Achilles Ion Gabriel, el diseñador que ha llevado la vanguardia a Camper

«Recuerdo llevar Camper de pequeño, y aquellas campañas de hace años que decían, ‘si no lo necesitas, no lo compres’. Me parecían increíblemente valientes. Así que cuando me llamaron para unirme a ellos pensé: ¿por qué me necesitáis?”, bromea Achilles Ion Gabriel. El diseñador finlandés acababa de cumplir 30 años cuando Miguel Fluxá, CEO de la compañía mallorquina, le ofreció hacerse cargo de la dirección creativa de Camperlab, la línea más experimental de la enseña. “Siempre he admirado el trabajo de Achilles. Es uno de los diseñadores más talentosos de nuestro tiempo”, declaraba entonces el empresario. El creativo se mudó de París a Mallorca pocos meses antes de la pandemia, pero las dificultades no parecieron pasarle factura. En otoño de 2020, un año más tarde, y tras una primera colección que redefinía el calzado tradicional mallorquín desde el color y el surrealismo, Camper lo ascendía a director creativo de todas las líneas de producto. “En la isla estoy muy cómodo. París era muy estresante, aunque eso no quiere decir que esté tranquilo. Trabajo con un equipo de más de 200 personas”, cuenta el diseñador.

Achilles, que empezó arquitectura, pero pronto se pasó al diseño de calzado, trabajó para marcas como COS o Marni y, en 2012, creó una firma homónima. “Eso me ayudó a saber cómo funciona de verdad una empresa, pero esto es diferente; aquí me he dado cuenta de que no puedo hacer exclusivamente lo que yo quiero. Trabajo codo con codo con varios departamentos y con personas que llevan aquí 20 años y saben mucho más que yo”, asegura. No obstante, desde su llegada, la firma ha experimentado varios cambios sustanciales en fondo y forma. “Para mí no es complicado idear la estructura de un zapato, estudié para eso; lo realmente difícil es conseguir que se materialice de forma sostenible”, opina. En estos dos años, ha logrado que los materiales ‘limpios’ asciendan hasta casi un 80% de la producción, “pero ahora mismo es muy difícil ser completamente sostenible en este sentido, porque un zapato tiene que durar, y hay ciertas materias primas nuevas muy prometedoras, pero que aún no ofrecen la misma resistencia. Depende de cómo midas la sostenibilidad en cualquier caso, porque no hay nada menos contaminante que la duración”, explica.

Pero si hay algo por lo que Achilles destaca por encima del resto es por tener una visión absolutamente desprejuiciada de un sector tan codificado como el del calzado. No quiere hacer “zapatos serios y aburridos”, pero sabe que una empresa de la envergadura de Camper, presente en 40 países “no puede renunciar a lo comercial y a lo funcional. No voy a ponerme a hacer zapatos que sean difíciles de poner”, explica. “Tenemos un archivo inmenso y muchos modelos históricos. Mi trabajo es hacer cosas nuevas y actualizar esos iconos para que hoy sean atractivos. Pero no lo hago yo solo; hay, por ejemplo, un equipo comercial que lleva muchos años en la empresa y me dice ‘esto sí, o esto no’”. Por lo pronto, los zapatos de Camperlab ya son completamente unisex (es decir, con un tallaje muy amplio en cada modelo). “En la línea más comercial no podemos hacer lo mismo. Sería un suicidio económico invertir ahora en tacones para hombre. Sobre todo porque no representan una cuota de mercado importante”, comenta, aunque algunos modelos, como las ya clásicas sandalias Kobarah, están por primera vez disponibles para ambos géneros. “Ahora hay que experimentar con el color, que ellos se atrevan con él. Después llegará lo demás. Poco a poco”.