Por qué nos sigue gustando Grease

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Y aquí, perdonándonos la vida. En smoda.es esperamos sinceramente que esta foto consiga el 100% de votos positivos.

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Hay que reconocerle que tenía una de las mejores caídas de pitillo de la ficción, solo comparables a la de Lucky Luke y El Corto Maltés.

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Por no hablar del tipín, aquí embutido en negro total.

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Si él marcó estilo, ella no fue menos. A todos les pirraba Olivia Newton-John, también por razones obvias. Aquí, jovencísima y guapísima en el 75, tres años antes de protagonizar Grease.

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Para el 78, su look se había sofisticado hasta representar lo mejor de esa década discotequera.

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Hemos visto miles de veces parejas sentadas en las cafeterías típicas de EEUU, pero pocas tan guapas como esta. Incluso antes del cambio de look de ella.

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Al final del metraje, Sandy ya luce melenón rizado, aros, chupa de cuero y maquillaje agresivo. Y como accesorio perfecto para una Pink Lady, su T-Bird.

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Aunque para cambio de look, el que siempre te trae la vida real. Compara esta imagen (de la reunión de los dos protagonistas años después) con la foto 2 de la galería y llora. Newton-John se conserva muchísimo mejor.

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La segunda parte de Grease llegó en 1982. También somos capaces de verla en una sobremesa tonta, pero no hay comparación con la primera parte.

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Aunque a la secuela hay que agradecerle mostrar a una Michelle Pfeiffer espectacular.

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Pero volvamos a los orígenes. ¿Reconociste los inicios de Lorenzo Lamas?

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La Sandy macarra es todo un icono de estilo. Pero a muchas nos ha gustado siempre más Rizzo, con su rollo Elizabeth Taylor y sus modelazos de los 50 menos ñoños. Pura tendencia.

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Edurne protagoniza la versión española del musical, que ha tenido tanto éxito como la película. Aquí dejamos espacio para que cada uno lo rellene con su opinión: _ _ _ _ _ _ _