioso teniendo en cuenta que repitió varias veces con actrices como Grace Kelly y Tippi Hedren (esta última responsabilizó a Hitchcock de haber hundido su carrera, además de haber soportado que la atacara con aves reales durante la filmación de Los pájaros). Tal y como explicó la propia actriz, jamás volvió a trabajar con él porque, según le contó el director, el público se quedó tan desconcertado por el hecho de que la protagonista fuera asesinada repentinamente que hubiera sido un error ‘resucitarla’ en una nueva cinta. Aunque Leigh fue nominada a mejor actriz de reparto en 1961 por su papel en Psicosis, Shirley Jones le arrebató la estatuilla.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_