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‘Grit’ o el ‘cholismo’: el nuevo secreto del éxito es también un fenómeno literario

Lo último en materia educativa para escolares y charlas motivacionales te ayuda a canalizar los esfuerzos para conseguir lo que te propongas. Es todo un ‘best seller’ en Estados Unidos.

montaje cover grit
Angeladuckworth.com

¿El talento nace o se hace? A raíz de los miles de ejemplares vendidos en las últimas semanas, los norteamericanos parecen tener muy clara su respuesta: se hace. Al menos, eso es lo que afirma la psicóloga Angela Duckworth, autora del superventas Grit: The power of passion and perseverance (Grit: El poder de la pasión y la perseverancia), que presenta un nuevo método para ayudarte a alcanzar cualquier objetivo. Los principales periódicos del país, revistas especializadas y personalidades como Arianna Huffington y Brad Stevens (entrenador de los Boston Celtics) se han desecho en elogios, tildándolo de “magistral”, “persuasivo” y “de lectura obligada”. Duckworth ha puesto de moda el añejo vocablo grit, que podría traducirse como determinación, fuerza de carácter, perseverancia, persistencia, tenacidad… o como ninguna de ellas, porque según ha señalado la autora: “grit suena mejor y tiene las connotaciones que buscaba”. ¿Cómo se ha convertido en la revelación literaria de 2016? ¿Cuáles son sus líneas maestras? ¿Aporta algo nuevo? Aunque todavía no ha llegado a nuestro país, en S Moda compilamos las primeras claves para que puedas experimentar el fenómeno desde hoy mismo.

En el verano de 2004, Angela Duckworth se marchó a la prestigiosa academia militar de West Point para estudiar a más de mil cadetes de nuevo ingreso. Estos jóvenes se enfrentan en su primer año a las conocidas como Beast Barracks, un durísimo entrenamiento de siete semanas en las que trabajan académica y físicamente durante 17 horas seguidas sin descansos; una prueba que sirve como filtro y produce cientos de abandonos prematuros. Duckworth quiso conocer qué cualidades deberían tener los recién llegados para predecir su éxito en la prueba una vez fuesen aceptados por la escuela. Dejando a un lado el sistema tradicional de evaluación de notas escolares, habilidades de liderazgo y rendimiento físico, la psicóloga diseñó una encuesta que testaba la voluntad de perseverar en la conquista de objetivos a largo plazo, lo que ella denominó como grit. El grado de predicción fue altísimo y el modelo se convirtió en todo un referente.

Aunque su libro acaba de ver la luz, Duckworth ha viajado por todo el país con su método, reconocido en el sistema educativo nacional, becado por la prestigiosa fundación MacArthur y viralizado en 2013, gracias a una conferencia TED con más de 8 millones de visitas. Ahora, ha trasladado esa charla a los lectores. Nos hemos puesto en contacto con la autora para que nos explicara de primera mano su funcionamiento, pero declinó la invitación debido al gran volumen de trabajo. Aún así, está disponible en su web el test para conocer nuestros niveles de grit en sangre. Su realización es muy sencilla, solo tenemos que valorar el grado de identificación con diez afirmaciones distintas, como “los nuevos proyectos me distraen de los anteriores”, “finalizo cualquier cosa que empiezo” y “mis intereses cambian año a año”.

Ni la inteligencia, ni la educación, ni la situación familiar, ni el nivel económico. Para Duckworth, la clave para tener éxito es el carácter, el cultivo de nuestra tenacidad. The New York Times simplificó el concepto para su mejor comprensión: “Talento + Esfuerzo = Habilidad. Habilidad + Esfuerzo = Logro”. En otras palabras, “el esfuerzo vale por dos”. Y esa es una de las características que lo ha convertido en mainstream. Cualquier persona, independientemente de la edad, raza o sexo, puede aprender y desarrollar esta cualidad. La otra, que su método predice el éxito de una manera más fiable que el cociente intelectual. Volviendo a la afirmación del inicio de este artículo, en Grit el talento se hace, sí, porque si este fuera innato dejaríamos de luchar y mejorar para ser capaces de alcanzarlo algún día. Por eso Duckworth reclama mantener un sentido de esperanza y resiliencia, otro término de moda en los últimos tiempos, que hace referencia a la capacidad de un ser humano para superar pérdidas y grandes obstáculos.

Simeone, como El pensador de Rodin, ha forjado en las ruedas de prensa toda una filosofía basada en el esfuerzo.
Simeone, como El pensador de Rodin, ha forjado en las ruedas de prensa toda una filosofía basada en el esfuerzo.Getty

El mayor logro de la psicóloga ha sido introducir su método en cientos de centros escolares en todo el país. Pero, ¿cómo despertar esta determinación en tus hijos? En un extracto del libro, Duckworth da la primera clave: “Primero tienes que cuestionarte cuánta pasión y perseverancia pones en tus propios objetivos vitales. Después, pregúntate cómo de probable es que tu estilo de paternidad anime a tu hijo a emularte. Si la respuesta a la primera pregunta es “mucha”, y la respuesta a la segunda es “muy probable”, entonces ya estás educándolos para tener esa determinación”. Los críticos con el sistema impartido por Duckworth alegan que este espíritu puede crear expectativas poco realistas en los niños sobre sus posibles logros futuros, traduciéndose años después en fracasos y frustración.

Más allá de haber dado con una palabra que “suena bien”, el celebrado alegato de Duckworth no parece aportar ningún secreto revolucionario. Tanto es así, que podría resumirse llanamente como ‘El que la sigue, la consigue’, con la contemporánea idea de ‘La cultura del esfuerzo’, o rizando el rizo, con alguna de las consignas vertidas por Diego Pablo Simeone en sus ruedas de prensa. El entrenador del Atlético de Madrid ha construido todo un ideario que nos recuerda muy mucho al discurso de la psicóloga. Además del ya clásico “partido a partido”, el Cholo ha dejado para la historia otras frases memorables que, a buen seguro, conformarían una interesante charla TED. Él, haciendo gala de verborrea argentina, sigue la máxima de su gran amigo, el exfutbolista Nelson Vivas: “Solo en el diccionario el éxito va antes del trabajo”. Otras dignas de recuerdo son: “El esfuerzo es la magia que transforma los éxitos en realidad”, “no ganan siempre los buenos, ganan los que luchan” y “el esfuerzo no se negocia”. ¿Quién necesita grit teniendo cholismo (ilustrado)?

El éxito del libro ha despertado debates en la sociedad estadounidense sobre su idoneidad y efectividad en los escolares. La teoría de Duckworth fue acusada de clasista y racista, ya que su investigación se llevó a cabo en grupos privilegiados, como universidades de la Ivy League (las más prestigiosas del país), la misma academia West Point o los participantes del Concurso Nacional de Deletreo. Un educador doctorado de la Universidad de Stanford, Ethan Rise, señala que esta “determinación” no debería ser enseñada a los niños con menos recursos, al haberla desarrollado ya previamente por crecer en esas difíciles condiciones. Por otro lado, centrarlo todo en el carácter conlleva el riesgo de ahorrar en recursos educativos para enseñar las habilidades y el conocimiento requerido por esos niños. “Puede volverse peligroso. Si la determinación ofrece el camino al éxito, y se obtiene gracias a perseverar en los malos tiempos, entonces la mejor manera de ayudar a los pobres es asegurarse de que sus vidas siguen siendo complicadas”.

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