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Así se convirtió Lady Gaga en Patrizia Reggiani, la ‘viuda negra’ de Gucci

La cantante interpreta a la italiana, acusada de asesinar a su exmarido, en ‘La casa Gucci’, la película de Ridley Scott que narra el drama de una de las familias más poderosas de la industria de la moda.

Clara Ferrero

Desde que Lady Gaga compartiera en su cuenta de Instagram la primera imagen como ‘señora Gucci’ allá por el mes de marzo, la expectación por verla convertida de pies a cabeza en la oscura Patrizia Reggiani ha ido in crescendo. La intérprete de éxitos globales como Bad Romance Poker Face da vida en La casa Gucci, el filme de Ridley Scott que narra el drama ocurrido en el seno de una de la familias más poderosas de Italia, a la que fuera apodada como ‘viuda negra’ de la moda tras ordenar el asesinato de su exmarido, Maurizio Gucci, en 1995. Acompañada por estrellas de la talla de Adam Driver (que interpreta a Maurizio), Jared Leto (Paolo Gucci) o Salma Hayek (Pina Auriemma), la artista, que ya fue nominada al Oscar a mejor actriz en 2018 por su rol protagonista en Ha nacido una estrella, afronta su segundo gran papel cinematográfico caracterizada con el glamur y la excentricidad propios de Reggiani.

Gafas de sol bien grandes, joyería dorada igualmente generosa en número y proporciones y un buen surtido de ajustadas prendas firmadas por Gucci constituyen el uniforme de Lady Gaga en su papel como ‘Lady Gucci’. Así fue precisamente como se hacía llamar la viuda del nieto del fundador de la casa italiana con el que contrajo matrimonio en 1973. Basada en el libro The House of Gucci: A Sensational Story of Murder, Madness, Glamour and Greed (‘La Casa Gucci: Una sensacional historia de asesinatos, locura, glamur y codicia’), la película de Scott, que verá la luz en España el próximo 26 de noviembre, recupera una historia de amor y poder que acabó en desgracia. Bajo las órdenes de Reggiani, un sicario acabó con la vida de Maurizio Gucci, que por aquel entonces ya era su exmarido, disparándole cuatro tiros a quemarropa en la puerta de su casa de Milán en 1995. Un par de años después se descubrió su implicación en el crimen siendo condenada a 26 años de prisión, aunque finalmente quedó libre en 2013. Pasó un total de 16 años en la cárcel, los dos últimos por voluntad propia tras rechazar la libertad condicional, alegando que nunca había trabajado y no estaba entre sus planes empezar a hacerlo.

A pesar de que el final de la historia ya es mundialmente conocido y copó ríos de tinta en los periódicos de la época, La casa Gucci ahonda en los años previos al fatal desenlace: la historia de amor de Maurizio y Patrizia y los intensos conflictos familiares que acabaron con la pérdida del control de la firma por parte de la familia fundadora. «Cuando Patrizia conoce a Maurizio Gucci, la atracción es muy fuerte», confiesa la propia Lady Gaga en el vídeo que puede verse al principio de este artículo. «Es tan exótica y está tan lejos de su mundo, que se enamora», añade Adam Driver, que da vida a su marido. «Y al final llega demasiado lejos y cruza el umbral de la locura», adelanta de forma premonitoria el director de la cinta, Ridley Scott.

Fabio Lovino (Fabio Lovino)

El vestuario, sin duda, es otro de los grandes protagonistas. La oscarizada figurinista británica Janty Yates pudo visitar el archivo de la casa italiana –»los looks originales le sentaban a Lady Gaga como un guante», ha asegurado– y también localizó piezas de la época en tiendas vintage e incluso en plataformas como eBay o Etsy. «La película comprende un periodo de veinte años –de 1975 a 1995– en los que la moda cambió totalmente y eso tenía que reflejarse en la ropa de Lady Gaga, Adam Driver o Jared Leto. Por supuesto, puse el foco en las estrellas, pero también tuve que vestir a un casting de 80 personas en total más los extras», contó la directora de vestuario a The New York Times

Para prepararse para el papel, Lady Gaga, que nació en Nueva York pero tiene ascendencia italiana como prueban sus apellidos –Stefani Joanne Angelina Germanotta–, se pasó nueve meses hablando inglés con acento italiano incluso cuando estaba fuera del set de rodaje. «Me dijo que quería vestirse como su madre, que es italiana, así que conté con diseños de su propia colección y del archivo de Gucci. La joyería, por ejemplo, fue muy importante. Colocamos dos collares por aquí, cuatro pulseras por allá… usamos toneladas de accesorios», ha explicado Yates que, en total, ideó 54 looks diferentes para la artista en los que no se repetía ni un solo pendiente. ¿La inspiración? «No queríamos que pareciera una Joan Collins en Dinastía, sino más bien una Gina Lollobrigida». A continuación, un adelanto de algunos de esos estilismos que podremos ver en pantalla grande el próximo 26 de noviembre.

Courtesy of Metro Goldwyn Mayer
Fabio Lovino (Fabio Lovino)

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Sobre la firma

Clara Ferrero
Es redactora en S Moda, revista en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera. También es cocreadora de 'Un Podcast de Moda', el primer podcast en castellano especializado en la temática. Es licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual, y especialista en Comunicación de Moda por la Universidad Complutense.

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