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Culto al gurú hasta en la ropa: la moda se rinde a las sectas

Triunfa el furor monocolor de ‘Wild Wild Country’, los vestidos a lo ‘amish’ y antiguos capos del diseño como Scott Sternberg (Band of Outsiders) idean firmas que mezclan el ‘new age’ con el vestir.

Dos sannyassin, una de las propuestas de Batsheva y uno de los looks de chicas 'amish' visto como inspiración de la marca en Instagram.
Dos sannyassin, una de las propuestas de Batsheva y uno de los looks de chicas 'amish' visto como inspiración de la marca en Instagram.Getty/ Batsheva

«Quiero este look de secta«. Así de simple. Ha sido devorar Wild Wild Country y las editoras/revistas de moda de medio planeta han enloquecido. Producida por los hermanos Duplass, dos son las predicciones de los oteadores de tendencias al hilo del éxito de la delirante serie documental de Netflix que desentraña cómo el gurú barbudo Osho –entonces Bhagwan Shree Rajneesh, poco antes de hacerse un rebranding de órdago– instaló una comuna en una zona agreste y despoblada de Oregón en los 80 mientras coleccionaba relojes de diamantes y Rolls Royce:

1. Que la fascinante («though titties«) Ma Anand Sheela se erigirá en la nueva musa de diseñadores de 2019 a lo Cruella De Vil de la generación Netflix.

Ma Anand Sheela en un momento de ‘Wild Wild Country’.
Ma Anand Sheela en un momento de ‘Wild Wild Country’.Netflix

2. Que la devoción al look monocolor sannyassin – así visten los seguidores de Bhagwan, siempre en tonos rojizos, anaranjados y morados como si de un ejército espiritual se tratara– ha llegado para instalarse y revolucionar a lo new age los looks de Mansur Gavriel. El boca-oreja con este true crime también ha invadido las publicaciones especializadas en moda. En Garage idean bodegones para vestirse como ellos y Emilia Petrarca, en The Cut, fantasea con imitarles sin complejos: «¿Por qué visten así? ¿Alguna vez alguna secta había lucido así de bien? ¿Puedo copiar su estilo en mi día a día?».

Seguidores de Osho en una imagen de los 70.
Seguidores de Osho en una imagen de los 70.Netflix

Más allá del guiño a la serie documental del momento, la industria sí que vive una suerte de epifanía inspirada en el estilo de cultos de diversa índole. Una prueba fehaciente es el furor entre editoras de moda y revistas que ha generado la marca de vestidos Batsheva, una firma que se define como una «orgía de moda entre La Casa de la pradera y Laura Ashley (famosa por sus diseños pudorosos)». La marca, fundada por una ex abogada de Queens casada con el fotógrafo de moda Alexei Hay, cuenta con el beneplácito de Vogue (Sally Singer vistió uno de los modelos de culto, el Bilb, en el front row del desfile de Calvin Klein en septiembre) y Jessica Chastain luce sus vestidos en editoriales de moda. Su moodboard mezcla exaltaciones de la sororidad femenina entre las amish, odas a los vestidos kinderwhore de Courtney Love en los 90 o autorretratos de Imogen Cunningham en los años 20.

Quién no ha diseñado ropa que parece salida de una secta pero sí le han acusado de hacerlo para vestir a un nuevo culto es Scott Sternberg. El mítico cofundador de la muy querida (y llorada) Band Of Outsiders, una de las firmas que marcó los inicios de los 2000, aquella que orbitó en la onda cool de Opening Ceremony y aledaños y que terminó cerrando en 2015, acaba de lanzar EntireWorld. Una firma de básicos que sigue con la filosofía de Everlane y otras firmas para minimalistas pero que introduce un punto new age a la moda. Su vídeo de presentación bien vale un análisis deconstructivo de la comunicación de gurús al reclutar a nuevos fieles: planos intercalados de Koyaanisqatsi (la película de culto con música de Philip Glass) con imágenes de Sandrine Bonnaire en A nuestros amores o fotografías vintage de Diana Ross y diseños de edificios cúpula. Mientras la voz de Sternberg y él mismo hablando a su móvil nos introduce en la idea de por qué lanzar una firma en estos tiempos convulsos. «Empecé a pensar en esta idea de comenzar un nuevo mundo, utopía, desde un garabato. Un lienzo en blanco con sentido de la integridad, optimismo y pureza». Para los nuevos iniciados, las prendas oscilan entre los 15 y los 225 euros.  ¿No fue el propio Osho el que defendió una utopía capitalista? Solo que en 2018 los nuevos fieles no llevan túnicas moradas, visten camisetas de algodón blancas.

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