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Susanna Griso: «Me compré un corsé pero me veo demasiado sexy»

Envidia a las presentadoras de telediario que ahora lucen vestidos y blusas. En su época de informativos iba siempre con americanas y acabó aborreciéndolas.

Susanna Griso

Sus medidas le habrían permitido hacer carrera como modelo, pero Susanna Griso prefirió el periodismo y desde hace cinco años es la sonrisa de las mañanas de Antena 3 en el programa Espejo público. Se deja vestir por otra persona cada día. Y si le dan a elegir, para una gran evento prefiere un esmoquin a un vestido de noche.

¿De verdad no quiso nunca ser modelo?

No, no. Hace mil años colaboré en desfiles benéficos con algún amigo diseñador y recuerdo que me moría de vergüenza al subirme a la pasarela.

Hay presentadores que llevan mal eso de que otros decidan qué se van a poner. ¿Es su caso?

Al contrario. Hace años que trabajo con la misma estilista, Cristina López Sors, y me pongo en sus manos sin ningún tipo de problemas. De hecho, a veces hasta salgo de la tele con lo que he llevado en el programa. Casi siempre me siento muy cómoda con todo lo que uso delante de las cámaras.

¿Le gusta ir de compras?

Antes me encantaba. Sobre todo el hecho de ir con amigas, entrar en un montón de sitios y ponerme cosas distintas. Pero ahora me da pereza. Me cambio de ropa tantas veces al día que ya no me hace la misma ilusión. ¡Si hasta intento escaquearme cuando me tengo que probar estilismos para la tele!

El vestido más importante de su vida profesional es…

Uno de Cortana en tono melocotón que me puse cuando recogí el premio Ondas. Esa noche fue muy especial, y aquel vestido maravilloso fue una parte de todas esas cosas buenas que sucedieron.

Presentó un informativo durante años. ¿Es muy diferente vestirse para un magacín que para dar las noticias?

Hace tiempo sí lo era. A las chicas nos vestían más serias, casi siempre con trajes sastre. Cuando hacía el informativo, me puse tantísimas chaquetas que acabé cogiéndoles manía. Ahora, sin embargo, las presentadoras salen con vestidos y con blusas.

¿Hay una pieza con la que se sienta bien?

Una camisa con las mangas remangadas. En general me gusta mucho la ropa masculina adaptada a la mujer. Me encanta ponerme un esmoquin para ir a una fiesta.

¿Su última adquisición?

Un corsé de TCN que me entusiasmó cuando lo vi en la tienda. Lo que pasa es que ahora lo encuentro demasiado sexy para mí. Estoy buscando un jersey de lana para ponerme por encima.

Me da la impresión de que no es de las que se piensa las compras.

Reconozco que si tengo un flechazo con una prenda, me hago con ella. Pero sucede pocas veces. Cuando compro ropa para mí, siempre se trata de vaqueros o pantalones cargo. La ropa para trabajar o para vestir la tengo en la tele. En mi día a día me gusta mucho el estilo nórdico con un toque original, como las colecciones de Cos.

¿Cuándo era adolescente soñaba con esos modelos que hoy le esperan en el camerino?

No especialmente. Pero recuerdo que, a los 15 años, gasté el primer dinero que gané haciendo un anuncio en un jersey de Benetton que mi madre se negaba a comprarme.

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