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Twitter cumple 10 años: así nos ha cambiado la vida la red social

La plataforma cumple una década de vida convertida en una herramienta de comunicación global y testigo de los mayores acontecimientos.

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Cordon Press

“¿Qué fue primero: el huevo o la gallina?”. Seguro que los millones de fanáticos de Twitter tienen muy clara su respuesta a este viejo enigma. Porque con la imagen simbólica de un huevo comenzamos hace diez años a experimentar nuestro talento narrativo restringido a 140 caracteres. El 21 de marzo de 2006 el cofundador Jack Dorsey publicó el primer tuit de ensayo. Un año después, Chris Messina, otro pionero de la plataforma, el primer hashtag. Y el resto es historia. El servicio ha pasado de ser un sucedáneo de mensajería sms a una plataforma de contenidos integrada plenamente en nuestro día a día. Cambiando por el camino nuestra forma de comunicarnos y estar informados. 500 millones de tuits al día que describen opiniones, estados de ánimo, imágenes, chistes o insultos, entre otras diatribas, y que consumimos ferozmente. Katy Perry es la gran reina de la red social con más de 80 millones de seguidores, mientras que Alejandro Sanz es el español más reconocible con 13. En este tiempo, Twitter se ha convertido en el chico guay de la clase (ese que solía encarnar el repetidor de curso). Aquel que decidía quién mola, de qué reírse, o si reunías los merecimientos suficiente para estar en su selecto grupo, pero también el que apiñaba a todos los compañeros dispuestos a aprender algo nuevo.

¿Qué hacíamos hace diez años cuando viajábamos en el metro? ¿Cómo criticábamos ese programa insoportable de la tele? ¿Y qué mirábamos nada más levantarnos? ¿De qué nos reíamos? Pepe López de Ayala, director general de Twitter España, hace balance para S Moda del aniversario y de los aspectos que ha cambiado en nuestro día a día. “Ha capturado la imaginación de los españoles y se ha convertido en un tejido esencial de nuestra realidad diaria. Me gusta decir que todo lo que ocurre en el mundo tiene su reflejo en Twitter, y hay cosas que solo ocurren ahí”.

Durante estos diez años, la red social ha sido testigo de momentos inolvidables. Algunos de ellos de manera involuntaria, como el empresario que inmortalizó el aterrizaje de un avión en el río Hudson de Nueva York o el consultor informático que tuiteaba en directo la redada sobre Bin Laden sin saberlo. Ha sido clave en la difusión de movimientos activistas como #BringBackOurGirls, pidiendo la liberación de las niñas secuestradas en Nigeria, o el duelo global por los ataques terroristas en la redacción de Charlie Hebdo, #JesuisCharlie. Aunque cuenta con más de 320 millones de usuarios, Twitter está todavía lejos de la popularidad de Facebook (que la cuadruplica). Si nos detenemos, por ejemplo, en nuestro propio círculo social, la mitad no tienen cuenta o no la usan de forma activa. Especialmente la gente de mayor edad sigue todavía sin encontrar la utilidad al servicio, situándose la media del usuario varios años por debajo de la de Facebook.

Barack Obama, tuiteando junto al fundador de la plataforma Jack Dorsey.
Barack Obama, tuiteando junto al fundador de la plataforma Jack Dorsey.Cordon Press

Twitter también ha servido de cuadrilátero y altavoz de la polémica. En un canal de comunicación tan plural y amplificado, se hace difícil contener los centenares de abusones que se escudan en el anonimato para insultar sin ningún pudor. Una costumbre que, intuimos, será imposible erradicar por completo. Algunos de los millones de pájaros que surcan Twitter pican (y mucho), haciendo sentir a más de uno como la acosada Tippi Hedren en el clásico de Hitchcock. Son varios los personajes populares que han mantenido una relación amor/odio con sus seguidores. La publicación del teléfono de Paula Vazquez, el desnudo de Paco León, las críticas a Dani Rovira en los Goya, los chistes de Guillermo Zapata… Es una lista casi interminable. Otros han decidido tomárselo con filosofía, como todas las estrellas invitadas al programa de Jimmy Kimmel, que han leído frente a la cámara los improperios recibidos durante este tiempo.

La televisión es responsable del crecimiento frenético de la plataforma: ahora nuestro smartphone sustituye al mando a distancia en el brazo del sofá. Hasta seis de cada diez usuarios la utilizan para comentar o leer tuits concernientes a programas televisivos, transformando el modo en el que la disfrutamos. “La gente acude a Twitter para compartir sus opiniones y reacciones sobre lo que ve. Y en paralelo, cada vez están cobrando más importancia los eventos. Los Goya, los Oscar, el Mundial de fútbol, hasta programas como Masterchef o Salvados. Es un reflejo de la sociedad absoluto”, afirma López de Ayala. No es de extrañar entonces que lo más retuiteado de la historia sea el selfie de Ellen DeGeneres en los Oscar de 2014.

Twitter vive una actualización de servicios constante, incorporando las encuestas y el vídeo en Periscope, además de herramientas como ‘Destacados’. Instagram y Snapchat siguen ganando seguidores y las novedades deben incluirse de manera periódica para mantener vivo el interés por la plataforma. El responsable en España nos indica que el perfeccionamiento del timeline será uno de los puntos clave sobre los que girará el desarrollo en la próxima década. Reforzar la seguridad y el streaming de vídeo en tiempo real, invertir en desarrolladores, y mejorar la comunicación con los influencers, son las otras líneas estratégicas. Ana Patricia Botín, Florentino Pérez y Amancio Ortega, algunos nombres de reputados empresarios a los que López de Ayala le gustaría ver unirse a la plataforma durante los próximos años, además de los poquísimos deportistas de élite sin cuenta, como el futbolista Xavi Hernández.

Twitter es una sociedad prensada en un timeline, multiplicándose todo lo bueno y malo de ella debido a su tamaño y repercusión. Afrontar la multipolaridad de la plataforma será un aspecto clave en su futuro. Porque Twitter es #PrayforParis, un desnudo de Kim Kardashian, #SalvadosElecciones, tu primo retuiteando a @Cristiano, #OneDirectionForever, Toni Cantó, #EcceHomo, Donald Trump, otra frase de Coelho, #BertínyArévalo, un gato cayéndose del sofá, #SalvaelÁrtico y joder ya era hora de que DiCaprio ganara el Oscar. Todo en una misma coctelera, mezclado y agitado. Nunca 140 caracteres dieron para tanto.

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