Alicia Silverstone protagoniza la campaña de Rodarte: el renacer de un icono de estilo

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Pero fue su papel de la estudiante más estilosa, popular, mimada y descarada de Beverly Hills en la película, hoy de culto y que acaba de celebrar sus 25 años, Fuera de onda (Clueless), la responsable de que fuera coronada como reina adolescente de los noventa. “No lo entiendes, ¡esto es un Alaïa!”, contesta a un atracador que le ordena tumbarse en el suelo a punta de pistola en una de las escenas más recordadas de la cinta dirigida por Amy Heckerling. “Es sexual sin ser consciente de ello, así que no resulta amenazadora. Por eso gusta tanto a los chicos como a las chicas”, relató la cineasta para explicar dónde residía el éxito fulgurante de la protagonista.

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Tal fue el impacto de su provocativa interpretación en aquel filme que la banda rock Aerosmith decidió hacer de ella una de las caras más visibles de la generación X eligiéndola como protagonista de tres míticos videoclips de la banda de Steven Tyler: Cryin’, Amazing y Crazy, en el que compartía escenas con la hija del cantante, la también actriz Liv Tyler. “Hicieron mucho dinero con Cryin’, las ventas del grupo se triplicaron con ese vídeo. Hubiese sido de locos que no me volvieran a llamar”, declaró la joven natural de San Francisco sobre un vídeo considerado como el mejor del año por la MTV.

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En el verano de 1995 ella era la indiscutible it girl del momento. Su cara copaba portadas y con apenas 18 años firmó un contrato multianual –sin precedentes para una estrella tan joven–con Sony Pictures por valor de diez millones de dólares. Tenía decisión sobre los proyectos que protagonizaba o no y quiénes estarían al cargo de los mismos, pero su meteórico ascenso fue acompañado del escrutinio machista inherente a la maquinaria hollywoodiense. “Ella es una gatita de 18 años con la que muchísimos hombres sueñan con acostarse”, decía la primera línea de un perfil publicado por Rolling Stone a raíz del taquillazo de Clueless.

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Abrazando su legado como referente estilístico, la intérprete se ha dejado ver en la alfombra roja de los premios Fashion Awards de 2019 o los CFDA. Su flamante colaboración con Rodarte supone una nueva reivindicación de un estatus icónico que le fue arrebatado por el sexismo histórico de una industria que trata ahora de enmendar sus pecados.

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Allá por el año 2000, y con solo 24 años, Alicia Silverstone ya se consideraba como una actriz más que amortizada en la industria cinematográfica. Sus campañas posando desnuda para la asociación animalista PETA, en contra del uso de pieles o el esquilado de las ovejas, la volvieron a situar en la primera plana de la prensa.

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Pero el episodio sexista más bochornoso vivido por ella tuvo lugar unos meses después, cuando acudió a los premios Oscar de 1996 para entregar la estatuilla a mejor maquillaje. La joven, vestida con un diseño blanco de aires nupciales de Vera Wang y acompañado por un chal, fue la diana de la prensa sensacionalista en un lamentable acto de body shaming (avergonzar a alguien por su cuerpo). “Los críticos de moda confirman que se parecía más a Babe (el cerdito valiente) que a una baby”, “Está claro que no es la belleza que vimos en Clueless” o “Alicia tiene una buena cabeza sobre sus hombros, pero es más importante que mantenga un buen cuerpo bajo ellos”, fueron algunos de los comentarios publicados tras su paso por la alfombra roja. 25 años después, Silverstone no ha vuelto a acudir a la gran noche del cine estadounidense.

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La fama y admiración que había adquirido hasta la fecha se transformó muy pronto en un escrutinio vergonzante y burlas sistemáticas por parte de los medios de comunicación. En su primera oportunidad como estrella de un gran estreno de Hollywood, Batman & Robin, acompañando a George Clooney, sus supuestos kilos de más ocuparon el grueso de la información sobre el estreno. Pasó a ser conocida como Fatgirl (‘chica gorda’, haciendo un juego de palabras con su personaje Batgirl) y tanto su representante como el propio realizador de la producción, Joel Schumacher, tuvieron que lanzar sendos comunicados defendiendo las aptitudes físicas de la joven. En sus memorias, la intérprete natural de San Francisco recuerda cómo tenía que esconderse en los baños de los aeropuertos del acoso de los paparazzis, que la perseguían mientras la insultaban con diferentes improperios.

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En el último par de años, Silverstone ha vuelto a retomar su faceta como actriz, con papeles protagonistas en películas con ambición de sobremesa y roles de reparto como el de la serie de Netflix El club de las canguro. Hace solo unos días, la cadena CBS anunció que detenía de forma indefinida la producción de una serie basada en Fuera de Onda (Clueless) para redefinir el espíritu del proyecto, por lo que los fans de Cher Horowitz deberán esperar para volver a ver en sus pantallas a uno de los personajes mejor vestidos de la cultura pop.