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Blanca Paloma representó anoche a España en el Festival de Eurovisión, celebrado este año en la localidad británica de Liverpool. La artista, de 33 años, cantó Eaea y obtuvo el puesto 17 en un certamen que ganó de nuevo Suecia, con la propuesta de Loreen, que ya había vencido en 2012. Para su estilismo, Blanca Paloma volvió a recurrir al corpiño-armadura granate que ya había lucido en los ensayos. "Es una escultura que se ha hecho sobre su propio cuerpo. Esta pieza reúne la fuerza, la pasión, el músculo, la dureza, la protección de la armadura, pero con formas suaves y orgánicas que le dan esa dualidad tan especial", explicaba a principios de mayo en la web de RTVE Raúl Amor, figurinista de la cadena de televisión pública y estilista de la cantante ilicitana en esta cita eurovisiva. Paola de Diego ha sido la diseñadora encargada del look y Diana Botas la creadora del corsé. Pero ¿por qué una armadura? Tiene que ver con el gesto de la arquera que ha acompañado a la artista a lo largo de la promoción de su tema los últimos meses. Ella misma explicó de dónde había surgido tras ganar el Benidorm Fest, al que se había presentado también en 2022, cuando lo ganó Chanel: el tema Secreto de agua, con el que se presentó al proceso de selección para el festival el año pasado, fue compuesto para la banda sonora del documental Lucía en la telaraña, sobre el asesinato en 2008 de Lucía Garrido en Alhaurín de la Torre (Málaga). Y la arquera con la que desde entonces acompaña sus interpretaciones evoca, según explicó la intérprete, a las diosas Diana y Artemisa, que en las mitologías romana y griega, respectivamente, eran una figura protectora. Su estilismo habla de protección, empoderamiento y ancestros.