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Sigrid Agren, contracultura urbana

La top gala nacida en la isla caribeña de Martinica posee un armario anárquico en el que los complementos añaden un toque multicultural.

Sigrid Agren
Irene San Segundo y Francesca Rinciari (Realización)

Cuando estás empezando, quieres que te cojan en todos los desfiles. Porque es ahí donde te das a conocer entre los diseñadores, los estilistas y los directores de casting. Pero cuando cierras contratos como imagen de marca de moda y belleza, subir a la pasarela pasa de ser imprescindible a un trámite terriblemente agotador», confiesa Sigrid Agren a S Moda en Nueva York. «Hubo temporadas en las que hice hasta 70 shows, ¡una auténtica locura!», recuerda en voz alta. Ha llovido mucho desde entonces. Tiene 22 años y ya no necesita hacer pasarela.

Vestido (2.650 €), body con aplicaciones metálicas (890 €) y botas (1.995 €), todo de Givenchy by Riccardo Tisci; sombrero de Saint Laurent por Hedi Slimane (650 €), bolso de Hermès (4.850 €).

Henrique Gendre

En las antípodas de fenómenos mediáticos como Cara Delevingne o Karlie Kloss –con 9,2 y 1,9 millones de seguidores en Instagram, respectivamente–, Agren pertenece a una camada de supermodelos en la sombra. Un grupo selecto de chicas que facturan millones de dólares al año, copan las portadas de las revistas y se llevan las campañas de las firmas más influyentes del sector, pero cuyo nombre pasa totalmente desapercibido a aquellos ajenos al negocio de la moda. No es una cara nueva, tampoco es una estrella de las redes sociales, nadie sabe con quién sale… y a nadie le importa. Su perfil de Instagram es una carta de amor a Martinica, la isla francesa donde nació en 1992 y a la que siempre se refiere como «el paraíso». De madre gala y padre sueco, fue descubierta en una prueba que la agencia de modelos Elite organizó en su ciudad. Entonces tenía 14 años y, aunque no ganó el concurso (se lo llevó una de sus mejores amigas a día de hoy, Constance Jablonski), la experiencia sembró las semillas del éxito del que hoy disfruta, convertida en una de las Money Girls (apodo que reciben las tops que baten récords de ingresos por publicidad).

Vestido de ante (c. p. v.), bolso (c. p. v.) y sandalias (c. p. v.), todo de Gucci; brazaletes en piel de serpiente de The Middle (260 €); brazalete de latón dorado (86,9 €); y anillo (29,9 €), ambos de Stroili.

Henrique Gendre

Gran parte de sus ganancias nacen de la alianza con Chanel, con quien mantiene algo más que una relación especial: a los 18 años firmó su primer contrato con la casa para protagonizar la campaña del perfume Chance, y desde entonces está en nómina de la maison –convertida en imagen de las líneas de cosméticos y joyas. «Para una chica francesa ser imagen de esta firma es lo mejor que te puede pasar. Cuando me confirmaron el acuerdo salí a celebrarlo con mis amigas. No quería irme a dormir, me daba miedo despertarme y que todo hubiese sido un sueño», recuerda orgullosa. Incluso protagonizó en 2012, junto a Brad Pitt, una versión del famoso spot de Chanel Nº5. El anuncio, dirigido por Joe Wright (Orgullo y prejuicio, Anna Karenina), suma más de cinco millones de reproducciones en Youtube.

Bómber bordada de Dries Van Noten (1.884 €); top (c. p. v.) y falda (c. p. v.) de macramé de seda, ambos de Moncler Gamme Rouge; bolso de Just Cavalli (595 €); y sandalias de Aquazzurra (800 €).

Henrique Gendre

Canto a la diferencia. «¿Sabes cuál es el secreto para llegar a ser una top?», le preguntó en 2009 Karl Lagerfeld. «No ser perfecta. Esta industria necesita caras que la gente pueda identificar en un segundo», le explicó. Han pasado seis años (y muchos contratos). La top llega a la sesión con la cara lavada y la nariz y las mejillas sonrosadas por el frío. La fotógrafa de moda Daniella Rech dice de ella que tiene ese tipo de rostro que, aun sin llevar una gota de maquillaje, sale perfecto en cada foto. Su agente, Christopher Michael, explica que las grandes firmas confían en ella porque Sigrid tiene una belleza clásica, lujosa y universal: «Parece venir de una raza genéticamente superior». Sin embargo, cuando se apagan los focos, su estilo es sencillo y juvenil, y en su armario priman básicos de firmas como Proenza Schouler, Acne o Givenchy. Vive a cinco minutos del estudio, en el lujoso barrio de Tribeca, hogar de megaestrellas como Mariah Carey o las gemelas Olsen. Ahora que puede permitirse seleccionar los trabajos que le motivan, tiene más tiempo para asistir a sus sesiones de boxeo y danza, e incluso se ha apuntado a clases de interpretación. «De momento no lo hago con un objetivo concreto. Me viene bien para trabajar mi timidez. He conocido a algunos directores y recibido alguna oferta, pero no sé…», dice dejando la puerta abierta a la oportunidad.

Blusa (2.150 €) y falda (370 €), ambos de Isabel Marant; cinturón de The Kooples (115 €); botas de Givenchy by Riccardo Tisci (1.995 €).

Henrique Gendre

No le atrae la fama: «Es un arma de doble filo. Sé que es lucrativa; pero no soportaría no poder llevar una vida normal». Se considera afortunada por disfrutar de lo mejor de los dos mundos en los que se mueve: «Un día estoy en un jet privado rumbo a Londres con los Ángeles de Victoria’s Secret y compartiendo pasarela con Taylor Swift y al siguiente hago la compra en un supermercado de Manhattan donde nadie repara en mí. Mi vida personal y profesional se complementan a la perfección». Hace tan solo dos días que ha vuelto a casa tras la gira londinense que hicieron las 47 modelos elegidas para representar a la firma de lencería más célebre del planeta. Esta era la segunda vez que Agren se colgaba las alas y, a pesar de su experiencia desfilando, confiesa que nada iguala la presión que rodea a este macroevento. «Menos los Ángeles [Adriana Lima y Alessandra Ambrosio], las demás tenemos que presentarnos al casting cada año. Es muy estresante: estás casi desnuda todo el tiempo, algo que a mí me sigue resultando intimidante, y es el show de moda más visto en el mundo». Este año, el evento fue seguido por más de 10 millones de personas en la televisión estadounidense, y online en más de 180 países. «Es fantasía y espectáculo en estado puro; cada año se superan», opina. A pesar de que no le guste saberse el objeto de todas las miradas, admite que lo que le apasiona de este mundo es «el arte de vender sueños. Eso es la moda para mí».

Chaqueta de Emporio Armani (1.565 €); top (490 €) y pantalón (1.000 €), ambos de Balmain; bolso de ante de Gucci (c. p. v).

Henrique Gendre

Top (7.990 €), pantalón (550 €), sombrero (650 €) y fular (550 €), todo de Saint Laurent Paris by Hedi Slimane; plataformas de satén de Giambattista Valli (625€).

Henrique Gendre

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