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Así funcionan la ‘farsa’ de las listas de boda en 2019: regalos ficticios y recibir dinero de forma elegante

Acudir a un centro comercial a crear estos listados de regalos o hacerlo de forma ‘online’ sigue vigente, pero los formatos y la finalidad en sí misma han cambiado.

Priscila y Elvis Presley el día de su boda.
Priscila y Elvis Presley el día de su boda.Cordon Press

Los datos contradicen lo que vemos en Instagram. En 2018 se celebraron en España 163.430 bodas, un 5,9% menos que el año anterior, según el INE. Sin embargo, con el impulso de redes sociales como Instagram o plataformas como Pinterest, la fastuosidad con la que estas se celebran va en aumento: el evento es prácticamente retransmitido en directo por sus propios invitados (7.337.955 resultados arroja la etiqueta ‘boda’ en Instagram) y la lucha no explícita por la fotografía de la puesta en escena más espectacular es un hecho. En esta tesitura de relativa renovación de un evento tan tradicional, las listas de boda permanecen para sorpresa de muchos también en nuevos términos.

El Libro imprescindible de las bodas, de Carles Torrecilla, elaborado con datos de Google y la colaboración de ESADE, recoge que estas listas, en su versión convencional, “parecen cosa del pasado” y arroja datos: “Sorprende la gran implantación del sobre con efectivo el día de la boda (55%), el ingreso en cuenta corriente (52%) y el regalo de libre elección (44%)”. Pero según la información que dan a S Moda desde Bodamás, el servicio nupcial de El Corte Inglés y de la plataforma digital de mismo fin Zankyou, cada año elaboran 3.000 y entre 5.000 y 7.000 listas de boda respectivamente. ¿Cómo funcionan?

Misma forma, distinto fin

El concepto lista de regalos con su respectivo valor económico persiste en centros comerciales, tiendas de decoración y grandes almacenes como El Corte Inglés. Los novios eligen qué compondrá el listado y los invitados eligen a cuál de esos productos que el propio establecimiento venderá, destina su aportación. Esta misma idea también se ha extrapolado a versión digital a través de plataformas como Amazon Wedding. Las claves son la gran variedad de artículos, con un importante abanico de precios (entre 100 y 3.000 euros en el caso de ECI)  y para que cada cual invierta el dinero en un regalo específico e identificable. Dando pie a la escena de la tía abuela que cada Navidad sentada en la mesa te recordará que esa vajilla esplendorosa corrió de su cuenta. “Una persona mayor regala algo más clásico, mientras que la gente joven opta por temas tecnológicos o ingresos a cuenta”, explica Ana Oliver Pinacho, responsable de marketing de Bodamás (ECI).

Aquí viene el giro propio de los tiempos: son muchos los casos, como el ejemplo de Zankyou, Bodas.net o el propio El Corte Inglés, en los que bajo el formato de lista se busca en realidad la transferencia a cuenta por el importe equivalente (listas ficticias). “Los novios del siglo XXI, por lo general, viven juntos antes de casarse y cuentan con una independencia económica previa. Algunos incluso viven en otro país. En vez de muebles y cubertería, como se necesitaba tradicionalmente, buscan flexibilidad y recibir contribuciones económicas de forma elegante”, explica sobre la tendencia Jimena Bernaldo de Quirós, responsable de listas de boda, marketing y eventos en Zankyou España. En el caso de ECI, «el producto es real. Los novios al final son los que deciden si se quedan la cantidad económica o el regalo en sí mismo”, apunta Ana Oliver.

De la cubertería a lo experiencial

«Poner un número de cuenta bancaria para que se haga una aportación es más impersonal y significa pedir dinero directamente. Las diferentes opciones de lista de boda son más sutiles, elegantes y personales», explican desde Zankyou. «Al invitado le gusta saber qué regala y de esta forma, eligiendo algo concreto, la experiencia es más bonita y personalizada tanto para ellos como para los novios».

Ese factor experiencial lo invade todo: desde la forma de hacer el regalo, con estos listados alojados en páginas web exclusivamente realizadas para la boda, en las que la sintonía estética con el evento y la comodidad de aglutinar en ellas toda la información necesaria para los asistentes son la prioridad de los novios, hasta los regalos en sí mismos. Jimena Bernaldo de Quirós cuenta a S Moda cómo en los últimos años, a estas listas de boda con regalos más típicos como un televisor, una lámpara o una cafetera de cápsulas, se han ido sumando otros conceptos.

Las listas de boda de viaje de novios, en las que los regalos se traducen por experiencias concretas como la compra de vuelo o la estancia en un hotel, ganan peso.
Las listas de boda de viaje de novios, en las que los regalos se traducen por experiencias concretas como la compra de vuelo o la estancia en un hotel, ganan peso.Cortesía de Zankyou

“Se regalan muchas experiencias”. Un masaje, una cena en algún sitio especial o un fin de semana en algún hotel. Y también las listas temáticas: “La lista de boda del viaje de novios es la más utilizada últimamente. Se componen por etapas, con diferentes puntos del recorrido que los recién casados harán en el que el invitado elige. Algunos regalan el vuelo, una estancia en un hotel, o un paseo en globo”. Todo ello sin perder de vista que no necesariamente se traducen por las experiencias concretas que se están regalando y que se trata de una aportación simbólica por ese valor. «Se llevan también las bodas solidarias, con donaciones que en parte o en su totalidad que van destinadas a ONGs, pero  siempre está presente el regalo tradicional: la thermomix o la cubertería siguen estando. Hay novios que, efectivamente, con esta contribución se lo compran”, recuerda Bernaldo de Quirós.

Hablemos de dinero

Abierto por fin el melón del los elevadísimos gastos a que conlleva a los invitados acudir a una boda en estos tiempos: despedidas de solteros que se convierten en un viaje plagado de actividades no precisamente gratuitas, fiesta preboda y comidas del día después, estilismos, regalos y, en muchos casos, desplazamiento y hotel para poder acudir al ‘día más especial’ de alguien no necesariamente tan especial para el que acude, acaban por convertir el momento de recibir la invitación en una pesadilla para algunos que consume tiempo y dinero. Como señalaba Sara Navas en Icon con su artículo ¿Cómo hemos llegado a esto? Cuando ir a una boda supone un gasto indecente, el evento para una familia con dos adultos y dos niños puede elevarse a un total de 1.000 euros. Eso no quita que, aunque aprendamos a decir que no vamos sin culpa, en los casos en los que finalmente se acude, se intente estar a la altura, dentro de las posibilidades de cada cual. Al grano: ¿cuánto nos gastamos en el regalo?

«La media de gasto está en los 150 euros por persona, aunque depende también de la cercanía con los novios, parentescos, compromisos…», apunta Ana Oliver de Bodamás. En cifras de Zankyou, «la contribucion media de una lista está entre los 250-300 euros. Y son regalos que se suelen hacer en pareja o de parte de varios miembros de una misma familia. La gente más mayor y con mayor poder adquisitivo (los amigos de los padres de los novios, por ejemplo) pueden llegar a regalar entre los 1.000 o 2.000 euros. Y el precio medio del regalo presente en la lista es de entre 180 y 300 euros», concluye Jimena Bernaldo de Quirós.

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