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Waris Ahluwalia, el dandi moderno

Escribe, diseña, actúa y nunca se despeina.

Waris Ahluwalia
Cordon Press

Aun esteta sublimado como Wes Anderson no podía pasársele por alto la presencia de Waris Ahluwalia. El director de cine conoció al diseñador-escritor-hombre-de-mundo indioamericano en 2004 y tardó poco en ofrecerle un papel en Life Aquatic (2004). Entonces, Ahluwalia no era actor. ¿Y? «Me preguntó si podía ir a Italia y salir en su película […]. Y, si él tenía fe en mí, ¿quién era yo para dudar de sus habilidades?». Después, ambos han repetido en Viaje a Darjeeling (2007) y el corto Hotel Chevalier (2007).

Además, al enigmático Ahluwalia lo hemos visto en películas de corte igualmente chic como Yo soy el amor (2009), con Tilda Swinton, quien, por cierto, sería su primera opción para interpretarlo en un hipotético biopic sobre su vida. Rodar esa película, también requeriría un gran esfuerzo de escenografía y ambientación para poder replicar todas las fiestas y los escenarios fabulosos en los que solemos verlo. Y habría que invertir en documentación. Porque a este habitual de las listas (la de los mejores vestidos de Vanity Fair, la de los hombres más elegantes de GQ y la de las personas más impactantes de Vogue), lo vemos a menudo pero, quizá por su alergia a las redes sociales, ha conseguido mantener el que seguramente es su accesorio más preciado, un halo de misterio a la antigua usanza.

Usted hace muchas cosas. ¿Cómo se describe profesionalmente si tiene que hacerlo? ¿Consigue que lo tomen en serio en todos los campos que decide probar?

Al mundo le gusta poner a las personas en cajas, en categorías. Entiendo que eso hace las cosas más fáciles, pero no me preocupa cómo reaccionan los demás a mi trabajo. Si tengo que describirme, lo hago como contador de historias. A veces las cuento en oro, a veces en celuloide, a veces en palabras y a veces en cachemir. La otra palabra que me gusta es «explorador». Es mágicamente difusa.

¿Dónde está su casa en estos momentos?

Nueva York es mi casa y lo ha sido durante la mayor parte de mi vida. Pero me siento bien allá donde tenga buenos amigos. Stendhal dijo que «la belleza no es más que la promesa de la felicidad», y yo hago ese viaje hacia la felicidad.

¿Qué tienen sus joyas y sus complementos que no tengan otros?

Son todo relatos. La inspiración para mi trabajo siempre ha sido el amor y las historias. Pero seamos sinceros: no pretendo entender ni una cosa ni la otra. La parte interesante es la de traducir esto en oro y diamantes. La joyería, los libros encuadernados en piel y las cajas de madera hechas a mano… son actos de devoción. Reflejan autenticidad. O a lo mejor simplemente es que a la gente le gustan las cosas que brillan.

¿Qué es lo que busca en una joya?

Trabajo con elementos que ya tienen mucho valor antes de pasar por mis manos. Los saco de la tierra y los devuelvo a la tierra. Lo que me importa es la magia, el deseo, el romance. 

Cordon Press

¿Siempre tuvo el estilo a la hora de vestir que tiene ahora, incluso cuando era un niño? ¿A sus padres también les interesaba la moda y la estética? 

Siempre me ha influido mi madre, no solo por el concepto que ella tiene del gusto, sino por su manera de ser. El estilo en su forma más pura siempre va más allá de las tendencias. 

Repasando su biografía de moda, ¿se arrepiente de alguna de las cosas que se ha puesto? ¿Quién tiene tiempo para arrepentimientos? 

¡Solo es moda! Se supone que va sobre diversión y evolución. Y más cuando eres joven. 

¿Cuáles son sus iconos de estilo, vivos o muertos? 

David Niven en La vuelta al mundo en 80 días. La película ya de por sí es fantástica, pero tener a Niven como Phileas Fogg es un extra. Aparece vestido impecablemente en cada escena, siempre impoluto sin importarle cualquier obstáculo que pueda surgir. Si uno parece un gentleman, quizá se comportará como tal. Kris Kristofferson en Alicia ya no vive aquí representa, quizá, otro tipo de gentleman, uno más rudo. 

A usted se le fotografía mucho en las fiestas pero no sabemos demasiado de su vida privada, no lo imaginamos posteando en Twitter ni en Instagram. ¿Cree que la gente pierde el misterio al revelar tanto de su día a día?

¿Alguna vez ha sentido que pertenecía a otra época? Yo me siento así cuando todas las personas a mi alrededor están mirando el móvil a cada segundo, observando lo que otro tomó para desayunar o una puesta de sol. ¿A quién no le gusta una bonita puesta de sol? Pero yo personalmente no tuiteo ni cuelgo nada en Facebook, Instagram o la red social que pueda surgir en las próximas semanas. Tengo objeciones con toda esta sobreexposición en la que nos vemos envueltos. Yo prefiero mantener mi vida privada como tal. Nadie necesita saber con quién cené anoche.

Como actor, ¿de qué papel está más orgulloso?

El primero no se olvida, dicen. Así que el de Life Aquatic siempre será mi preferido. No es por menospreciar los otros papeles. El otro que me viene a la cabeza es el de Plan oculto, por la oportunidad de trabajar con Spike Lee.

Como testigo estrella, ¿qué ideas equivocadas cree que existen sobre el mundo de la moda?

Como testigo estrella, debo confesar que todas las ideas equivocadas sobre el mundo de la moda son ciertas.

¿Qué importancia le da a las listas de los mejores vestidos?, ¿todavía es algo que le halague?

Mi actitud sobre el vestir es la misma que tengo sobre el trabajo. Encuentro a los mejores artesanos y aprendo sobre ellos. Conozco al zapatero que hace mis zapatos, al sastre que crea mis trajes y camisas. Sé cómo es la gente que corta mis vaqueros. Si todo esto me pone en las listas, me honra. Pero es el trabajo de otra gente lo que se celebra, no mi estilo.

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