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La lucha contra la belleza irreal avanza: Noruega prohíbe a las ‘influencers’ retocar sus fotos sin avisar

El país nórdico ha aprobado una ley por la que los ‘instagramers’ y las marcas deberán indicar si las imágenes que publican con fines comerciales llevan filtro o han pasado por Photoshop.

Kyle Jenner en una campaña de su marca de maquillaje.
Kyle Jenner en una campaña de su marca de maquillaje.Getty

Ni cinturas de avispa cinceladas a golpe de Photoshop, ni labios agrandados por obra y gracia de un nuevo filtro. El Ministerio Noruego de Infancia e Igualdad acaba de aprobar una ley que prohibirá a las influencers y a las marcas publicar imágenes retocadas en redes sociales sin avisar a sus seguidores. Con el objetivo de promover cánones de belleza alejados de lo irreal, el país nórdico exigirá que las imágenes con fines publicitarios que hayan sido retocadas vayan acompañadas por una etiqueta diseñada por el gobierno que así lo indique.

Mientras que los usuarios de a pie podrán seguir colgando sus selfies pasados por el nuevo filtro de moda, las imágenes promocionales de cualquier tipo sí deberán dejar claro si han pasado por el retoque digital antes de su publicación. No solo en redes como Instagram o Tik Tok, sino también en las páginas de revistas y periódicos o en los carteles de las marquesinas y vallas publicitarias. Es decir, si una influencer de belleza ha puesto un filtro a su piel para acabar con las imperfecciones y anular los poros para promocionar una nueva base de maquillaje, deberá hacer público que esa imagen ha pasado por las apps de retoque fotográfico de rigor antes de publicarse.

Los influencers del país han mostrado su apoyo a la decisión del Ministerio Noruego de Infancia e Igualdad –que considera que esta ley «ayudará a frenar el impacto negativo que dicha publicidad tiene, especialmente, en niños y jóvenes»– e incluso son muchos los que señalan que la medida debería extenderse a todas las publicaciones, no solo las comerciales. Lo complicado será discernir cuáles han pasado por ‘chapa y pintura’ digital, ya que en algunos casos los retoques son bastante sutiles y están tan bien hechos que resulta difícil separar realidad y ficción.

Como escribía la periodista Jia Torentino en The New Yorker, los filtros de Instagram y Snapchat han contribuido a crear una sola cara, «un tipo de rostro cyborgiano que comparte rasgos comunes: juventud, piel sin poros, pómulos altos y marcados, ojos de gato con pestañas largas y caricaturescas, nariz pequeña y labios carnosos y exuberantes». Ni siquiera es ya necesario el Photoshop con el que tradicionalmente se han retocado las fotos de las celebridades, ahora un efecto digital es capaz de lograr en segundos un físico que responde a los nuevos cánones de belleza surgidos en Internet y que termina por uniformar a quienes los usan generando expectativas de una belleza inexsistente en el mundo real entre los más jóvenes.

Tanto es así que en los últimos tiempos se han disparado el número de intervenciones quirúrgicas y tratamientos estéticos que imitan los rostros generados a base de filtros digitales. Los procedimientos para conseguir cejas más levantadas, conocidas como foxy eyes, por ejemplo, han aumentado siguiendo la estela de modelos como Bella Hadid y la de los filtros con los que se pueden imitar sus facciones.

No es la primera vez que se toman medidas como la propuesta por Noruega. Desde 2017 la ley francesa obliga a las publicaciones de moda a indicar cuándo las fotografías han sido retocas con Photoshop y el pasado mes de febrero Reino Unido reaccionó a la campaña #Filterdrop (fuera filtros) iniciada por la maquilladora y modelo Sasha Pallari poniendo límites al uso de los filtros entre las influencers. «No pasa nada si no te atreves a salir en redes sin maquillaje, no pasa nada si no puedes aparecer sin tu iluminación favorita y no pasa nada si no soportas salir sin un filtro. Lo que no está bien es engañar a tu audiencia para que se gaste el dinero en productos cosméticos que no dan los resultados que tú les haces creer. Deja de filtrar tu piel para vender”, dijo entonces la modelo, que logró que la Advertising Standards Authority (ASA), el organismo de autocontrol publicitario británico, apoyara su causa. Incluso Getty Images, la conocida agencia de fotos, ha eliminado de su base de datos las imágenes de modelos que habían retocadas.

En España, tal y como contaba Salomé García en este artículo, el uso de filtros, aunque existente, es algo menos frecuente y más sutil que en otros países. Tal vez por eso aún no hay una regulación respecto al marketing de influencers. Solo recomendaciones de buena praxis y vigilancia de los propios patrocinadores. David Cabaleiro, director de la agencia Pin Up (colaborador con Maybelline, L’Oréal Paris y Nyx, entre otras), reconocía que las marcas y las agencias en España tutelan de cerca los contenidos que suben a las redes sus propias influencers. “Es habitual que exijan por contrato validar el contenido antes de que lo publiquen. Si lo ven muy artificial, no lo autorizan, porque es su propia imagen la que está en juego. Por eso en España no vemos esos Stories con filtros de belleza tan exagerados que son habituales entre las inglesas. Aquí nos chirrían”.

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