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Por qué deberíamos empezar a tomarnos muy en serio a Dwayne Johnson (‘The Rock’)

Tiene más de 100 millones de seguidores, la HBO se rinde a sus pies, es el actor más demandado y uno de los más influyentes del mundo. Y lo mejor todavía está por llegar.

Hercules Beijing Premiere
Getty (Getty Images for Paramount Pictu)

“He disfrutado de tus películas durante años. Muy entretenidas. Tengo la sensación de haberte descubierto en este tiempo, y recientemente, tras verte presentar Saturday Night Live. Bien hecho. Continúa así. Estoy orgulloso de tu trabajo y deseando conocerte”. Dwayne Douglas Johnson, de 44 años, recita de memoria en una entrevista las líneas de una carta que recibió hace algunas semanas y que le ha marcado. Según afirma, leerla fue el momento más especial en su trayectoria como actor. Una carrera ya larga pero que se encuentra en su punto más álgido. El pasado año, Johnson fue el actor que más entradas despachó en las taquillas, repitiendo la hazaña que ya consiguiera en 2013. Además, protagonizó Ballers, la comedia más vista de la década en la prestigiosa cadena HBO. También sacó tiempo para reaparecer en Wrestlemania (el evento de lucha libre más seguido del año), oficiar una boda civil para sorprender a uno de sus fans, lanzar una app-despertador con sus frases motivacionales y colaborar periódicamente con su fundación, que recauda fondos para ayudar a niños con enfermedades de alto riesgo o terminales. Sin olvidarse de su hercúleo cuerpo, que trabaja cada día desde las 4 de la mañana (por algo le llaman «La roca»). Claro, tal currículum no podía pasarle desapercibido a la revista Time. Ni al remitente de la carta que con tanto cariño guarda Johnson, un tal Steven Spielberg. Este californiano, de raíces samoanas y africanas, con cara de tipo duro, sonrisa perenne y voz celestial (sí, celestial), ha conquistado el mundo del cine. Igual deberíamos empezar a tomárnoslo en serio.

Dawayne Johnson protagoniza ‘Ballers’, la comedia más exitosa de HBO en los últimos años.
Dawayne Johnson protagoniza ‘Ballers’, la comedia más exitosa de HBO en los últimos años.Cordon Press

El número especial de Time, con su tradicional listado de las 100 personas más influyentes del mundo, tuvo en esta edición un invitado inesperado. En el apartado ‘Titanes’, que engloba a diez personalidades cuya influencia se filtra en diferentes aspectos del ámbito social y cultural como Mark Zuckerberg, Tim Cook o el Papa Francisco, se coló también Dwayne Johnson. Con sus 120 kilos de peso y casi dos metros de altura, se ha convertido en todo un icono global de la generación millennial. Una historia de superación que inspira a sus más de 115 millones de seguidores en las redes sociales gracias a su arrollador carisma. El director Peter Berg (Hancock), lo definió en la revista como una “combinación inusual de simpatía, creatividad y talento, pero también como un sólido hombre de negocios”. Johnson representa la versión 2.0 del tipo duro de los 80, encarnado por su ídolo Arnold Schwarzenegger, y con quien Berg le augura futuras similitudes. “Dwayne se convertirá en gobernador de Florida en ocho años y en presidente en doce, y será el mejor que hemos tenido desde Ronald Reagan”. Líder conservador del mundo libre y estrella del cine de acción, el sueño de las cintas de videoclub.

Porque en lo de dar tortas, Johnson es todo un experto. Durante casi una década, su álter ego, The Rock, fue el referente del universo del pressing catch. Un showman del ring que encendía a las masas cuando agarraba el micrófono, arqueaba la ceja derecha y gritaba su legendaria consigna, que los fans coreaban al unísono. “¿Hueles lo que The Rock está cocinando?”. Es la tercera generación de una familia de luchadores: primero su abuelo, y después su padre, Rocky Johnson, a quien homenajea con su apodo de combate. Antes de eso, fue un adolescente problemático, arrestado una decena de veces por su implicación en robos y peleas. Con su progenitor luchando alrededor del mundo, él y su madre fueron desahuciados del pequeño estudio en el que vivían, al no poder hacer frente al alquiler de 160 euros al mes. Esta experiencia marcó a Johnson, tanto como para producir un documental sobre los jóvenes internos en un correccional de Miami que HBO emitirá próximamente.

De adolescente problemático a estrella, su carrera ha despegado en los últimos años (también en lo estilístico).
De adolescente problemático a estrella, su carrera ha despegado en los últimos años (también en lo estilístico).Twitter / Getty

Como tantos otros antes que él, el deporte le proporcionó la salida de ese mundo. Pero una lesión de espalda frustró su prometedora carrera en el fútbol americano mientras jugaba en la Universidad de Miami, donde se licenció en Criminología. Tras intentar continuar con su trayectoria en un equipo canadiense, al poco tiempo volvió arruinado a Estados Unidos. Su padre tuvo que recogerlo porque el único dinero que le quedaba por aquel entonces eran siete dólares. Hoy, tiene una exitosa y millonaria productora llamada Seven Bucks (siete dólares), en una muestra más de que el músculo mejor trabajado en su fibroso cuerpo es el cerebro.

Para desentrañar los encantos de Dwayne Johnson solo hay que echar un vistazo a su Instagram, actualizado a diario. Los vídeos de sus durísimos entrenamientos se entremezclan con las apariciones en actos solidarios e imágenes del rodaje de su siguiente película. En ese apartado, Dwayne Johnson ha revolucionado el mundo del marketing cinematográfico. Cuando las cámaras no están rodando, su compromiso continúa vigente, consciente de que la efectiva comunicación de su próximo estreno a sus cien millones de seguidores es más potente que cualquier campaña tradicional. En la época del postureo “No sonrío en las alfombras rojas”, Johnson aparece siempre con una sonrisa, incluso si el acto publicitario le obliga a bailar –por cierto, muy bien- algo de Taylor Swift. Durante la grabación del remake de Los Vigilantes de la Playa, sus redes han sustituido a las notas de prensa en lo que a la presentación de los miembros del reparto se refiere, posando cada uno de ellos junto al protagonista. No parece casualidad entonces que en 2013 fuera el actor más taquillero, honor que ha repetido este pasado año gracias a la séptima parte de Fast & Furious y el blockbuster de catástrofes San Andrés, que sumaron 1.500 millones de dólares.

Aunque llegó al cine en el año 2001 con El regreso de la momia, es ahora cuando su trayectoria parece por fin validada y reconocida. Sus primeros filmes como protagonista eran carne de sobremesa en Antena 3, con papeles planos de tipo duro, que le reportaron varios Razzies al peor actor del año. Cuando su carrera estaba a punto de irse a pique, Johnson decidió dejar a su agencia de representación para buscar otro camino. “Sentía que no estaba funcionando. Necesitaba parar, reajustar, tranquilizarme. Y voy a intentarlo una vez más, pero al menos, voy a intentarlo siendo yo mismo”, confesó. Johnson no ha parado de trabajar desde entonces. Aunque consciente de que sus capacidades interpretativas fueron, son y serán cuestionadas por los más puristas, ha conseguido que la prestigiosa HBO confiara en él para producir y protagonizar una serie. Ballers, una comedia basada en el mundo del fútbol americano, posicionó su primera temporada como la más vista de la década en la cadena. En el futuro más inmediato, será el responsable de levantar dos remakes noventeros: la mencionada Los Vigilantes de la Playa y Jumanji; además de poner la voz y dar el cante en la nueva película de animación de Disney, Vaiana. Definitivamente Dwayne Johnson está cocinando algo. Y huele que alimenta.

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