Las coronas de plumas tienen los días contados. Al menos, en los festivales de música. El festival Bass Coast, uno de los más populares en Canadá, ha prohibido el uso de este tipo de tocados de plumas para proteger la «dignidad de los pueblos aborígenes».
Según han informado a través de un comunicado de prensa, la seguridad del festival (que se celebra en tierras indígenas) velará porque esta nueva normativa se cumpla a rajatabla. De este modo, pretenden preservar el significado cultural de este elemento y desvincularlo de la fiesta o la parodia. Ponerse uno de estas coronas para desparramar en un festival ya ha levantado más de una ampolla. Alessandra Ambrosio se fotografió con una en Coachella y las asistentes de Kidchella, el ‘festi’ en versión infantil de Coachella que Kim Kardashian organizó para celebrar el cumple de su pequeña North, también recibieron duras críticas por adornar sus cabezas con penachos.
Hasta Pharrell Williams tuvo que pedir perdón públicamente tras salir con uno de estos accesorios en la portada de Elle UK. “Lo siento profundamente. Respeto y honro todas las culturas” fueron las palabras que utilizó el cantante ante la avalancha de críticas que el hashtag #NotHappy congregó en Twitter.
Del mismo modo, firmas como Chanel (que puso a desfilar a las modelos vestidas como indios en su colección Métiers d’Arts inspirada en la ciudad de Dallas) o Victoria’s Secret (que subió a la pasarela a Karlie Kloss con traje de nativa indígena en 2012), han tenido que pedir disculpas tras la polémica que estos atuendos desencadenaron.
A pesar de la controversia, importantes marcas como Isabel Marant, Rodarte o Proenza Schouler han seguido inspirándose en elementos aborígenes en sus colecciones.
¿Servirá el festival canadiense de ejemplo? ¿Desaparecerán estas coronas de plumas en el resto de festivales? ¿Serán las coronas de flores las siguientes desterradas de los festivales?
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