Foto: D. R.
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Anna Pacheco y Andrea Gumes (Periodistas y conductoras del podcast feminista en clave millennial Ciberlocutorio).
“Llevamos una semana intentando convencer a nuestras amigas por WhatsApp, abordándolas en todos los grupos, haciendo campaña. Nos parece mejor empezar por nuestro entorno directo que no asaltar comercios el viernes (cosa que tampoco descartamos). El año pasado lo hicimos y no tuvimos mucha suerte. Empezamos muy emocionadas a primera hora, nos reunimos en nuestra casa con un grupo de amigas que también secundaban la huelga, hicimos un listado de mujeres de muchos ámbitos y preparamos carteles para reemplazar las placas con los nombres de las calles y las plazas del barrio. Fue muy fácil renombrar las calles porque todo eran nombres de hombres supuestamente importantes, así que teníamos variedad para escoger. Lo que no sabíamos es que las placas estaban tan altas y nosotras éramos tan bajas. Tuvimos que acabar pidiendo escaleras y ayuda a comercios y realmente algunos nos trataban como si fuéramos niñas jugando, cero credibilidad como activistas. A media mañana participamos en la concentración de las #PeriodistasParamos. El día, a pesar de todo, fue muy guay porque estuvimos recorriendo las calles, comimos juntas, hablamos de nuestras cosas y preparamos pancartas para la manifestación de la tarde. También hicimos huelga de consumo. Había un sentimiento raro de nerviosismo entre nosotras, no teníamos muy claro qué había qué hacer, nos apetecía hablar y abrazar a todas las chicas con las que nos cruzábamos… creo que al final lo hicimos. La manifestación fue muy emocionante, sobre todo, ver a gente de edades tan variadas y grupos de niñas y adolescentes que definitivamente nunca podríamos haber sido nosotras a su edad.
Este año estamos intentando organizarnos un poco mejor para tener algo más de presencia. Volveremos a reunirnos unas cuantas en alguna casa y nos uniremos a las acciones del barrio. Intentaremos estar un poco más coordinadas. También hemos aprendido a enviar a más hombres a Google cuando nos preguntan qué hacer el 8 de marzo: ‘investigad, leed, ya os apañaréis, no nos hagáis deciros qué tenéis que hacer’. Para empezar, deberían mentalizarse de que su única misión este viernes es ayudar y facilitar a que todas las mujeres de su entorno puedan hacer la huelga. De aquí al viernes, insistiremos en hacer pedagogía entre nuestras amigas y también nuestras madres. Queremos acabar con el ‘en realidad, como salgo a las 2, no importa, me uno luego’. Nos da miedo que la jornada intensiva del viernes diluya la huelga. Nos da miedo que la mani se convierta en el plan de tarde del viernes (que está muy bien igual, pero queremos animar a que se extienda a todo el día la protesta entre todas las que podamos). Sobre nuestras madres y abuelas, queremos insistir mucho en la huelga de cuidados, convencerlas de que, si no hacen la huelga, al menos cuelguen el delantal, no hagan la cena o no se ocupen de nadie ese día. Somos conscientes de que nuestros privilegios y opresiones no son los mismos que los de otras compañeras y aspiramos también a un feminismo transformador e interseccional.
Además, a posteriori pasaremos revista de la experiencia en el Ciberlocutorio del día 12 de marzo”.