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Silvia Abril: «Tengo mala ‘follá’ pero jamás he lanzado nada a la cabeza a Andreu»

La reina de la comedia del momento arrasa en taquilla con Bajo el mismo techo y acaba de conducir los Goya. Y sí: repetiría presentar los premios del cine español “con los ojos cerrados”.

Silvia Abril triunfa en la cartelera con 'Bajo el mismo techo'.
Silvia Abril triunfa en la cartelera con 'Bajo el mismo techo'.dr

Hay una mujer que lo hace todo en España: lo mismo te presenta los Goya (y sobrevive), que te estrena la película Bajo el mismo techo (y la coloca como número uno en taquilla), o te presenta el concurso Juego de juegos (y Ellen DeGeneres pone un vídeo de esto en su programa). Eso sin olvidar su pasado eurovisivo y cabaretero. Se llama Silvia Abril y a sus 47 años, tras 20 en la profesión, está en el mejor momento de su carrera. Hablamos con ella antes y después de una gala de los Goya que, con 26,2% de share y casi cuatro millones de espectadores, ha sido una de las más exitosas que se recuerdan.

¿Qué fue lo primero que hiciste al acabar? ¿Te pusiste un copazo?

Me abracé a Andreu, nos besamos y nos felicitamos y le dimos las gracias y la enhorabuena a todo el equipo.

¿Decidiste presentar los Goya por compasión, por sadomasoquismo o por que te chantajeó Villajero con una grabación?

Uy, no. Yo no suelo delinquir. A lo más que llego es a llevarme bolsitas de té de un hotel.

¿Entonces?

Le prometí a Yvonne Blake –la anterior Presidenta de la Academia, fallecida en julio– que este año los presentaría. Ella era una mujer maravillosa e insistente y quería que la gala la presentara una mujer y qué mejor que de la mano de Andreu [Buenafuente, su marido].

¿Tuviste miedo al fracaso?

Yo ya sé que hay gente a la que no le gusto. Que me consideran una mamarracha y una payasa. Es que ese es mi trabajo, señores: vivo de hacer el payaso. Y a mucha honra. A mí me interesa el clown que llevo dentro, la niña que llevo dentro, la inconsciencia… es lo que quiero hacer. No puedo gustar a todo el mundo.

Ese final, con la visibilización del equipo de Campeones recogiendo el Goya a la mejor Película ha sido un punto y aparte no solo de los Goya, sino de la historia de España. ¿Cómo se vive algo así en el escenario?

La respuesta de la sala fue maravillosa y fue un clímax idóneo. Ahora puedo decir que Campeones era una de mis favoritas y que finalizar abrazando a todo el equipo fue una celebración doble, la suya y la nuestra.

Ha sido una de las galas más vistas. ¿Tenéis ganas de repetir?
Por como ha ido repetiríamos con los ojos cerrados, pero habrá que ver cómo se presenta el calendario. Bueno, eso y que la Academia quiera volver a apostar por nosotros.

Si no pudieras, ¿qué consejo le darías a tu sustituto/a?

Sube a ese escenario a defender lo que crees y disfruta.

Acabas de estrenar tu primera película como protagonista, Bajo el mismo techo…

¡He tenido que esperar a los 47!

¿Cómo te sientes?

Asusta al principio, porque yo soy un animal de cambios constantes y eso de ir cada día al mismo sitio a rodar, no sabía si me iba a salir.

El filme tiene un cameo de Dulceida como camarera… ¿Cómo ves su vis cómica?

Yo creo que tiene que seguir como influencer… La pobre… La dificultad de venir a un rodaje a soltar una frase es grande. Ella se sintió cohibida, pero luego se puso las pilas y resolvió la situación.

También tienes un gag en el que destrozas unos jimmy choo. ¿Son tuyos o de atrezo?

Son de vestuario. Para la horma de mi pie es un zapato bastante sufrido. Es terrible caminar con ellos.

La pelícual es la historia de un divorcio en el que la pareja se tira los platos (literalmente) a la cabeza. ¿Te ha servido para exorcizar tus problemas de pareja con Andreu Buenafuente?

Siempre tiras de tus experiencias, de tu carácter. He sacado toda la mala follá que tengo y que no saco nunca. Pero jamás le he lanzado nada a la cabeza a Andreu.

Y chistes, ¿os picáis a ver quién cuenta los mejores chistes en la cena?

En casa soy una tipa bastante normal y bastante aburrida. Sí que el hecho de tener una niña de seis años te obliga a hacer un poco más el payaso.

Tú eres lo que se podíamos llamar una adicta al trabajo. Tu marido también. ¿Cuándo veis a Joana, vuestra hija de seis años?

La vemos, la vemos. A veces me la llevo al plató de Late Motiv [el programa que presenta Andreu Buenafuente] para que vea que cuando no estamos con ella no es porque estemos en el bingo, que estamos trabajando. Nos lo montamos bastante bien. Tenemos una infraestructura que nos ayuda a llevar esta vida loca. Andreu la lleva y la recoge cada día de la escuela. Y por las tardes yo intento estar siempre en casa.

Y de los deberes, ¿quién se encarga?

La niña es lista. La niña es larga. Nos podía haber salido más naíf. Está de vuelta de todo.

Fotograma de la película ‘Bajo el mismo techo’.
Fotograma de la película ‘Bajo el mismo techo’.manuel fiestas

Fuiste una de las bailarinas de Rodolfo Chikilicuatre cuando fue a Eurovisión en 2008. ¿Qué consejo le darías a Miki para ganar de una santa vez en Tel Aviv?

¡Tararí Telaví! ¡Que disfrute de las fiestas previas, que las posteriores pueden ser mucho peores!

¿Cómo recuerdas la experiencia de actuar ante todo el continente?

Lo nuestro era un descaro, un cachondeo. Tuvimos a los eurofans que ni te lo imaginas. Solo nos faltó que nos asaltaran con palos como los taxistas a los VTC. Eurovisión tiene un tipo de público al que le falta sentido del humor.

¿El humorista es de izquierdas o de derechas?

La derecha te da un escenario muy jugoso para hacer comedia. A mí la llegada del PP me pilló haciendo El burladero, un cabaret político en Barcelona. Tenía un monólogo con lo de Celia Villalobos y el caldo que la gente se tiraba por el suelo de la risa. A los cómicos, la derecha nos viene muy bien.

¿Le ves futuro (cómico) a VOX?

Por supuesto. Lo que pasa es que me duele en el alma. Preferiría buscar otros caladeros y no sufrir la aparición de Vox, con todos mis respetos.

Llevas 20 años haciendo reír. ¿El humor evoluciona?

Evoluciona a la vez que involucionamos nosotros. España no puede y no debería permitirse estar cada vez más sensible de cara a la comedia. Nos llenamos la boca con la libertad de expresión y a la que un cómico se suena los mocos con una bandera, se lía parda. Ahí hay algo que no me cuadra.

Lo de los límites del humor y esas cosas…

Este es un país en el que se murió Lady Di y, al segundo, ya corrían los chistes del tipo: “Llevaba un vestido estampado”. Y ahora se arma una polémica por cualquier cosa. ¿En qué nos estamos convirtiendo? ¡Si siempre hemos sido unos punkies! ¡Si lo llevamos en las venas! ¡Si está en nuestro ADN…! ¿Qué locura es esta?

¿Por qué crees que pasa?

Hay que aceptar que tenemos un país de lo más variopinto. Que nos creemos muy modernos y no lo somos tanto, que hay un gran sector de la población que vota a Vox o al PP, a partidos que te pueden gustar menos. Pero es el país que tenemos. Y ahí también puede estar la comedia.

Pero sí que hay nuevas formas de expresión y nuevos cómicos. Pienso en los Muchachada, La Resistencia…

…Ignatius, el estilo de Broncano a la hora de hacer una entrevista. Pero hay un público al que eso no le interesa para nada. Siempre me he preguntado por qué Sálvame aguanta. Pero es que hay una España que, te guste o no te guste, todavía sigue ese tipo de programas. Yo pensaba que sería una audiencia que iría envejeciendo y que, en unos años y sintiéndolo en el alma, ya no estaría, pero luego ves el éxito de Mujeres hombres y viceversa y ves que no es una cuestión de edad.

Cuando empezaste querías ser una de esas grandes actrices del teatro catalán, como Emma Vilarasau o Anna Lizaran. ¿A quién admiras ahora?

La comedia americana nos lleva un pie por delante. Flipo con la capacidad de Tina Fey para escribir sus guiones. Este es mi punto débil. Yo sé identificar un guion bueno de uno mediocre, pero no sé decir: “Aparta, figurante, que esto lo voy a escribir yo”. ¿Sabes que el otro día salí en el programa de Ellen DeGeneres?

Algo he oído…

Estoy a punto de presentar Juego de juegos, que es fruto de una sección de su programa, The Game of Games. España es uno de los primeros países en comprar el programa y lo he presentado yo. Y cuando dio la noticia, sacó mis imágenes y casi me muero.

Los Goya, la peli, Eurovisión, la tele… ¿Qué te falta por hacer?

Me falta ser capaz de escribir mi propio proyecto. Me pongo a ello y no me sale. El verano pasado en Sant Feliu de Guíxols tenía que hacer un monólogo en un festival de comedia que tiene Andreu que se llama El Singlot. Solo lleva cuatro años, es un proyecto muy reciente. Actuamos Berto Romero, Raúl Cimas, Andreu y yo. Todos aportaban sus mierdas y llevaban sus historias y yo iba con un texto que no era mío, del que no estaba convencida. Y eso se acaba notando. Andreu me lo cogió y le dio la vuelta. Yo quiero tener esa capacidad… Bueno, algún defecto tengo que tener, ¿no? Porque si no sería asquerosamente perfecta.

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