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La casa de ‘El silencio de los corderos’ está a la venta (y nadie la quiere)

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Pocas localizaciones cinematográficas pueden presumir de ser tan inquietantes como la guarida de Buffalo Bill en El silencio de los corderos. Los fans de una de las películas más recordadas de los 90 pueden ahora hacerse con la vivienda de uno de los malos más malos y escalofriantes del cine. Sí, la casa en la que se rodaron las secuencias más angustiantes del filme protagonizado por Anthony Hopkins y Jodie Foster está a la venta. Pero nadie la quiere.

Cuando se preparó el rodaje, la productora eligió esta localización porque querían una vivienda que permitiera llegar en línea recta hasta el final desde la puerta, pero aún así fueron necesarios seis meses de reforma. Lloyd, el matrimonio propietario de la casa, que decidió ponerla en venta hace unos meses, ha tenido que rebajar los 300.000 dólares (menos de 280.000 euros) que pedían inicialmente hasta unos 249.000 (más o menos 230.000).

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Parece que la zona en la que se encuentra la casa es el gran problema. El inmueble victoriano (se construyó en 1910) está ubicado en el pueblo de Layton (Pennsylvania), una zona demasiado tranquila que no ofrece grandes oportunidades de ocio. Dos pisos, cuatro habitaciones, desván, sótano (no es el pozo de la película: eso era un plató), porche, garaje y un gran jardín con piscina no parecen convencer a los compradores. Quizá más allá del aburrimiento que parece brindar la zona (y de un túnel supuestamente encantado que cercano a la casa) los compradores sientan cierta inquietud por vivir en la guarida de ese hombre que soñaba con hacerse un abrigo de piel humana.

La revista AD se hacía eco de la noticia (y puedes ver más fotos de la casa en la web de la inmobiliaria).

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