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Los Globos de Oro son «la noche de la fiesta y la borrachera» en Hollywood y estas celebridades lo demostraron sobre el escenario

Intérpretes como Elizabeth Taylor, Cate Blanchett o Emma Thompson se colocaron frente a los focos tras haber bebido unas copas de más en los premios de la prensa extranjera.

Ricky Gervais ha presentado en varias ocasiones la ceremonia sin despegarse de su inseparable cerveza.
Ricky Gervais ha presentado en varias ocasiones la ceremonia sin despegarse de su inseparable cerveza.GEtty (Getty Images)

“Esta es una noche de fiesta y borrachera… lo que Charlie Sheen llama desayuno”. Fue el presentador más celebrado y controvertido en la historia de los premios, el británico Ricky Gervais, quien resumió de forma más certera el verdadero espíritu de los Globos de Oro. La gala de la prensa extranjera de Hollywood ha conseguido hacerse un hueco propio en la temporada de premios por honrar el concepto de ‘fiesta del cine’ más que ninguna otra. Lejos de la tensión y academicismo de los Oscar, los Globos son un verdadero espectáculo televisivo en el que el alcohol corre por las mesas para relajar a unas estrellas que se muestran en su estado natural. Una noche en la que es posible ver a un mito del calibre de Tom Hanks transformándose en camarero para llevar una bandeja repleta de martinis hasta su mesa. Con motivo de la nueva edición de los premios que se celebran en la madrugada de este 6 de enero, con Gervais –y su vaso de cerveza– repitiendo como presentador, repasamos los momentos más embriagados e inolvidables que nos ha dejado la ceremonia en sus 77 años de vida. ¿Podemos calificar ya los Oscar como la postsala de los Globos de Oro?

Elizabeth Taylor

Ni siquiera el envelopegate protagonizado por Faye Dunaway y Warren Beatty en los Oscar de 2017, y cuyo error nos hizo tener a dos ganadores de la estatuilla a mejor película en apenas unos segundos, puede compararse con la que quizá sea la más genial presentación de la historia de un premio cinematográfico. Ocurrió en la edición de los Globos de Oro de 2001 y su responsable fue nada menos que la legendaria Liz Taylor, que tras recibir una rotunda ovación de los allí presentes dejó bien claro que quizá se había pasado con la copita de bienvenida. El teleprompter se convirtió en el mayor rival de la intérprete, que erró a la hora de leer los títulos de las nominadas a mejor película dramática y estuvo a punto de dar el nombre de la ganadora incluso antes de repasar las candidatas. Desorientada con un sobre que también se le resistía, la protagonista de Cleopatra solo se dio cuenta de la metedura de pata cuando le avisó un invitado en el patio de butacas, a quien contestó con su característica grandeza: “¡Soy nueva en esto! ¡Normalmente prefiero recogerlos!”. Finalmente, el presentador de la televisión estadounidense Dick Clark salió desde bambalinas en su auxilio y Taylor, tras reseñar “lo brillante” que era el sobre, logró darle el Globo de Oro a Gladiator.

Renée Zellweger

“¿Dónde está?, ¿está debajo de la mesa? Señoras y señores, Renée está borracha”. Que la gala de los Globos de Oro de 2001 pueda ser considerada como la más bizarra de la historia se ratifica también por lo sucedido en la entrega del premio de mejor actriz a Renée Zellweger por parte de Hugh Grant. La intérprete, galardonada por su trabajo en Persiguiendo a Betty, no se encontraba en la platea cuando el británico anunció la ganadora y este estuvo a punto de tener que aceptar el premio en su nombre cuando le dijeron que la actriz estaba en el baño. Unos segundos después, Zellweger entró al escenario entre carcajadas asegurando que todavía tenía “pintalabios en los dientes”.

Cate Blanchett

La australiana es de las que prefieren ir con la embriagada verdad por delante y, a la hora de recoger su galardón a la mejor actriz de 2014 por Blue Jasmine, admitió que llevaba “un par de vodkas en el cuerpo”. Tras dos minutos de atropellado discurso, Blanchett terminó dando las gracias a su agente por haberle “suministrado vodka de la misma manera que los agentes de Judy Garland probablemente la atiborraban a ella a barbitúricos”.

Jack Nicholson

“Sé que la noche se está haciendo corta, pero me he tomado un Valium así que…”. Después de bromear sobre la nariz de Nicole Kidman, meterse con el pelo de Dermot Mulroney y criticar que su película –A propósito de Schmidt–, compitiera en la categoría de drama en lugar de comedia, el siempre excéntrico Jack Nicholson terminó confesando que estaba bajo los efectos del célebre tranquilizante. En el vídeo del momento puede apreciarse cómo el discurso de la estrella del cine parece haber sido ralentizado por los realizadores de la gala.

Emma Thompson

Descalza, con una copa en la mano y los Louboutin en la otra. Pocas veces se ha presentado un galardón con más glamour que el exhibido por la británica en la edición de 2014, cuando entregó la estatuilla a Spike Jonze por el guion de Her. “Esta es mi sangre”, dijo la actriz apuntando al color rojo de la suela de sus zapatos, justo antes de tirarlos por el escenario para poder recoger el sobre del ganador. Una de las razones por las que quizá les afecte tanto el alcohol a las estrellas esa noche sea su estomago vacío, ya que la comida servida en la gala ha sido criticada públicamente por celebrities como la modelo Chrissy Teigen, que resumió el menú en Twitter con un explícito “putos sándwiches”.

Brendan Fraser

El protagonista de La momia convirtió su insólita palmada en la ceremonia de 2010 en uno de los gifs más memorables de Internet en la última década. “Te sientas allí con cámaras por todas partes, y estás con tus amigos… De repente vi una luz roja y me deslumbré”, confesó después Fraser en un late night televisivo. Ni él mismo supo explicar a qué se debía su gesto, que tuvo lugar cuando Robert De Niro bromeaba sobre Martin Scorsese, pero miles de internautas le estarán eternamente agradecidos.

Bette Midler

Antes de que los Globos de Oro se transformaran en una gala retransmitida por televisión a nivel internacional, los códigos de comportamiento eran incluso menos estrictos que los actuales. Así lo demostró una desatada Bette Midler al recoger el premio a mejor actriz del año por su papel en el filme La rosa. Midler comparó los Globos con sus propios pechos y amenazó con introducirse la estatuilla en la boca para fingir sexo oral.

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