_
_
_
_
_

¿Quién se ríe ahora de Matthew McConaughey?

Todos parodiaban su papel de galán histriónico, pero con la nominación al Oscar por interpretar a un enfermo de sida y su éxito en ‘True Detective’, el actor pasa a ser uno de los más respetados de Hollywood.

cover mathew

“Eres guapo, con tu estilo de texano ignorante y pobre”, le espeta de buenas a primeras un Jared Leto travestido a Matthew McConaughey en Dallas Buyers Club. Esta película (que no se estrenará hasta marzo en nuestro país) ha conseguido que el actor se lleve un Globo de Oro a casa, que opte al Oscar y que encabece infinidad de artículos en todo el mundo sobre su consolidación como actor 'serio'. Y esta frase resume bastante bien donde reside parte del atractivo de esta estrella de Hollywood nacida en Texas en 1969 y especializada, de un tiempo a esta parte, en retratar como nadie las peculiaridades y miserias de la América profunda.

Lo de afearse y/o engordar a conciencia para que se reconozcan las dotes interpretativas es ya un clásico. Efectivamente, para protagonizar esta producción basada en hechos reales, en la que encarna a un electricista homófobo a quien le dan un mes de vida tras diagnosticarle sida, McConaughey adelgazó nada menos que 21 kilos. Aunque, si bien su actuación merece todas las alabanzas que está recibiendo, este “nuevo y mejorado Mr. McConaughey” –como le ha definido el New York Times– no surge de la noche a la mañana.

Fotograma de ‘Movida del 76’, la película que le hizo popular en los 90.

Cordon Press

Pero empecemos por el principio. Si hace una década, cuando su 'tableta de chocolate' o su relación amorosa con Penélope Cruz llenaban páginas y páginas en las revistas del corazón, nos hubieran dicho que llegaría a ser el rival más fuerte de Leonardo DiCaprio de cara a los Oscar, nos hubiera resultado bastante difícil de creer. Y eso que, para ser justos, su trayectoria no justificaba realmente el que se le redujese a un simple musculitos de dientes blanquísimos, pelo rubio y pectorales bronceados, ya que contaba con algunos proyectos interesantes a sus espaldas. De hecho, el New York Times destaca ahora que su papel de mujeriego en Movida del 76 (Dazed and Confused), filme que le dio popularidad en los 90, ya encerraba todo lo que le distingue de los demás: “su encanto de donjuán y fanfarrón con clase, su locución y tiempo lentos y taimados, su astuta capacidad de autocomplacencia y autoparodia”. En esa misma década, McConaughey participó en la película de culto Lone Star, y en las más conocidas y nada desdeñables Tiempo de matar y Contact.

El nuevo milenio le trajo la terrorífica y bien construida Escalofrío (Frailty), que pasó más bien desapercibida, eclipsada sin duda por una encadenación de 'blockbusters': Planes de boda, junto a Jennifer López; Sahara, con Penélope Cruz; Novia por contrato, con Sarah Jessica Parker, y las comedias Cómo perder a un chico en 10 días y Como locosa por el oro, en las que compartía cartel con su amiga Kate Hudson. El éxito más o menos notable de éstas en taquilla no hizo más que consolidar su imagen de chico sexy asiduo en películas de usar y tirar. Y es que no solo las mujeres atractivas (véase el caso de Charlize Theron, por poner un ejemplo) se encuentran con este handicap en Hollywood: a veces, encajar a la perfección en el rol de galán puede convertirse en un lastre. “Creo que se trata de un viejo problema que consiste en que para la crítica y el público solo existen algunos géneros dignos de ser tenidos en cuenta”, reflexiona Jordi Sánchez-Navarro, ensayista y profesor de cine y comunicación. “La comedia, la aventura, la acción y el fantástico se suelen mirar con recelo. Un hombre guapo que hace comedia romántica jamás será tomado en serio. Es obligatorio hacer drama e interpretar a personajes de vida complicada”, añade.

Un joven McConaughey en el filme ‘Tiempo de matar’.

Cordon Press

Al saber lo llaman suerte

Decir que la carrera de McConaughey dio un salto cualitativo por cuestión de azar sería una presunción muy tonta, pero el destino siempre tiene algo que decir. Tras un intento de suicidio por parte de Owen Wilson, fue llamado en 2008 para sustituir a éste en Tropic Thunder. La hilarante parodia de Ben Stiller sobre el género bélico le permitió adentrarse en el cotizado grupo de estrellas 'autoconscientes'. Es decir, capaces de reírse de sí mismas y de convertir sus debilidades en fortalezas, al más puro estilo Robert Downey Jr. o James Franco. La autoparodia no ha supuesto nunca un problema para él: las fans de Sexo en Nueva York recordarán su cameo en aquel episodio en el que se inmola (metafóricamente, claro) haciendo de sí mismo en una interpretación bastante histriónica de lo que se cuece en los estudios de cine.

Y, por fin, llegó Killer Joe (2011), una controvertida y cruda propuesta ambientada en Texas, en la que sacó toda esa pulsión soterrada del Estados Unidos más árido y violento al ponerse en la piel de un policía que trabaja como asesino a sueldo en su tiempo libre. Dirigida por uno de los directores más reputados en los años 70, William Friedkin, la cinta arrancó estas palabras del afamado crítico Roger Ebert: “[McConaughey] Hace gala de sus cualidades sibilinas: su encanto, su aura arrolladora, su imponente físico. Es una de sus mejores actuaciones”. Friedkin comentó también entonces: “Sé lo poco que se valora en Hollywood el talento de un hombre atractivo. No quieren que actúe, solo que aparezca y que corteje de forma convincente a la protagonista. Un chico como Matthew ha de tomar el control de su carrera, porque siempre le ofrecerán los mismos papeles”.

En la película ‘Killer Joe’ el actor representa el crudo papel de un policía que trabaja como asesino a sueldo en su tiempo libre.

Cordon Press

Consciente de la imagen de surfista musculoso que había proyectado durante años (el que le fotografiaran continuamente haciendo footing sin camiseta tampoco ayudaba), McConaughey supo sacar partido finalmente de su ventaja física en Magic Mike. Esta película de Steven Soderbergh está a medio camino entre el producto vendible a casi todos los públicos (con reminiscencias de El bar Coyote) y una rara historia alternativa. Entre otras cosas, le ayudó a consolidarse como secundario de lujo y a reinventar el estereotipo de la masculinidad que venía arrastrando como consecuencia de la presión del sistema sobre (sí, también) el cuerpo idealizado del hombre. Con ese papel le llovieron las parodias. Desde Saturday Night Live no perdieron la oportunidad y lo bordaron con un Chaning Tatum impecable con el acento de Texas.

Escena del filme ‘Magic Mike’ (2012) en el que McConaughey interpreta al propietario de un club de streaptase masculino.

Cordon Press

Después vinieron Bernie, El chico del periódico y la memorable Mud, una entrañable historia de iniciación protagonizada por unos adolescentes que encubren a un fugitivo enamorado. Aquí vino a demostrar dos cosas: que no necesita grandes caracterizaciones para construir un personaje inolvidable (unos dientes estropeadísimos, en este caso), y que no hay otro actor en Hollywood al que le sienten tan bien las camisas (¿por eso el guiño de que en la película guarde una como su posesión más preciada?).

Escena de la película ‘Mud’ (2012).

Cordon Press

El chico de oro, en la HBO

Como otros actores de su generación, McConaughey está decidido a contribuir a su propia suerte. De ahí que haya dado el paso de producir una de las apuestas más importantes de la HBO para este año, la serie True Detective, que coprotagoniza Woody Harrelson y que traslada unos crímenes rituales del estilo de Seven a la América profunda. El aire perdido y un tanto psicopático que presenta Rust Cohle, su personaje, debería alejarle para siempre de la lista de actores guaperas. “Me he encontrado a mí mismo defendiéndole de gente que en realidad no le conoce, pero que por alguna razón se sienten opuestos a él”, dijo Woody Harrelson en una entrevista para GQ. “Es un buen chico, atractivo, tiene un cuerpo perfecto, su carrera está despegando. A algunos les molesta y se justificaban diciendo que nunca había hecho una película con sustancia. Ya no lo pueden decir más”, apostilló entre risas.

McConaughey brilla bajo la dirección de Cary Fukunaga en la serie ‘True Detective’.

HBO

Y es que, dejando a un lado las quinielas respecto a Dallas Buyers Club, es innegable que el único que consigue hacer sombra a DiCaprio en El lobo de Wall Street (con perdón de Jonah Hill) es él. Su breve pero decisiva aparición, que se resume en ese canto de aire tribal tan pegadizo –al dinero, a la lujuria, al hedonismo más absoluto–, es la auténtica banda sonora de la montaña rusa que es lo último de Scorsese. Lo próximo: un papel en la nueva de Christopher Nolan, Interstellar, que también promete. El prestigio está alcanzado, ahora toca mantenerlo. Y quizá llevarse a casa el Oscar. “Cielo –le dijo hace unas semanas Liza Minelli–, si no lo ganas, ¡te doy el mío!”.

Arrasando: con el premio de la crítica, del sindicato de actores y su Globo de Oro por ‘Dallas Buyers Club’.

Getty

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_