¿Tienen defectos las más guapas del mundo o son unas exageradas?

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Eva Mendes ha confesado que le atraen los hombres muy inteligentes porque ella no se considera precisamente una lumbreras.

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Aunque hoy sea una de las mujeres más deseadas de Hollywood, de pequeña Demi Moore se sometió a una operación de cirugía para corregir la desviación de un ojo.

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A Scarlett Johansson no le gusta nada su celulitis.

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Inés Sastre casi no sonríe en las fotos porque piensa que sus encías se ven demasiado.

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Según algunas publicaciones internacionales, Jennifer Aniston sufre de hongos en las manos y, consecuentemente, de unos picores en las manos que traen de cabeza a la actriz.

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Keira Knightley está cansada de que la acusen de anoréxica, de hecho ella también se ve muy delgada pero, según dice, es debido a su constitución.

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Lindsay Lohan está cansada de sus pecas, y no tiene pocas precisamente.

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A Julia Roberts le parece que su boca es enorme.

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En el colegio le decían que tenía boca de pato.

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Beyoncé odia sus orejas, especialmente porque sus compañeros de colegio se burlaban de ellas: "Eran más grandes que mi cabeza".

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Blake Lively siempre ha odiado ser tan alta (1,78 cm), especialmente ahora que tiene que llevar taciones muy a menudo. Además ha confesado que le aterra caminar sobre la alfombra roja.

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Sienna Miller dice que tiene tantas estrías que utiliza un spray de maquillaje para esconderlas. Si ella lo dice...

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Aunque parezca mentira, Gisele Bündchen se sentía el patito feo de la familia por ser la más alta y delgada. No sería para tanto.

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Eva Longoria piensa que es muy bajita. La actirz tan solo mide 1 metro y 54 centímetros.

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Karolina Kurkova no tiene ningún complejo de ombligo pero éste sigue siendo un misterio.

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Alessandra Ambrosio reconoce que se sometió a una operación de estética para corregir las orejas de soplillo.

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Una nariz aguileña no es un impedimento para desfilar en las pasarelas internacionales. Al menos éste es el caso de la top Julia Nobis.