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Cantante y feminista, esta es Beata, la hermana pequeña de Greta Thunberg

Tres años menor que la activista por el clima, Beata sigue los pasos de su madre en la música y usa su voz (y su altavoz) para denunciar el acoso escolar, se declara feminista y se manifiesta con su hermana por la emergencia climática.

Beata Earnman.
Beata Earnman.Instagram

Ser la hermana de Greta Thunberg ha puesto el nombre de Beata Earnman en la palestra con más notoriedad. Tres años menor que la activista por el clima más conocida del mundo, la pequeña de los Thunberg también ocupa titulares y genera interés por sí misma. A sus 13 años ha iniciado su carrera profesional en la música como cantante siguiendo los pasos de su madre, la mezzosoprano Malena Ernman, conocida en Europa por representar a Suecia en Eurovisión 2009. Subiéndose con ella a los escenarios desde hace unos años y ya en el foco mediático tras el estallido de fama familiar, Beata –que usa para su nombre artístico el apellido de su madre– pone su voz para denunciar el acoso escolar.

Con el apoyo y la visibilidad de su hermana Greta, que está a punto de llegar a España para acudir a la Cumbre por el Clima en Madrid, Beata estrenaba el single Bara Du Vill en la televisión sueca. Un himno antiacoso con el que la cantante se ha convertido en la cara promocional de la serie de libros Manual para superhéroes, de Elias Våhlund, que pretenden proporcionar apoyo a los niños que son acosados en las aulas. Un tema que repite frases como «nunca dejes de creer en ti mismo» y que, según contó Beata en una entrevista en el programa Malou after tio, canta a todos aquellos «pequeños héroes que se sienten solos”.

Ella misma sufre los estragos de esta lacra. El acoso a Greta y su familia es la cara b del reconocimiento y el aplauso a la joven sueca que en poco más de un año se ha alzado como icono del activismo climático y ejemplo de la determinación de una generación joven que planta cara a los líderes mundiales y defiende sus derechos, siendo continuamente desacreditada por su edad e insultada y vejada por personalidades con poder que le triplican la edad, como el presidente de Estados Unidos Donald Trump. La impulsora del movimiento Fridays for Future denunciaba en una entrevista con el periódico sueco Dagens Nyheter que este acoso se propaga sobre todo a través de internet: «La que más sufre es mi hermana. Tiene 13 años y tiene que soportar el acoso sistemático y el odio. La gente que me escribe estos comentarios y me amenaza, se lo hace también a toda mi familia, ella incluida. La diferencia es que ellos están siempre en casa y yo estoy siempre viajando, sin acceso [a esos comentarios]”.

“No tiene ningún tipo de apoyo”, señalaba la mayor de las hermanas Thunberg subrayando el hecho de que Beata no cuenta con una legión de seguidores que le dejan mensajes de apoyo ni que acudan a recibirla tras sus viajes en los que, como ella, poder resguardarse. “La mejor manera de ayudarme en este momento es apoyando a mi hermana. No porque ella sea mi hermana, sino porque es una persona maravillosa y fuerte”. Y explicó al medio sueco que su familia siempre denuncia estos abusos a la policía.

En Nuestra casa está ardiendo (Lumen), el libro autobiográfico que Malena Ernman firma en coautoría con su marido, el actor y manager Svante Thunberg y sus hijas, la cantante cuenta cómo la depresión que causó en Greta la situación de emergencia climática y su determinación por hacer activismo llevó a toda la familia a comprometerse con la causa dando un cambio radical a su vida (alimentación vegana y vegetariana, no coger aviones y usar coche eléctrico). Pero relata sobre todo la dificultad del proceso hasta descubrir qué le pasaba y cómo Svante y ella como padres han tratado las diferentes condiciones mentales de sus hijas, a las que suele denominar como «superpoderes». Primero fue Greta, a quien se le diagnóstico el síndrome de Asperger, TOC y mutismo selectivo a los 10 años. Y a sus 12, a Beata se le diagnosticó TDAH con rasgos de Asperger, Trastorno Obsesivo Compulsivo y TOD (Trastorno de Oposición Desafiante), lo que desencadena en ella episodios de ira.

Dentro del libro, Malena también deja ver otra causa que, además de la denuncia del acoso escolar, mueve a su hija Beata: el feminismo. Según sus palabras, Ernman no entiende por qué socialmente “los chicos valen más que las chicas”, por qué sus logros se llevan más aplausos o sus discursos son más escuchados. A lo que Malena responde: “Son las estructuras patriarcales de la sociedad”.

En su Instagram, con más de 14.000 seguidores, Beata se presenta como amante de la música, del baile y de los «abrazos cálidos». Un perfil en la red social como el de cualquier otra joven de su edad en la que se mezclan sus vídeos bailando, cantando o apoyando a su hermana sentada junto a ella frente al Parlamento sueco los viernes secundando la huelga escolar por el clima. Que la maquinaria promocional está a su favor es indudable, pero de momento Beata ha optado por hacer lo que otras tantas artistas jóvenes de su generación: aprovechar su posición para disfrutar con lo que hace mientras lanza un mensaje importante.

 

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