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7 cosas que pelis como Blade Runner nos dijeron que tendríamos en 2019 y no hemos logrado (y 6 que sí)

¿Acertaron los guionistas de ‘Blade Runner’, ‘Perseguido’, ‘La Isla’ y ‘Daybreakers’ sobre cómo sería el futuro?

blade runner
D.R.

En este año 2019 que acabamos de empezar transcurre la más clásica de las clásicas películas futuristas, Blade Runner, pero también Perseguido, La Isla y Daybreakers. En un repaso a las cuatro, es evidente que el futuro no es como lo habíamos soñado… pero en alguna cosa han acertado.

Cosas que NO tenemos

1. Replicantes (visto en Blade Runner)
De momento, hemos conseguido disfrazar a un ruso de robot, que ya es mucho, pero lo de crear robots que sean indistinguibles del ser humano nos queda lejos. Lo más que nos hemos acercado han sido las influencers de Instagram, los Javis y los creadores de muñecas sexuales.

2. Uniformes (visto en La Isla)
Por más que haya quien sostenga que se lo compramos todo a Amancio, los vestuarios son amplios. Nada de ir con monos blancos (que ensucian mucho y además solo te quedan bien si tienes tipín).

3. Coches voladores (visto en Blade Runner)
Una de las grandes decepciones. En vez de coches voladores tenemos las ciudades infestadas de patinetes asesinos y a Elon Musk queriéndonos hacer viajar en el vacío, como si fuéramos lonchas de queso del súper, en su hyperloop.

4. Clones (visto en La Isla)
Difícil cuestión… Los llamados “agnates”, clones que generan órganos para trasplantes, no están todavía entre nosotros, pero un chino loco dice que ya se ha puesto manos a la obra en eso de clonar bebés. Además, no necesitamos clones: España es el país del mundo con mayor número de trasplantes por habitante.

5. Nuevas lenguas (visto en Blade Runner)
No se ha logrado crear una mezcla de español, húngaro y chino incomprensible, pero estamos en el camino: ya necesitamos un diccionario para entender a los cantantes de trap y a una traductora para comprender a Shakira.

6. Humo en el trabajo (visto en Blade Runner)
Lo del humo tenía razones personales. El hermano del director Ridley Scott había muerto de cáncer, y él es un gran amante de los puros. Parece que, por lo menos en el mundo occidental, el cigarrito en el trabajo ha pasado a mejor vida y ya no se fuma como carreteros en la oficina.

7. Maxi hombreras (visto en Blade Runner)
A ver, lo de Sean Young en Blade Runner era estilazo y lo demás son tonterías, pero nadie va hoy vestida como ella. Los abrigos de pieles se consideran una crueldad y con esas hombreras/almohadas que se gastaba no entras en el metro. Lo que sí han triunfado han sido las maxi gafas de metal de su creador, Tyrell, gracias a eso del “geek chic”. Malasaña o el Born están llenos de pequeños Tyrellitos.

Cosas que SÍ tenemos (bueno, más o menos)

2. Edificios anuncio (visto en Blade Runner)
Aquí la clavaron. Times Square, Picadilly Circus… ¡Callao! Sustituye a la muchacha oriental del anuncio de Coca-Cola por Rosalía y ya lo tendríamos.

2. Realities a vida o muerte (visto en Perseguido)
Si se titula Supervivientes, por algo será. Y la vida no, pero la salud mental igual sí que la pierdes si te encierran en una casa con Miriam, la reina Inca de GH. Por cierto, que en Perseguido hay ‘tongazo’ (no digo ná y lo digo tó).

3. El cambio climático (visto en Blade Runner)
Un acierto relativo. En vez de estar todo el día pasados por agua como peces en el río, parece que el mundo camina más hacia el veroño continuo. El planeta se calienta y en breve empezaremos a hacer danzas de la lluvia.

4. Mujeres como fábricas de bebés (visto en La Isla)
Si la gestación subrogada no es algo parecido a lo que se ve en esta distopía, se le parece mucho.

5. Conversaciones con máquinas (visto en Blade Runner)
Siempre fue más romántico hablar a las flores como el Padre Mundina, ¿no? Pues nada. Los asistentes virtuales (la dichosa Alexa, vamos) han sido uno de los regalos de Reyes más sonados.

6. Vampiros gobernando la tierra (visto en Daybreakers)
Cambia vampiros por banqueros. Vuelve a leer la frase. En un mundo de vampiros, los cuatro humanos que quedan son explotados hasta la extenuación. ¿Te suena de algo?

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