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El gran rival de Bradley Cooper para ganar el Oscar es su propio perro

Ni Lady Gaga ha podido hacer sombra al debut cinematográfico de Charlie, el can adoptado por Cooper que, según los medios estadounidenses, hace un trabajo digno de estatuilla en ‘Ha nacido una estrella’.

Bradley Cooper y Lady Gaga se han encontrado con un compañero de reparto que recopila más halagos que ellos.
Bradley Cooper y Lady Gaga se han encontrado con un compañero de reparto que recopila más halagos que ellos.Warner Bros

“Ahora tiene su propio agente. No hablo mucho con él, no me devuelve las llamadas. Siempre me huye a no ser que tenga comida”. Debe de ser difícil para el director de una ópera prima que tras jugártelo todo por una promesa interpretativa en quienes pocos confiaban, esta decida ignorarte una vez se ha convertido en celebridad. Más aún, si es tu propio perro en la vida real. A este dilema es al que se refería Bradley Cooper en una reciente entrevista con respecto a su relación con Charlie, un can similar a un peluche y que saca a pasear cada día pese a ser uno de sus mayores rivales en la carrera hacia el Oscar. O eso es lo que reclaman varios medios estadounidenses y centenares de tuiteros tras comprobar el método Stanislavski de Charlie en Ha nacido una estrella. PETA, la asociación por los derechos de los animales, ya le ha concedido el primer premio en la carrera profesional de la mascota de Cooper e Irina Shayk. Lo sentimos Lady Gaga, pero otro debutante en la gran pantalla te hace sombra. Y además, es un buen chico.

“La cuestión no es ‘¿Debería ganar un Oscar el perro de Bradley Cooper’, sino ‘¿Por qué no debería ganar el Oscar el perro de Bradley Cooper?”, escribe The Cut. “Seguro que se merece una estatuilla”, añade Paper. “Y el Oscar al mejor actor es para… oh, ¡otro empate! Entre Bradley Cooper y su perro”, tuiteaba Louis Petzman de Buzzfeed. Las redes han dictado sentencia y todo lo que no sea ver a este cruce entre labrador y caniche pasear su melenuda cola por la alfombra roja del Dolby Theatre el próximo 24 de febrero será una decepción. Charlie es una cara familiar para los paparazzis debido a las caminatas periódicas de su célebre pareja de dueños y Lea, la hija en común. Según el actor y director del musical, la presencia del perro es fundamental en el filme ya que su papel es similar al que tendría un hijo en la relación entre la promesa del pop Ally (Gaga) y el cantante en horas bajas Jackson Maine (Cooper).

En su primera aparición en pantalla lo vemos como un mero cachorro, pero su presencia física va aumentando de manera proporcional a los problemas del dúo protagonista. El enchufismo del director se ha mostrado acertado en este caso teniendo en cuenta, además, que también protagoniza el clímax del filme. “No hubo nepotismo en la elección, quería que existiera una relación con este perro”, afirmó Cooper. Charlie, que es adoptado, debe su nombre al padre del actor de Resacón en Las Vegas, fallecido en 2011 a causa de un cáncer pulmonar. Este es el tercer perro que se le conoce al intérprete tras un braco alemán llamado Samson y un cruce de retriever y chow chow conocido como Charlotte. Tal es su amor por estos animales que en el primer cumpleaños de su hija apareció vestido con un disfraz canino.

Cooper paseando a Charlotte, su otro perro y todavía anónimo.
Cooper paseando a Charlotte, su otro perro y todavía anónimo.Cordon Press (Humberto Carreno/startraksphoto.)

Los hay quienes, como The Ringer, han estudiado de manera sesuda las dotes de Charlie comparándolas con algunos de los más grandes canes de la gran pantalla. “Su inolvidable interpretación combina la audacia generosa de Lassie con una pizca de la insolencia de Eddie de Frasier y la gravitas emocional del viejo y sabio golden retriever de De vuelta a casa”. Como si de una saga de folclóricas se tratase, la pasión de la prensa estadounidense por Charlie se ha extendido al resto de su familia. La periodista y escritora Amy Kaufman descubrió que Dan Meis, propietario de la residencia de la pareja protagonista en el filme y arquitecto de recintos deportivos como el Staples Center de Los Ángeles, había adoptado a la hermana de Charlie, Ruby.

La organización animalista PETA ha premiado a Cooper por apostar por su propia mascota para aparecer en escena. “El adorable y querido perro roba planos –y los corazones de los espectadores– porque es evidente que le encanta estar con su papá de la vida real. PETA ha sido testigo de tanto abuso y negligencias con respecto a los perros, dentro y fuera del set, que deseamos que la decisión de Cooper siente un precedente seguido por todo Hollywood”, sostenía el comunicado. La cuestión es si todas las estrellas de la meca del cine contarán con una mascota tan adorable y carismática como Charlie. Apostamos a que no.

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