20 razones por las que Maria Callas fue un icono de estilo en los 50

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Callas era una gran amante de las joyas, especialmente de las de Cartier y las de Van Cleef & Arpels. Giovanni Meneghini, marido y representante de Callas (antes de que lo abandonase por Onassis), solía regalarle un nuevo brillante para cada uno de sus estrenos operísticos. En esta imagen, tomada en 1957, la soprano griega posa junto a varias piezas de Cartier.

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Christian Dior, Yves Saint Laurent, Lanvin o los propios diseños de Biki construyeron uno de los guardarropas más enviados de la época.

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"Cada vez que en la pasarela aparece un vestido con capa o con mangas murciélago, podemos apostar que el diseñador ha estado escuchando un aria de Callas en su tiempo libre". Así resume The New York Times la influencia que la cantante dejó en firmas como Valentino o Dolce & Gabbana.

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Retrato tomado en su casa de la Via Michelangelo Buonarroti en Milán (1956). La pieza más deslumbrante de su amplia colección de joyas era un anillo con un diamante en forma de marquesa de casi 12 quilates que le regaló Meneghini en los años 50. Estaba valorado en 130.000 euros y se vendió en una subasta por más del doble.

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Maria Callas y Grace Kelly paseando por la calles del Principado. Ambas mantuvieron una amistad que quedó inmortalizada en el filme Grace de Mónaco, en el que la española Paz Vega dio vida a la cantante.

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Otra imagen de ambas en la que Callas luce un espectacular vestido con escote en la espalda que bien podríamos ver en cualquier alfombra roja contemporánea.

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Posando en la Ópera de París después de un concierto en 1958. Callas lleva joyas de Van Cleef & Arpels, su otra firma joyera predilecta. Cuando se separó de su marido no le devolvió ninguna de las joyas que le había regalado durante su matrimonio.

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El negro era su color fetiche y sabía jugar con los accesorios para transformar por completo una sencilla pieza de este color. Algo de la teatralidad de la que hacía gala en sus actuaciones se trasladaba también a los estilismos de su vida personal

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Las estolas y chaquetas de piel fueron piezas indispensables en su armario. La más famosa fue su abrigo de chinchilla.

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Fue una de las grandes protagonistas del papel couché de los años 50 y 60. Su voz y su estilo la llevaron a copar las portadas de periódicos y revistas especializadas.

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También los sombreros, de todos los tamaños y estilos (incluso declinados en turbantes y pañuelos) fueron el toque final de muchos de sus looks.

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En 1957, la cantante fue elegida la mujer más elegante del mundo. Fue después de perder 35 kilos gracias a una dieta y de su cambio de estilo, más elegante y refinado, gracias al trabajo de Biki. Vestida por grandes modistos como Dior o Saint Laurent, se convirtió en un modelo a seguir, un icono de la moda del momento.

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La Divina luciendo un traje de baño durante el Festival de Cine de Venecia en 1957.

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Algunos medios británicos apuntaron hace unos años que Amy Winehouse podría haber inspirado su eyeliner marcado, sus labios rojos y su abultado tupé en el estilo de Callas.

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Callas y la soprano dramática Regine Crespin a su llegada a París después de un viaje a Londres. Su estilismo representa a la perfección la elegancia de la que hacía gala en los años 60 (incluso recién aterrizada).

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Maria Callas junto a la Reina Sofía durante un encuentro en Madrid en 1979.

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Portada del libro Maria by Callas (Assouline) de Tom Volf, un repaso por su vida de mano de quienes la conocieron, sus cartas personales y fotos inéditas.