4.500 euros por unas zapatillas y otros caprichos astronómicos en los que gastarse el Gordo

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La mejor inversión pasa por incluir las piezas más emblemáticas de Cartier en el joyero personal. Del reloj Panthère en oro blanco con diamantes (109.000 €) al anillo Panthère en oro blanco con esmeraldas, ónix y diamantes (182.000 €). Todo de Cartier.

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El capricho de la generación sleepleisure: un chándal homewear de lujo. Sudadera (1.460 €) y pantalón en bouclé de lana, seda y cashmere (1.480 €) de Brunello Cuccinelli. Tan gustoso que se lleva dentro y fuera de casa.

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El último must del diseñador-oráculo Alessandro Michele: el bolso Rajah de cocodrilo de Gucci (17.000 €). ¿El color? Nada de básicos. ¡Verde azulado! La cabeza de tigre de la hebilla está inspirada en un broche vintage de Hattie Carnegie, una joyera y diseñadora legendaria de la primera mitad del siglo XX.

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¿Por qué no dejarse llevar por el efecto Meghan Markle y añadir al guardarropa piezas de  la diseñadora del momento: Clare Waight Keller? Dos ejemplos: un abrigo de pelo con motivo chevron (7.290 €) y un vestido en georgette de seda y encaje (5.900 €), que es una oda al fundador de la maison. Todo de Givenchy.

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Reservar cita en una maison y encargar un diseño de Alta Costura sigue siendo un rito sublime. Desde la casa francesa Chanel nos explican que la media de precios es de 40.000 € para un traje de chaqueta, 22.000 € para un vestido de día, y entre 60.000 y 300.000 € o más para un vestido de noche. Detrás de cada una de estas piezas exquisitas están los mejores artesanos y muchísimas horas de trabajo: de 150 a 800 horas de labor para dar vida a un solo modelo.

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Los básicos más sencillos también puede ser de  lujo. Como el abrigo Parile oversize de chasmere puro (12.250 €) o el jersey Essea de cuello redondo también de chashmere (1.350 €). Todo de The Row.

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El zapatero también se merece piezas espectaculares. Como estas botas por encima de la rodilla cubiertas de plumas de avestruz (8.000 €); o los salones de charol Jamie con aplicaciones de cristales y cresta de plumas Mohawk (2.395 €). Todo de Saint Laurent by Anthony Vaccarello.

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En la era del athleisure, las zapatillas deportivas encabezan la lista soñada de muchos. No solo entre sneakerheads (tribu urbana que engloba a fans y coleccionistas), también entre la nueva generación de fashionistas y otros devotos de las últimas tendencias. Unos prefieren las exclusivas Buscemi (en la foto, modelo 100MM en colaboración con The Selby, por 1.200 dólares); otros, la edición limitada Undefeated x Nike Kobe 1 Protro “Purple” (cuyo precio de reventa gira en torno a los 4.500 €).

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Hacer un pedido especial a Louis Vuitton. La casa recibe encargos para construir todo tipo de baúles a medida. Los hay para todos los gustos y funciones: desde un modelo que esconde una ducha en su interior (para fashionistas intrépidos), a un maletín-biblioteca, una edición picnic o una versión porta-tartas. En la foto, a la izquierda, el conocido como Louis Vuitton Christmas Trunk (a partir de 110.000 €), para guardar las bolas del árbol de Navidad. A la derecha, baúl para equipo de música de Louis Vuitton (a partir de 80.000 €), con espacios a medida para los altavoces y soporte para el dispositivo de música. Cada baúl viene con su propio royalty.

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Un capricho en forma de reloj de Hermès, una maison, conocida por su excelencia y savoir-faire, que a lo largo de su historia ha sabido construir leyendas (y máquinas de deseo) como el bolso Birkin. Las ediciones de cocodrilo bajo en encargo de este modelo se cuentan con contagotas. En la foto, dos versiones del reloj Médor Rock de Hermès. A la izquierda, de color rojo; a la derecha, con diamantes.