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La ruptura de Rosalía y Rauw: por qué creemos saber lo que pasa en un pareja

Incluso antes de que llegara la confirmación oficial de la ruptura entre Rosalía y Rauw Alejandro muchos ya expresaban en redes que se «sentían traicionados» y que «habían dejado de creer en el amor».

Rauw Alejandro y Rosalía en Nueva York en septiembre de 2022, tras celebrar el cumpleaños de la cantante.
Rauw Alejandro y Rosalía en Nueva York en septiembre de 2022, tras celebrar el cumpleaños de la cantante.Getty (GC Images)

Cuando la revista People anunció la ruptura de Rosalía y Rauw Alejandro, las redes sociales se llenaron de mensajes de estupefacción que señalaban no creer ya en el amor. Este verano no está destacando únicamente por sus elevadas temperaturas, sino también por la cantidad de parejas conocidas que hasta la fecha habían presumido de un amor (aparentemente) inquebrantable y que en un giro inesperado de guión, han anunciado su separación. La diferencia entre algunas de las rupturas más recientes y la de los músicos es que en esta destaca la alargada sombra de la traición y de la infidelidad, y teniendo en cuenta que Shakira dio el pistoletazo de salida a este tipo de rupturas ajenas al conscious uncoupling promovido por Gwyneth Paltrow, cualquier separación en la que haya terceras personas involucradas plantea la posibilidad de que el que ha sido engañado se marque un nuevo BZRP.

La fuerza de las relaciones parasociales

Según varios hilos de Tiwtter, Rauw Alejandro podría haber engañado a Rosalía con Valeria Duque, una modelo procedente de Medellín. Esta supuesta deslealtad, que el cantante ha desmentido de una forma un tanto ambigua, ha hecho a muchas personas sentirse instantáneamente traicionadas (sí: traicionadas) por el cantante. Rauw asegura que la pareja llevaba rota «meses», aunque las fechas de las fotos juntos y los mensajes a través de redes sociales no cuadren con el concepto «meses» del puertorriqueño. Por su parte, Rosalía en solo un par de frases ha tratado de zanjar el asunto: “Ni caso a las películas, nosotros sabemos lo que hemos vivido. Este momento no es fácil, así que gracias a todo el mundo por entender y respetar”, ha publicado en sus stories de Instagram.

Pero, ¿por qué muchos seguidores de la pareja se ha sentido ‘heridos’ con esta ruptura enfrentándose a ella como algo prersonal? Para analizarlo, hemos de hablar de las relaciones parasociales, un término acuñado por Donald Horton y R. Richard Wohl en 1956 y que ahora cobra más fuerza que nunca ante el  poder de las redes sociales. Este universo digital es el responsable de que nos sintamos tan cerca de las celebridades que en ocasiones, prácticamente los consideramos parte de nuestro círculo cercano, por lo que lamentamos sus fracasos y sus baches emocionales como si fueran los de alguien a quien realmente conocemos. Este término refleja el peso que la cultura pop tiene en nuestras vidas, pero estudios como Perceptions of infidelity: A comparison of sexual, emotional, cyber and parasocial behaviors indican que las relaciones parasociales que establecemos con las celebridades pueden ser incluso responsables de que estemos menos satisfechos con nuestras relaciones. ¿La razón? Quienes sienten una fuerte conexión con las celebridades, según esté estudio,  pueden estar menos motivados a invertir su esfuerzos y su tiempo en sus relaciones reales.

No sólo nos sentimos mal por Rosalía, sino que nos sentimos defraudados, pues cuando esos personajes a los que seguimos hacen algo que no encaja con nuestra proyección de cómo pensamos que son, emergen la frustración y la decepción. Si en sus redes sociales todo parecía perfecto, y si Rosalía y Rauw incluso habían convertido su amor en parte de su negocio musical… ¿Estábamos, entonces, siendo engañados?  Silvia Llop, autora de Mándalo a la mierda, explica que en el amor, usamos a los famosos como plantilla. “Por eso, si se separan, ya no creemos en amor. Lo que hay que comprender es que es gente normal que deja sus relaciones, como lo hacemos todos, pero en las redes sociales no van a vender sus peleas ni incompatibilidades. Sólo vemos la parte fantástica, sus viajes, esos videoclips que hacían juntos y esas entrevistas tan  bonitas, por lo que cuando lo dejan, nos sentimos estafados, cuando lo cierto es que no estábamos dentro de la relación. ¡No te están enganchando! Lo que están haciendo es vivir su vida”, asegura.

“Estamos en la era de la información, y tener acceso a la vida de personajes públicos nos brinda la oportunidad de que nos encontramos con personajes que ayudan a promover la igualdad, el respeto a una misma, el empoderamiento… Quizás por eso nos hacemos más sensibles a poder participar de ello. No es que nos influya la vida de Rosalía: lo que nos influye es ver cómo reacciona una mujer (o un hombre) de manera pública ante ciertas cosas”, asegura Mariona Gabarra, sexóloga de Gleeden. “Nos encontramos ante una sociedad influenciada por el tipo de relaciones que se muestran en las redes sociales y por el romanticismo de las películas de Hollywood.  La cultura popular, con sus parejas, puede hacernos crear diferentes pensamientos idílicos sobre las mismas.  Los famosos pueden servirnos de modelo al que aspirar, un referente en el que nos fijamos y que pretendemos alcanzar”, señala Lombardía.  “Es importante que seamos realistas y que entendamos que lo que vemos a través de los medios y las redes es un fragmento ideal, sólo una pequeña parte de sus relaciones. Nuestra imaginación termina de completar el resto de la relación “perfecta”. A veces, cuando estas relaciones terminan quedamos descolocados, pues la ruptura no encaja en la fantasía que habíamos construido… Y que a su vez, habían construido para nosotros”, explica.

La sospecha del love bombing

Se denomina así al comportamiento relacionado con la constante demostración de afecto y la demanda consiguiente de atención, un fenómeno que intenta justificar haciendo uso del mensaje “Es para que veas lo mucho que te quiero”. El problema es que al poner al amor como excusa, puede generar confusión y culpabilidad a quién recibe este tipo de comportamientos. Desde fuera la gente suspiraba cuando Rauw Alejandro aprovechaba la ausencia de Rosalía para hacer divertidos vídeos en los que la imitaba y aplaudía sus declaraciones de amor públicas, pero al parecer, la realidad era otra… “Lo que he ido descubriendo con el paso de los años y la experiencia, porque me dedico sólo a esto, es que hay que diferenciar el love bombing del atracón de química. Un atracón de química es algo que se siente genuinamente, una idealización que ha despertado algo en ti. Es algo irreal, porque no tiene base, pero lo sientes de verdad. Por ello puede pasar que cuando vayas conociendo a esa persona, se termine el atracón y descubras que no te gusta tanto. Sin embargo, no estabas mintiendo. Otra cosa es el love bombing, detrás del cual hay una actitud manipuladora. Es algo que se exagera para enamorar a una persona y conseguir así su atención”, explica Silvia Llop, conocida como “la psicóloga del amor”.

Por su parte Ana Lombardía, psicóloga y sexóloga en Bumble, explica que el ‘love bombing’ es “un comportamiento que se produce cuando una persona bombardea a su objetivo con gestos románticos exagerados con el objetivo de abrumar a la persona, haciendo que esté tan centrada o distraída por las continuas muestras de afecto que pasa por alto las señales de alarma. Puede haber un contacto constante, que puede parecer romántico, pero que en realidad, es un intento de no dejar tiempo fuera de la relación para reflexionar sobre ella”.

El peligro de dejar de creer en el amor

»Yo tenía la fe perdida en la masculinidad, y fue conocerte y me cambió un poco la situación», le confesó la cantante a Rauw en el canal de YouTube del streamer Ibai Llanos, haciéndonos así saber que la cantante celebró haber encontrado a un hombre que estuviera disponible emocionalmente, es decir, que tras diversos tropiezos, se emocionó al encontrar por fin a alguien que quería querer y ser querido. Del mismo modo que tantas personas empatizaron con sus palabras, ¿acaso no es normal que ahora pierdan de nuevo la esperanza? “Como hemos idealizado esas relaciones y hemos estructurando una idea del amor a partir de las relaciones que vemos, cogiéndolas como ejemplo, hacemos de los famosos sujetos a los que acogernos. Si tienes también a tu mejor amiga y a su pareja como paradigma del amor y rompen, te sentirás igualmente desolada, pero es posible que tu íntima te haya ido mandando mensajes en las últimas semanas o meses comentando cosas que no eran del todo perfectas. Sin embargo, ni los famosos ni los anónimos contamos en nuestras redes sociales los problemas que tenemos. Lo que hay que tener claro es que no es que nos hayan engañado, sino que han obviado lo que no querían contar”, dice Silvia Llop. «Rosalía partía de un momento concreto de su vida en el que había tenido líos con personas que no querían tener compromisos, pero que no se preocupe ni Rosalía, ni nadie: como Rauw Alejandro hay miles más y aquí no se acaba el mundo. Hay que aprender de ello, ver si hemos dejado pasar alguna bandera roja y aprender de la situación, hacer el duelo, recuperarnos y tirar hacia adelante”, añade.

Mariona Gaborra no cree que este tipo de sucesos se encarguen de echar por tierra nuestra capacidad de creer en el amor. “Lo que están haciendo es abrirnos los ojos. Toda la información que nos llega es buena: lo que no lo es es la censura. Lo que nos falta son herramientas. Si hubiese educación emocional y social en los colegios, toda esa información estaría bien gestionada, igual que la información que recibimos desde las redes sociales. El problema es cómo cogemos el mensaje, y es algo que depende de nuestra educación emocional en nuestra casa y en nuestro entorno. Estas noticias no tienen que mermar nuestra esperanza en el amor, sino enseñarnos a ser realistas. Venimos de una educación en la que la prioridad de nuestra vida era encontrar el amor, casarnos y tener hijos, dejándonos sin vida propia. Por eso, este tipo de rupturas de celebridades lo que hacen es colocar el amor de pareja donde debe estar: situado como uno de nuestros pilares, pero acompañado de otros como la vida laboral, nuestras amistades, nuestros hobbies…”.

¿Podemos aprender algo de este desengaño tan mediático?

La psicóloga y sexóloga Ana Lombardía así lo cree. “En cierto modo, es positivo ver cómo se desarrollan públicamente todo tipo de relaciones. Puede ser positivo ver que no estás solo si te encuentras pasando por una situación similar. Igualmente, nos empuja a dejar de idealizar las relaciones ajenas y poner el foco en que es importante construir y cuidar las relaciones más allá de las muestras públicas de afecto. También nos anima a ser claros sobre lo que queremos y lo que necesitamos en nuestras relaciones”, asegura.

“Lo importante es confiar en nuestra intuición, porque en mis años de experiencia me doy cuenta de que la intuición no falla, pero tendemos a acallarla. Si estás en un momento de tu relación en el que sientes que algo te chirría y te hace sentir malestar, o sientes cierta inseguridad, tienes que revisarlo y hacer las preguntas que necesites. Imaginemos que Rauw Alejandro, cuando se iba de gira, no paraba de mandar mensajes y de hacer videollamadas a Rosalía y de repente, apenas habla. Es posible que cuando le comentamos estas cosas a nuestras amistades no vean nada raro, pero si para ti lo es, porque sabes de dónde viene y cómo se comunica tu pareja contigo, entonces, tienes que hacerte caso. No hemos de ignorarnos a nosotras mismas”, aclara Silvia Llop.

Al final, quizás podamos aprender algo de una relación que termina (o no) tan malamente…

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