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No tuvo una infancia fácil – Nacida en Mogadiscio, Somalia, su padre Mohamed era diplomático y embajador somalí en Arabia Saudí, mientras que su madre, Marian, trabajaba de ginecóloga. Como le contó a Fern Mallis en 2015, “éramos muy, muy pobres, pero de alguna manera, como niños, nunca lo experimentamos. Nunca pasamos hambre. Mis padres eran muy políticos y realizaban dos o tres trabajos al mismo tiempo, así que ese es el entorno en el que crecí. Alentaron la educación, especialmente la mía, siendo una niña musulmana somalí”. Sin ir más lejos, como en Arabia Saudí no podía estudiar por el simple hecho de ser mujer, su familia decidió que terminara la educación secundaria en El Cairo. Tiempo después volvió a su país natal, pero en 1969, tras el asesinato del presidente Abdirashid Ali Shermarke y el golpe militar de Mohamed Siad Barre, huyó junto a su madre y sus cuatro hermanos hasta Kenia. “Imagínate: tenemos nuestro propio chófer, nuestro propio automóvil y vamos a todas partes con seguridad al ser la familia del embajador. De pronto Somalia tuvo una revolución y se convirtió en un régimen militar. Todas las embajadas estaban cerradas y, de repente, la gente con la que trabajaba mi padre desapareció. Así, en medio de la noche, mi madre tomó una camioneta y con poco más que la ropa que llevábamos puesta nos dirigimos a la frontera de Kenia y la cruzamos a pie. Literalmente tengo dos fotos mías de pequeña. Soy la cara de una refugiada. Los refugiados son, el 99% de las veces, personas que han abandonado sus países por temor a sus vidas”, detalló al respecto.