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En su casa y por 50 euros: la artista que fascina a Instagram replicando las imágenes más impactantes de la moda

La modelo, fotógrafa y creativa Kimberly Douglas se ha convertido en un fenómeno viral gracias a sus impresionantes recreaciones low cost de editoriales de moda, portadas de revistas o carteles de Hollywood. Ella misma nos cuenta los secretos de su éxito.

Douglas replica la última producción de Zendaya en la revista 'Interview'.
Douglas replica la última producción de Zendaya en la revista 'Interview'.Instagram

Modelo, fotógrafa, productora y directora creativa. La estadounidense Kimberly Douglas ha elevado la filosofía del ‘háztelo tú mismo’ a la máxima potencia. Con la imaginación como única herramienta, esta joven ha logrado convertirse en toda una sensación en su Instagram @kihmberlie, donde acumula más de 300.000 seguidores, gracias a sus réplicas caseras de editoriales de moda, portadas de revistas, carteles publicitarios o escenas de películas. Mimetizando hasta el último detalle con el mínimo presupuesto y exhibiendo una sensacional inventiva, esta artista multitarea conceptualiza y construye cada set para después también disparar el objetivo y posar ante él. Enseñando, a su vez, cada paso del proceso detrás de cada sesión. Lo que empezó como solución de emergencia para combatir la precariedad de sus inicios como maniquí, ha acabado convirtiéndola en un fenómeno viral por el que se pegan firmas, revistas y diseñadores. En su charla con S Moda no oculta que su éxito es un sueño hecho realidad: “Escribo un diario y cuando leo las publicaciones de hace tres o cuatro años, o incluso de hace un año, me doy cuenta de que he conseguido las cosas con las que fantaseaba”.

Cuéntanos algo sobre tus inicios… ¿cómo llegó el modelaje y la fotografía a tu vida?

La fotografía llegó cuando intentaba buscar trabajo como modelo, tras graduarme en la universidad. En ese momento no podía permitirme pagar a un fotógrafo, así que pensé que me haría yo mis propias fotos hasta que no tuviera que hacerlo. Hay veces que siento que no he crecido demasiado, pero cuando miro hacia atrás me doy cuenta de que sí lo he hecho, y mucho.

¿Y qué se siente al estar a ambos lados de la cámara?

A veces es estresante, porque tengo que estar pendiente de todo. Soy muy crítica como mi trabajo y quiero que todo salga exactamente como había imaginado. Pero esa también es una de las mejores cosas de estar a ambos lados, porque me ha dado la oportunidad de aprender mucho y descubrir nuevas pasiones.

Dinos algo que hayas aprendido sobre el mundo de la moda desde que empezaste a subir tus imágenes a Instagram.

Que siempre hay alguien mirando, lo sepas o no. Pero de una forma empresarial, no de mal rollo… (ríe). Yo seguía a muchas personas y marcas con las que quería trabajar y luego me di cuenta de que a ellos también les gustaba mi trabajo e incluso hemos colaborado después. Eso es algo muy interesante, muy cool.

Tu caso es curioso porque en las redes sociales estamos acostumbrados a ver siempre la imagen final y perfecta, pero en tu perfil de Instagram vemos también el ‘cómo se hace’. ¿Consideras esa autenticidad una parte de tu éxito?

Eso creo. Cuando empecé a publicar las fotos entre bastidores nadie más lo hacía. Daba la sensación de que todo el mundo quería mantenerlo en secreto para no lo pudieran copiar. Hasta cierto punto puedo entenderlo, pero todos somos diferentes y, aunque se inspiren en mí o copien hasta el último detalle de lo que hago, no se parecerán demasiado porque a la larga ellos no son yo.

Cada semana tienes que crear un set fotográfico con los mínimos recursos. ¿Cómo de difícil es hacerlo?

Es más complicado cuando no tengo un concepto claro en mente. Incluso aunque tenga claro lo que quiero hacer también es duro porque mi espacio y mi presupuesto son limitados. Pero poco a poco va siendo más sencillo porque he podido conseguir diferentes accesorios, espacios, ángulos… Me doy cuenta de que puedo usar flores falsas en lugar de flores reales, de que puedo hacer un plano cenital para darle más profundidad a la imagen en lugar del plano frontal o de que con los cristales de mis armarios y una bola de discoteca consigo el mismo resultado que con un proyector y muchos paneles de espejos.

¿Cuánto dinero de media puedes invertir en una sesión de fotos? ¿Recuerdas la más cara o complicada?

Sigo tratando de tener pocos gastos… cuantos menos, mejor. Si me gasto solo 45 o 50 euros, estupendo, pero si no me gasto nada, mejor todavía. La más costosa fue una en la que usé unos 7.500 girasoles falsos. Invertí cerca de 400 euros y pagué con tarjeta de crédito para que me lo cobraran más adelante. Y la más complicada es una en la que sigo trabajando, un cubo gigante de hielo que no he conseguido aún moldear como yo quiero.

¿Consideras tu trabajo también una llamada de atención a la falta de diversidad en la industria de la moda?

Es evidente que existe una infrarrepresentación en las industrias de la moda y el entretenimiento, pero ha ido a un poco mejor. He visto más diversidad en los desfiles y en las campañas de moda en los últimos años de la que presencié cuando era adolescente. El objetivo siempre es inspirar a las jóvenes y mujeres negras y enseñarles que pueden conseguir lo que se propongan. Mi deseo es llegar a ese nivel en el que puedo abrir puertas y dar oportunidades a las demás, y especialmente a aquellas que se parecen a mí.

¿Y qué te gustaría hacer en el futuro? ¿Ser modelo, estilista, fotógrafa…?

Me encantaría trabajar, ya sea como modelo o como directora creativa, en una campaña de una firma de moda, como Pyer Moss, Prada, Christopher John Rogers o Givenchy, por nombrar algunas. Sería genial ser directora creativa de una sesión para una revista de moda importante y siempre he sido muy cinéfila, así que otro objetivo a largo plazo sería el de participar en el diseño de producción de una serie como Euphoria.

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