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Ricky Martin: «¡Quiero que España gane el Mundial!»

Este superventas incombustible pone voz a uno de los temas musicales del evento futbolístico del año y, de paso, del verano. Y en exclusiva para S Moda, hace una porra de cara a la final.

Ricky Martín

El cantante puertorriqueño está exultante. Su canción Vida promete ser uno de los pegadizos himnos del Mundial de Brasil y será, además, la banda sonora de la próxima campaña de Opticalia: Ricky es la nueva imagen de la firma en España y Portugal, como en su día también lo fueron Miguel Bosé ,Andrés Velencoso o Dani Martín. No sabemos si lleva las gafas puestas  esta entrevista se hace por teléfono y él nos atiende desde Nueva York , pero lo que sí nos confiesa es que el deporte le gusta verlo sentado: Yo ya hago cardio sobre el escenario , apunta.

Entonces, ¿usted, como la mayoría de los niños, no quería ser futbolista de pequeño?

Yo quería atraer la atención. Me apuntaba a las obras de teatro del colegio, era el monaguillo o tocaba la campanita para que la gente me mirase. Ahora hago un poco de surf, algo de capoeira, voy al gimnasio… Bueno, entre tú y yo, estoy un poco vago. Es una racha, ya volveré.

Y sus mellizos, con cinco años, ¿prefieren jugar a la pelota o cantar?

Uno tiene ritmo, es más musical; en nuestra casa siempre hay música. El otro es más hippie, tranquilo, desaparece entre los arbustos y aparece con la boca llena de tierra, es más próximo a la naturaleza.

Suyos son temas como La copa de la vida (canción oficial de la Copa Mundial de Fútbol de 1998), Livin’ la vida loca y ahora Vida. ¿Está obsesionado con esa palabra o es que le trae suerte?

Cuando la FIFA me llamó propuse hacer algo diferente: «Vamos a dejar que el pueblo escriba este himno», pensé. Recibimos más de 1.600 canciones de todo el mundo. Y Vida fue la mejor, pero te juro que no la elegí por su título.

Tiene una letra muy vitalista, ¿la escogió porque se parecía a su forma de ser?

Soy una persona que va por la vida aprovechando cada minuto. Me centro en las cosas maravillosas que me han pasado, como poder llevar mi música y mi idioma a otros países. Me siento pleno porque vivo mi vida con transparencia. He amado porque me han amado, tengo unos hijos maravillosos, estoy sano…

¿Y no se le acaban nunca las pilas?

Llevo desde los 12 años en esto. Al revés, cuando paso demasiado tiempo en casa, me digo: «¿Qué está pasando? ¡Que venga lo próximo!». Me gusta el ajetreo. Además, ahora estoy en un momento de evolución. He cambiado de representante porque hay que cerrar ciclos, reactivar la energía. Cuento con un equipo de trabajo joven, agresivo. Sigo muy motivado.

Se cumplen precisamente 30 años desde que se fue de casa a explorar mundo con el grupo infantil Menudo.

Fue el 10 de julio de 1984. Cinco años de mucha disciplina. ¡Deberíamos celebrarlo!

Imagínese que un hijo suyo le dice que quiere independizarse con esa edad. ¿Le dejaría?

Lo aceptaría. Si mis padres, hace 30 años, me lo hubiesen prohibido a mí, seguramente hoy en día sería un cascarrabias, un tipo frustrado. Evidentemente, si mi hijo se fuera, le tendría controlado en la distancia, le protegería al máximo. Pero Menudo me marcó la vida y volvería a pasar por todo aquello.

La distancia entre tus sueños y la realidad se llama disciplina, he leído en su Twitter.

El médico y escritor indio Deepak Chopra, que es muy amigo mío, me dice que gracias al poder de la mente podemos conseguir que se cumpla todo lo que deseamos. Pero yo también le digo: «Vale, Chopra, pero vamos a trabajar un poquito».

Tiene usted un vínculo fuerte con la India.

Sí, cuando voy a la India o Tailandia me encierro en templos, me pongo en posición de loto y desconecto. El yoga me ha ayudado mucho.

Para una persona acostumbrada a estar rodeada de lo mejor, debe ser un contraste, aún más fuerte si cabe, convivir con una sociedad tan pobre como la india.

Es cuestión de verte dentro de la foto. Cuando te sientes parte de un todo, se te quita rápido cualquier posible complejo de superioridad.

¿Sigue practicando budismo?

Durante mucho tiempo fui católico. Como digo yo, un católico siempre lo es, aunque esté abierto a otros dogmas. Por la noche me siento y rezo mi Padrenuestro.

¿Quiénes son aquellas personas que le han influido, aquellas por las que rezaría?

Mi madre me enseñó que podía hacer todo en esta vida, que hay que centrarse en lo que uno tiene, no en lo que no tiene o en lo que la vida te ha quitado. Mi padre también ha sido muy importante. Y mi abuela paterna, que era catedrática de la Universidad de Puerto Rico. Una mujer fuerte que educó a cientos de estudiantes. Tenía mucha cultura. Me marcó.

¿Su vena artística le viene de familia?

Mi abuelo improvisaba mucha poesía, pero he sido yo el único que ha conseguido hacer de la música una carrera.

Un artista siempre cuida su imagen. Y usted parece que lo hace mucho y bien.

Me gusta más ahora; antes lo veía como una obligación. Pero detesto ir de compras, tengo un estilista. Me lo pruebo todo, otra cosa es que luego salga con ello a la calle. Soy isleño: en el fondo soy feliz yendo descalzo y sin camisa, solo con unos pantalones.

Pregunta obligada: ¿quién va a ganar el Mundial?

Tengo pasaporte español… ¡España! Pero sería maravilloso ver una final de Brasil contra Argentina.

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