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«Pero cómo vamos a hacer un show porno, ¡si hacemos versiones de Camela!»

«¿Ellos cantan sin camiseta tan tranquilos y yo por quitármela hago ‘un show erótico’?» Rocío Saiz, cantante de Las Chillers, lamenta la deriva de la polémica surgida tras enseñar el pecho en un concierto en Molina de Segura (Murcia).

Desde hace más de tres años, Rocío Saiz, cantante de Las Chillers, se quita la camiseta después de cantar Como yo te amo«Lo hago como reivindicación y la verdad es que nunca había pasado nada. Se me ocurrió después de que llegase a mis manos La guía de la buena esposa (un libro de 1953 escrito por Pilar Primo de Rivera). Uno de los consejos del libro es ‘sé discreta’ y me impactó muchísimo. Desde entonces, cada vez que versionamos a la Jurado digo que hay quererse más, que hay que follar más. Me quito la camiseta y enseño el pecho dedicándosela ‘a todos los que nos dijeron que las mujeres teníamos que ser discretas’. Es un mensaje feminista, positivo y de buen rollo. No es pornografía», insiste al otro lado del teléfono tras la polémica surgida por su concierto en Molina de Segura (Murcia).

Saiz, como es habitual en los shows de Las Chillers, se quitó el top el pasado viernes en su concierto gratuito en el BSide Festival. La prensa regional se hizo eco del momento, lamentando que se diera «en una plaza pública donde cualquier menor podía visualizar todo » (La Tribuna de Molina) o destacando las críticas del PP al ayuntamiento –gobernado por el PSOE– por permitir «un espectáculo irrespetuoso, carente de valores, erótico… en un recinto público con acceso y presencia de menores» (La Opinión de Murcia). El concierto, que se celebró entrada la madrugada, también ha indignado a simpatizantes de Ciudadanos de la región, que han pedido explicaciones al consistorio por «un show pornográfico«. Las redes y asociaciones feministas como MiM (Mujeres en la Música), por su parte, se han volcado dando apoyo al grupo.

«Pero cómo vamos a hacer un show porno, ¡si hacemos versiones de Camela!», lamenta Saiz, «abrumada» por «la cantidad de comentarios de odio que estamos recibiendo en nuestras redes por el concierto». La cantante indica que entiende la dualidad de opiniones sobre su acción («te puede parecer bien o mal que me quite la camiseta») pero dice sentirse realmente afectada por las «amenazas» que están recibiendo en sus redes.

«Lo que más pena me da es que se está hablando de esto y no de las cosas bonitas que pasaron ese día, como el mensaje que nos mandó tras el show la madre de la vigilante de seguridad del concierto, a la que dimos las gracias porque posiblemente no lo ha tenido fácil a nivel profesional en un entorno masculino», insiste, haciendo énfasis en que sus conciertos buscan «un ambiente festivo y de comunidad».

Las Chillers son un todo fenómeno musical que pasó del underground de casas okupas y circuitos feministas a tocar en festivales como el Low o el Wad. Se podría decir que lo suyo es una verbena feminista: en sus conciertos suena desde Laura Pausini a Fabio McNamara o Raphael. Sus integrantes, todas mujeres, van desde los 19 a los 40 años y siempre han defendido una actitud pro LGTBQI y de igualdad sobre el escenario. «Es increíble que esto nos esté pasando. El viernes a esa misma hora el cantante de Imagine Dragons hizo todo el concierto sin camiseta tan tranquilo en festival DCode y a mí por quitármela un momento me dicen que hago porno», cuenta Saiz.

La banda ha lanzado un comunicado donde critican el doble estándar y la sexualización del cuerpo femenino: «Ira e impotencia es lo que sentimos todas las personas que creemos en la libertad, en el sentido común, en ir a la playa y hacer toples delante de los niños y las niñas, en salir de la ducha en casa y que nuestros niños y niñas vean nuestros cuerpos desnudos como algo natural. Eso es lo que sentimos las personas que creemos que solo la mujer decide sobre el cuerpo de la mujer, así como sólo el hombre decide sobre el cuerpo del hombre».

Saiz, por su parte, lamenta que se les tilde «feminazis» de forma despectiva. «Siempre hemos buscado un mensaje esperanzador y de cariño, ese es nuestro objetivo, con nuestra música no queremos ser abanderadas del feminismo, pero es que somos feministas. Nos llaman ‘pesadas’ y que no hacemos falta, pero en realidad no ha cambiado nada. Solo hay que echar un vistazo a las estructuras familiares y laborales para darse cuenta de que el feminismo hace mucha falta porque todo sigue igual», apunta. También tiene claro qué contestar a los que tildan de «pornografía» a su show: «¿Porno? Esto no es lo que yo veo en Pornhub, que yo también lo consumo, ¿eh?».

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