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Las modelos ‘curvy’ por fin dejan de estar en la sección de tallas grandes

En los catálogos de Oysho, Primark o Reformation ya conviven chicas con todo tipo de cuerpos. Las curvas van dejando de estar circunscritas a líneas especiales para mezclarse con las siluetas delgadas que, hasta ahora, monopolizaban las imágenes.

Ejemplo de como conviven modelos con todo tipo de cuerpos en el catálogo de Reformation.
Ejemplo de como conviven modelos con todo tipo de cuerpos en el catálogo de Reformation.Cortesía de Reformation
Clara Ferrero

“La victoria llegará cuando las tallas grandes no sean noticia”, sentenciaba a S Moda Candice Huffine, una de las modelos ‘curvy’ más cotizadas del mundo. Han pasado dos años desde aquella entrevista y, aunque el deseo de la top no se haya cumplido, estamos un poco más cerca. Las modelos de talla grande siguen acaparando titulares como el de este artículo, sí, pero empieza a normalizarse su aparición en los catálogos y campañas de las firmas. Poco a poco van dejando de estar circunscritas a las marcas dedicadas a las tallas especiales y sus posados ya no se limitan a la sección plus size de las grandes cadenas. Oysho ha querido incluir a una modelo de talla L en su nueva colección de lencería, la exitosa firma estadounidense Reformation muestra en su web chicas de distintas tallas y etnias y otras como Nike o Everlane apuestan por la diversidad de cuerpos en sus últimos lanzamientos. También Primark colgaba en Instagram su última campaña de lencería y pijamas protagonizada por chicas con físicos muy distintos. Sin hashtag de rigor ni comunicado de prensa: con toda la naturalidad que un grupo de mujeres, independientemente de sus medidas, merecen.

La última campaña de Primark apuesta por todo tipo de físicos y etnias.
La última campaña de Primark apuesta por todo tipo de físicos y etnias.Primark

Este cambio de paradigma se está empezando a palpar ahora. Aunque los últimos tiempos las firmas han ido rompiendo barreras y sustituyendo el retoque digital por la naturalidad de la celulitis, la estrías o los michelines, solía quedarse en una estrategia de marketing vinculada a marcas nicho con una clara filosofía enfocada a la diversidad o a aquellas ansiosas por generar ruido. Pero es hoy cuando firmas de todo pelaje empiezan tímidamente (normalmente fichando a una o dos modelos) a abrazar la pluralidad, ya sea por verdadera convicción o por satisfacer la demanda de unos consumidores cada vez más cansados de los estrictos cánones del pasado. En las semanas de la moda del pasado febrero por fin las modelos de talla grande desfilaron para firmas de la talla de Michael Kors y será cuestión de tiempo que lleguen a otros shows. Mientras tanto, las curvas ya se mezclan con las clásicas maniquíes ‘rubias, altas, delgadas y blancas’ en algunas tiendas de gran consumo.

A pesar de que el cambio se está produciendo lentamente, parece cosa de lógica que si una firma vende pantalones en un rango de tallas que va desde la 34 hasta la 44, no todas las modelos que aparezcan en la web utilicen la más pequeña. Combinar maniquíes de todas las tallas, más allá de romper una lanza a favor de todo tipo de cuerpos y mujeres, es también una cuestión práctica para los potenciales clientes. ¿Cómo va a imaginarse una chica con generosa cadera dentro de unos vaqueros que lleva una modelo escuálida? Por este mismo motivo resulta fundamental que aquellas marcas que se sumen a la diversidad partan de un catálogo que abrace un amplio abanico de tallas. Reformation, por ejemplo, ha fichado a Alessandra García-Lorido, hija del actor Andy García, que posa luciendo las mismas camisas, vestidos o tops lenceros que el resto de chicas de la web pero en un tamaño superior.

Este cambio ya es también patente en las agencias de modelos que están apostando por fichar a chicas con curvas que, como consecuencia, cada vez trabajan más. Natural Model Management, por ejemplo, es una agencia especializada en tallas grandes que nutre las campañas estadounidenses de marcas de moda. Según declaraban en un reportaje de Glamour.com: “Una chica curvy que normalmente tendría un contrato al año, ahora suma más de ocho empleos en los últimos cuatro meses”. Las marcas van solicitando más mujeres con medidas grandes o intermedias, como la chica de talla L que protagoniza lo último de Oysho. Un cuerpo con el que se podrán identificar un altísimo porcentaje de compradoras.

Modelos de distintas tallas en una reciente campaña de Nike.
Modelos de distintas tallas en una reciente campaña de Nike.Nike

Aunque la inclusión más palpable se registra desde 2017 tomando más fuerza este mismo año, el cambio se viene gestando desde hace tres o cuatro. Aerie, la línea de lencería de American Eagle, marca juvenil de referencia en Estados Unidos, rompió moldes con su campaña sin retoques y lograron aumentar sus ventas más del 20% al año siguiente haciéndose aún mayores en 2016. A ella no tardaron en sumarse otras tantas: Forever 21, Target o más recientemente Asos abogaron por respetar las estrías y celulitis de sus modelos sin eliminarlas a golpe de Photoshop. Hasta Victoria’s Secret, que de momento se resiste a subir a la pasarela a una chica ‘curvy’ a pesar de las insistentes peticiones, también fichó a finales de 2016 a una modelo con estrías. Los clientes demandan naturalidad y cada vez son más críticos con las marcas –redes sociales mediante– que solo confían en las minitallas o que abusan del retoque digital. Los millennials y la generación Z valoran tanto o más lo que las firmas representan, su transparencia y sus valores, que lo que venden.

Sabina Karlsson, considerada modelo ‘curvy’, posando para Everlane.
Sabina Karlsson, considerada modelo ‘curvy’, posando para Everlane.Everlane

Al calor de esta demanda, algunas marcas como Mango no dudaron en lanzar su propia línea de tallas grandes (Violeta by Mango), aunque lo verdaderamente revolucionario llegará el día en el que una prenda esté disponible en amplia variedad de tallas en la línea principal, sin distinciones. Lo que no resulta suficiente son esas marcas que se suben al carro con unas pocas prendas disponibles en tallas amplias mientras que el resto de la oferta está relegada a la S y la M. Algunas modelos denuncian que incluso han llegado a posar para firmas que se empeñan en apuntarse un tanto sin comercializar, si quiera, prendas de talla grande.

Alessandra García-Lorido, hija de Andy García, posando para Reformation.
Alessandra García-Lorido, hija de Andy García, posando para Reformation.Reformation

Del mismo modo que cada vez más enseñas apuestan por la variedad de tallas en sus catálogos, también es palpable la representación de distintas etnias y edades. Zara, por ejemplo, lanzó una campaña protagonizada por mujeres maduras y en su web las chicas nórdicas de melena infinita se mezclan con pelos afro o lisos asiáticos. Pero, de momento, el gigante Inditex no se ha atrevido con las tallas grandes. ¿Cuanto tardará en hacerlo ahora que su hermana pequeña –y lencera– se ha tirado a la piscina? Mientras tanto, sin duda asistiremos a la progresiva normalización de las chicas con curvas en todo tipo de marcas. Aunque “la victoria llegará cuando las tallas grandes no sean noticia” y, para eso, aún falte un poco.

La modelo de talla L de Oysho.
La modelo de talla L de Oysho.Oysho

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Sobre la firma

Clara Ferrero
Es redactora en S Moda, revista en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera. También es cocreadora de 'Un Podcast de Moda', el primer podcast en castellano especializado en la temática. Es licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual, y especialista en Comunicación de Moda por la Universidad Complutense.

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