
Los niños pasan demasiado tiempo al día viendo la televisión y cuando no están hipnotizados por los dibujos o las series pasan las horas muertas delante de cualquier otra pantalla: móviles, tabletas o ordenadores. La fotógrafa Donna Stevens pretende denunciar mediante su serie Idiot Box la problemática relación entre niños y tecnología.
Cada retrato, tomado en una habitación oscura, muestra el inexpresivo rostro de los niños iluminado únicamente por la luz de la televisión. Hechizados por la pantalla, todos parecen ajenos a la presencia de la cámara, una evidencia más de cómo los medios de comunicación y gadgets pueden influir en sus jóvenes mentes sin apenas enterarse.
Según explica su autora, Idiox Box pretende explorar el lado más oscuro de nuestro amor por la tecnología y plantea dos preguntas: ¿Debemos ser más prudentes respecto al papel que ocupa en la vida de nuestros hijos? ¿Está justificada nuestra tecno-paranoia? Sea como sea merece la pena ver las imágenes solo por las encantadoras muecas de sus protagonistas.
Puedes ver el resto de trabajos de la fotógrafa en su página web y descubrir más fotografías en su cuenta de Instagram.




