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La jequesa catarí que quiere adueñarse del lujo

Balmain se suma a las firmas de moda pertenecientes a la realeza de Catar. Un nombre resuena con fuerza: Sheikha Mozah Bint Nasser, madre del actual emir

Sheikha Mozah

Primero se hizo con Valentino. Ahora le ha llegado el turno a Balmain. La histórica maison francesa ha sido adquirida por un fondo de inversión que ha puesto cerca de 500 millones de euros sobre la mesa para hacerse con el 100 % de la marca. ¿Los responsables? La familia real de Catar, y la ex jequesa Sheikha Mozah bint Nasser es su principal cabeza visible.

La sombra de la ex jequesa es alargada. La madre del actual emir tiene reconocimiento mundial por su influencia en el ámbito del lujo, de la educación e incluso en los medios de comunicación. Una influencia que relaciona su nombre con organizaciones como Mayhoola for Investments, el intermediario en esta caza de firmas de lujo a la que se ha lanzado Catar. El último paso de esta estrategia es un movimiento que permitirá a Balmain “acelerar su desarrollo, especialmente con la apertura de nuevas tiendas en el extranjero” recogía New York Times a través de un comunicado de Bucéphale Finance, una sociedad especializada en asesorar en este tipo de adquisiciones. Además, se buscará expandir el negocio de los accesorios de la casa francesa.

La intención es que la marca siga la trayectoria meteórica de Valentino. Desde que fuese adquirida por este mismo grupo en 2012 por unos 700 millones de euros, la casa italiana ha triplicado su volumen de facturación y ha abierto unas cuarenta tiendas en todo el mundo. Balmain, explicaba el diario francés Les Échos, solo cuenta con ocho boutiques repartidas por todo el planeta.

Catar no solo va camino de convertirse en salvaguarda de la alta costura gracias a las inversiones y a la selecta clientela que integra el sector más pudiente del emirato. Sus participaciones en Tiffany’s&Co, Porsche, LVMH, o la firma de bolsos Anya Hindmarch, en la que llegó a invertir  40 millones de euros a través de Mayhoola, son una prueba más de su apuesta por el lujo. Además, posee el 65% de la firma italiana de moda masculina Pal Zileri y desde Qatar Luxury Group lleva la casa artesanal de marroquinería Le Tanneur.  En 2013 crearía Qela, la propia marca de moda catarí fundada por Qatar Foundation, el proyecto estrella de la ex jequesa nacido en 1995 que financia gran parte de sus proyectos.

Pero, ¿qué podemos decir de esta mujer que busca adueñarse del mundo del lujo? Como la segunda de las tres esposas de Hamad Bin Khalifa, esta matriarca es la elegante cara pública de la casa Al Thani, regente en Catar desde mediados de s. XIX y dueña del negocio de gas natural que enriquece al país.  Repasamos en 6 claves algunos aspectos de su vida:

1. Es el rostro visible de una de los organismos más controvertidos: Además del lujo, Qatar Foundation también ha buscado expandir su imperio al mundo del fútbol, con multitud de polémicas generadas. A las palabras del ministro alemán Gerd Mueller en 2014 ,que acusaba a Catar de  de financiar el Estado Islámico (ISIS), se unen continuas denuncias de organizaciones como Amnistía Internacional por no respetar los derechos humanos. Entre los últimos informes de la ONG se recogen casos de explotación y abusos a los trabajadores en la construcción del estadio que Catar está levantando de cara al mundial de FIFA 2022.

Las acciones de la Fundación, con Mozah al frente como presidenta, buscan liderar proyectos en educación que servirían como un lavado de imagen entre tanta polémica. Así, en otoño de 2003 surgió la iniciativa de Education City, un oasis académico situado en Doha, la capital, que permitía acercar varias universidades occidentales al emirato (a golpe de talonario) con el objetivo de promover la educación entre los cataríes.

2. Exiliada en Egipto en su juventud, es madre de 7 hijos: Criada en Al Khor, una ciudad costera de Catar, pasó su adolescencia en El Cairo por el exilio de su padre (opositor al régimen del abuelo del emir) hasta que en 1977 se casó con el príncipe heredero, Hamad bin Khalifah Al Thani. El matrimonio tuvo dos chicas y cinco chicos. En 2013 el emir abdicaría en favor de uno de ellos, Sheikh Tamim, actual regente de Catar, mientras que el resto de hermanos ocuparon con el tiempo diferentes cargos. De las dos hijas destaca Al-Mayasa. Instruida en Estados Unidos, lidera parte del espectro cultural del país como coleccionista de arte, presidenta de los Museos de Catar y del Doha Film Institute.

3. También ha intentado intervenir en los medios de comunicación cataríes: Si su marido se relacionó con la fundación de Al Jazeera, ella estuvo en 2008 detrás de la creación en Doha de un organismo de prensa independiente liderado por Robert Ménard, cabeza visible de Reporteros sin Fronteras. Menos de un año después Ménard renunció a su cargo, alegando la ausencia de independencia informativa.

4. Es licenciada en sociología: Estudió esta carrera en la Universidad de Qatar, que retomó poco después de casarse a los 18 años. Además, posee dos distinciones honoríficas como doctora en Letras Humanas por la Universidad Carnegie Mellon y la Universidad de la Commonwealth de Virginia (Estados Unidos).

5. Adapta la alta costura al código de modestia de la sharia: En 2015 la revista Vanity Fair la incluyó en su lista anual de mujeres con más clase del planeta. Un estilo que ella misma define entre “algo que respeta la tradición y es al mismo tiempo moderno y práctico”.  Siempre desde la modestia y el pudor, luce vestidos largos, trajes de chaqueta, pantalones vaporosos y cuerpos de manga francesa que no dejan entrever más allá de la muñeca. Chanel, Dior, Cartier, Gianvito Rossi o Stephane Rolland son algunas de las marcas fetiche que lleva en sus apariciones públicas, aunque según su Instagram, tampoco es raro verla enfundada en una abaya. En una entrevista para The Financial Times comentó que ella misma es su estilista y que no necesita a nadie en este aspecto porque “no encontraría ninguno que entendiese lo que yo quiero”.

6. Tiene un capital inmobiliario lejos de Catar: Si en sus paredes cuelgan cuadros de Rothko o de Damian Hirst, entre las propiedades de su familia van incluyéndose algunos de los edificios más caros del skyline londinense. De ellos es el rascacielos The Shard, el edificio de la embajada en Estados Unidos en Grosvenor Square, la villa Olímpica y sí, otro movimiento en el sector del lujo, los grandes almacenes Harrod’s. En 2010, el multimillonario Al Fayed se los vendió a la realeza catarí por 1.741 millones de euros.

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