_
_
_
_
_

«Las dos veces enfermé gravemente»: Emma Thompson o cuando ganar el Oscar te cuesta la salud

La actriz británica, ganadora del Oscar en dos ocasiones, ha cargado contra la presión “tóxica” a la que se ven sometidos aquellos que luchan por la estatuilla en una reciente entrevista.

"En esos momentos solo quieres acostarte en una habitación a oscuras", afirma la intérprete.
"En esos momentos solo quieres acostarte en una habitación a oscuras", afirma la intérprete.Getty (Getty Images)

Intentar ganar un Oscar exige un compromiso y un esfuerzo similar al de ganar unas elecciones generales. Por algo en Hollywood ya enterraron los eufemismos y utilizan únicamente el término “hacer campaña”. Un plan diseñado con esmero, financiado por intereses privados y que obliga a su protagonista a recorrerse el mundo para acudir a medio centenar de eventos, a veces durante todo un año, con un argumentario grabado a fuego y una sonrisa igual de perenne. Bien harían también en desalojar su agenda de cualquier otro proyecto profesional, ponerse a dieta –Julianne Moore se pasó “seis meses sin comer”– y en equiparse con palés de lágrima artificial, ya que hasta Brie Larson confesó su miedo a padecer una conjuntivitis crónica tras los miles de selfis que tuvo que conceder mientras luchaba por su Oscar por La habitación. En su caso, valió la pena y se lo llevó a casa.

De Cannes a Venecia, de Telluride a Toronto, de la mesa redonda de The Hollywood Reporter a comer alitas de pollo picantes en YouTube, de cantar con Jimmy Fallon a perrear con Ellen, de la fiesta de Elton John al polígrafo de la Conchita de turno de Vanity Fair… Cada confesión personal suma, cada vídeo viral cuenta. Con el condicionante añadido de que, al contrario que el aspirante a concejal, no pueden verbalizar su deseo irrefrenable por ganar, sino que deben escudarse en unas ilusorias motivaciones artísticas como impulso para agarrar la estatuilla. Una misión, la de conseguir al fin el anhelo más compartido por cuantos habitan en las colinas de Los Ángeles, que puede acabar costando incluso la salud de sus participantes.

A sus 63 años, Emma Thompson sigue siendo una de las grandes actrices británicas del séptimo arte.
A sus 63 años, Emma Thompson sigue siendo una de las grandes actrices británicas del séptimo arte.Getty (Getty Images for BAFTA)

Ha sido la actriz Emma Thompson la última en hablar públicamente sobre el lado oscuro de participar en la agotadora carrera hacia estos premios y los efectos nocivos que tuvo en su bienestar físico y mental. “Las dos veces que tuve que participar en los Oscar enfermé, enfermé gravemente, tanto antes como durante la campaña. La presión y el deslumbramiento de todo aquello fue demasiado para mí. Es algo asombroso”, confesó la actriz de 63 años en el podcast de Radio Times. La británica ha ganado la estatuilla en dos ocasiones: a mejor actriz por Regreso a Howards End en 1993 y, tres años después, al mejor guion adaptado por Sentido y Sensibilidad, convirtiéndose en la única artista en ganar el galardón tanto por su trabajo interpretativo como por su faceta de guionista.

“En esos momentos solo quieres acostarte en una habitación a oscuras. Piensas, ‘Por favor, no me hagáis más preguntas ni me obliguéis a hablar sobre mí misma’. Es horrible. No tardé en desarrollar una especie de alergia a todo eso, aunque sea una parte más de mi trabajo”, añadió. Thompson también calificó de “altamente tóxica” la exposición a la que se ven sometidas las estrellas de Hollywood: “Si eso es lo que quieres, ser reconocido, imagino que puedes lidiar con ello y no es tan intrusivo. Pero eso no es lo que yo quería”. La actriz, que acaba de estrenar la versión cinematográfica del musical Matilda, se felicita por haber mantenido la fama a raya y no haber tenido que interpretar un personaje de repercusión global como James Bond, que “anula tu anonimato” de inmediato. A pesar de haber sido nominada a varios Bafta y Globos de Oro en los últimos años, Thompson no ha vuelto a ser nominada a los Oscar desde 1996 y tampoco ha pisado su alfombra roja en calidad de invitada o presentadora.

Emma Thompson posa con su segunda estatuilla junto a Jim Carrey y Elton John en la fiesta del segundo.
Emma Thompson posa con su segunda estatuilla junto a Jim Carrey y Elton John en la fiesta del segundo.Getty (WireImage)

La londinense no es la única intérprete estelar que ha criticado sin reparos a la cita anual más ambicionada por quienes se dedican al séptimo arte. Precisamente la actriz más galardonada de la historia, Katharine Hepburn, con hasta cuatro Oscars en su haber, jamás fue a recoger ninguno alegando que “los premios no significan nada para mí, mi premio es el trabajo”. Tampoco figuras como Woody Allen o el actor George C. Scott (Patton), que lo denominó como un “desfile de carne de dos horas” –ojalá solo durara dos horas–. Una filosofía compartida por otro actor de prestigio como Joaquin Phoenix, que calificó la ceremonia como “la cosa más estúpida del mundo”. “Son una zanahoria, pero la zanahoria de peor sabor que he probado en toda mi vida”, sostuvo en una entrevista en 2012 para, años después, acabar comiéndose la criticada zanahoria con el Oscar recibido por su papel en la película Joker.

Las palabras de Emma Thompson aparecen en un momento de especial controversia en la industria respecto a la confianza en las reglas que rigen el proceso de candidaturas. La sorprendente nominación de la actriz Andrea Riseborough, protagonista de la pequeña película independiente To Leslie, ha disparado todas las alarmas en la Academia de Hollywood, que debatió sobre si retirar su nombre de la terna que se jugará el premio a mejor actriz el próximo 12 de marzo. La polémica surgió después de que un enorme grupo de estrellas de Hollywood, desde Jennifer Aniston a Edward Norton o Mia Farrow, escribieran tuits elogiosos sobre el trabajo de su compañera coincidiendo en tiempo, espacio y forma con la semana previa a la votación. Cate Blanchett, Gwyneth Paltrow y Amy Adams también formaron parte de las acciones de promoción de To Leslie y Kate Winslet dijo que era una de las mejores interpretaciones que había visto “en toda su vida”. Casualidad o no, atendiendo a la confesión reciente de Thompson quizá las próximas aspirantes deberían reflexionar sobre la idoneidad de escuchar su nombre en el escenario del icónico Dolby Theatre.

Tras casi tres décadas, la británica no ha vuelto a ser nominada a ninguna estatuilla.
Tras casi tres décadas, la británica no ha vuelto a ser nominada a ninguna estatuilla.Getty (Getty Images)

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_