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Ocho veces que Meghan Markle reinventó a su manera las tradiciones ‘royal’ (y funcionó)

Los detalles que se extraen de la reciente presentación de su hijo Archie Harrison, como la elección del vestido, el papel de Harry y la inclusión de su madre, son la última demostración.

Desde su presentación oficial como prometida del príncipe Harry, hasta su primera aparición tras dar a luz a su hijo, Archie Harrison Mountbatten-Windsor, Meghan Markle ha dejado clara su peculiar forma de acatar (o no) el estricto protocolo real. Gestos por acercar a la institución la igualdad y la diversidad o elecciones de estilo que en ocasiones la perfilan más como celebrity que como miembro de la realeza, y en las que a menudo se encuentra un mensaje detrás. Lo hacía ya antes del fichaje en pareja de Sarah Latham, la asesora de imagen que asistió a los Clinton tras el caso Lewinsky, y lo confirma con todos los acontecimientos recientes en torno al nacimiento del niño. Los recopilamos.

1.El vestido de la reaparición. Blanco y con corte gabardina (abotonado, cuello solapa y cinturón), la elección de la duquesa de Sussex no solo no escondía, sino que marcaba su barriga posparto. Lejana a los estilismos que Kate Middleton o Diana de Gales llevaran en sus presentaciones, optando por vestidos de corte recto y efecto saco con los que ocultar la barriga, Meghan se decantaba por dar visibilidad al cuerpo tras el parto en una versión más cercana a lo natural -aunque también por unos tacones de más de 10 centímetros de Manolo Blahnik-. La historia tras la prenda tiene intención: es un diseño de Grace Wales Bonner, creadora mestiza (como ella) de padre jamaicano y madre británica, especializada en ropa de hombre pero con una colección para mujer con piezas inspiradas en lo masculino. Un guiño a su propia historia y a la de su hijo, el primer descendiente mestizo de la familia real británica, y otro a la ruptura de los roles tradicionales en torno a la maternidad y la paternidad.

Meghan Markle con un vestido de Wales Bonner, diseñadora británica mestiza, que marcaba su barriga posparto.
Meghan Markle con un vestido de Wales Bonner, diseñadora británica mestiza, que marcaba su barriga posparto.Getty Images

2.El posado según sus términos. Lo advirtieron con un comunicado en la recta final del embarazo, las cosas de harían de otro modo. “Sus Altezas han tomado la decisión de mantener los planes en torno a la llegada de su bebé en privado. El Duque y la Duquesa están deseando compartir las emocionantes noticias con todos una vez que hayan tenido la oportunidad de celebrarlo en privado como familia”. En vez de recurrir al clásico posado que hicieran su cuñada Kate y su suegra, Diana, a las puertas del Hospital Saint Mary (Londres) apenas horas después de dar a luz, Meghan se ha tomado un par de días para recuperarse de la experiencia antes de exponerse los flashes. Algo significativo que empatiza con otras tantas madres recientes que no alcanzan a entender cómo es posible aparecer con ese aspecto de ‘perfección’ tras una experiencia tan extrema.

3. Silencio absoluto en torno al parto. Ni dieron la información previamente, ni la han confirmado. La única información conocida con seguridad es que, de nuevo, Meghan y Harry habrían optado por burlar la tradición que tanto Diana como Kate siguieron, dar a luz en el ala Lido del Saint Mary. A pesar de que en los medios británicos se aseguró que lo tendría en casa -esto sí, como la Reina-, con un parto natural, sin anestesia y con hipnosis, la información tras el nacimiento apunta a otras vías. Debido al retraso respecto a la fecha prevista, según apunta Daily Mail, Harry y Meghan se habrían trasladado por la noche y en absoluto secreto al Hospital Portland londinense. Un centro privado, perteneciente a una red americana de hospitales y especializado en madres y niños en el que trajeron al mundo a sus hijos Victoria Beckham y Sarah Ferguson.

4.¿Corresponsabilidad con Harry? Ya en el discurso que el príncipe dio el mismo día que Archie Harrison llegaba al mundo, contando que había estado en el parto y visiblemente emocionado al expresarlo, fue notable que su implicación en el nacimiento y con su esposa era alta. “Ha sido la experiencia más increíble que jamás podría haber imaginado. Cómo lo hacen las mujeres es algo que va más allá de la comprensión (…) Estoy increíblemente orgulloso de mi esposa”.

Con la presentación en Windsor todo indica a que el rol del príncipe en la crianza será participativo a un nivel similar que el de Meghan. Era él quien aparecía ante las cámara con el bebé en brazos y en ningún momento vimos a la ex actriz cogerlo. Un gesto que parece indicar que los duques quieren diluir ese rol de madre abnegada haciendo notable, tanto en sus palabras como en sus gestos, la complicidad de ambos frente a la nueva etapa. ¿Cómo lo hicieron antes en la familia? Kate ha repetido en sus nacimientos el ejemplo de Diana, que tanto en el nacimiento de William como en el de Harry, apareció con el bebé en brazos y, a la vista de todos, se lo pasó a Charles.

En la presentación de Archie Harrison fue el duque de Sussex quien sostuvo al niño en brazos.
En la presentación de Archie Harrison fue el duque de Sussex quien sostuvo al niño en brazos.Getty Images

5.Un lugar especial (y preferente) para su madre, Doria Ragland. En su boda, en su primer acto de agenda propia como duquesa de Sussex, la presentación de un libro de cocina creado por Meghan junto a mujeres (la mayoría migrantes) víctimas del incendio de la Torre Grenfell, con la mención especial en el comunicado tras el nacimiento en el que se indicaba que Ragland estaba en la casa de Frogmore Cottage junto a ellos y el remate, en su posado junto a la Reina de Inglaterra y el duque de Edimburgo, su presencia es una constante nunca antes vista con ningún miembro político de la familia.

6.Su posición (filtrada) a favor del aborto. Renunciar a su discurso feminista y a posicionarse ideológicamente en público es una de las normas que la duquesa de Sussex acató al convertirse en miembro de la realeza. Aunque desde la Casa Windsor se muestran comprometidos con temas sobre los derechos humanos, la prohibición sobre pronunciarse abiertamente sobre sus ideas es tácita. Pero en su visita a Irlanda en julio, con la despenalización del aborto recién aprobada gracias a la mayoría del 66% que obtuvieron a favor en el referéndum, hubo un desliz. La senadora Catherine Noone, que asistía a una cena junto a los duques, compartió lo que, según ella, Meghan le había comentado en su encuentro: “La duquesa y yo hemos hablado sobre el referéndum, se mostró muy interesada y contenta con el resultado”, escribió Noone en un tuit que posteriormente fue borrado. Después aclaró que se había tratado de una “pequeña charla y que la duquesa no quiso opinar al respecto, pero fue encantadora”. “Como no se entendió mi primer post, he decidido borrarlo”, puntualizó.

7.Actualiza las normas de estilo de la Reina. La decisión estilística más alejada de las normas no escritas que la Reina Isabel II dictamina tiene que ver con el color de esmalte de uñas. Los colores oscuros están desterrados, pero en su aparición sorpresa en los Fashion Awards, Meghan las llevó con una manicura en color burdeos. Y en la presentación de su hijo también ha sido comentado el tono rosado, más claro de lo habitual, que ha desatado elucubraciones de todo tipo sobre de qué esmalte se trata. En la misma línea de saltarse las preferencias reales, su habitual renuncia a llevar medias, sus apariciones puntuales llevando pantalones y no faldas o vestidos y el último rumor: se maquilla ella misma.

8.Caminó sola al altar. Una de las tradiciones menos cuestionadas en las bodas al uso es la de que la mujer debe presentarse en el altar agarrada del brazo de su padre. Un hombre que la entrega a otro hombre. Quizás porque su relación con su padre es mala y este no acudió a la boda, quizás porque fue algo meditado con intención igualitaria, Meghan subió sola la escalinata de la capilla Saint George’s en Windsor. Ya en su entrada la otrora protagonistas de Suits se agarró durante unos minutos del brazo de su suegro, el príncipe Charles.

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