Mafalda: “No hay ningún problema en sentirse confundido, vulnerable o emocional”

Mafalda se divierte cambiando de estilismo, probando poses ante la cámara, tarareando las canciones que suenan de fondo en el estudio fotográfico. La moda, el arte y la música han estado siempre presentes en su vida. “Ha sido un regalo poder tener una madre que le dedica tanto a su trabajo, los fines de semana nos llevaba a galerías y museos, aprendí y absorbí la cultura gracias a ella. En nuestra casa somos bastante artísticos, y creo que en gran parte es por eso”, reflexiona. Porque Mafalda Sajonia-Coburgo-Gotha es la hija del príncipe Kyril de Bulgaria y de Rosario Nadal, musa de Valentino en los noventa y respetada asesora independiente de coleccionistas privados de arte. Ella no se ha iniciado en el coleccionismo, vive centrada en la música, pero asegura rotunda que si lo hiciera sería con una obra de la estadounidense Elizabeth Peyton.

A punto de cumplir los 27 años –el 27 de julio– prefiere que la llamen por su nombre a secas, sin apellidos, porque pese a ser un personaje conocido desde la cuna quiere marcar su propio ritmo. “Hago entrevistas para hablar de mi trabajo, hay que hacer llegar la música lo más lejos que pueda”, reflexiona.

Entrevista a Mafalda

Al hablar mezcla de forma inconsciente inglés y español, cuenta que le está gustando vivir por primera vez en Madrid. “Iba a mudarme antes, tenía el vuelo para el 16 de marzo de 2020, cuando lo cerraron todo”, precisa. El confinamiento cambió sus planes, pero ella mantuvo la intención de instalarse en España para presentar sus primeros temas en español. Porque en sus inicios siempre cantó en inglés: comenzó a actuar en público con un amigo que tocaba la guitarra y con el que iba los miércoles a las noches de micrófonos abiertos de los pubs londinenses; para entrar en la prestigiosa escuela de música Berklee –donde se formaron ganadores del Grammy como St. Vincent, Diana Krall o Juan Luis Guerra– entonó I’d rather go blind, de Etta James, y también eligió ese idioma en su concierto de debut oficial, durante el desfile de la colección otoño-invierno 2017 de Massimo Dutti en la Casa América de Madrid.

“Tú y yo / Estamos confundidos / Tú y yo / Estamos locos / Y un poco rotos“, canturrea para comprobar la acústica del estudio. Demasiado eco, concluye perfeccionista. El tema aún no ha salido a la luz, cuando se hacen estas fotos está preparando su lanzamiento –el 22 de junio– al detalle. El 8 de abril publicó el EP Bailando sin sentido, segundo trabajo tras su debut, Daisy Chain (2019). “Aunque la escribí a la vez, siempre supe que Rotos tenía que ser una canción separada, salir en el momento que yo creía que tenía que sacarla”, recalca mientras bromea con que le encantaría que se convirtiera en un éxito estival. “Como he pasado toda mi vida las vacaciones en Mallorca, lo de canción del verano me hace pensar en estar aquí, en España”, dice. No puede evitar una sonrisa al hablar de la isla de su madre. Con ella fue a su primer concierto, de Coldplay, a los ocho años. “Hago lo que hago gracias a mis padres, por la cantidad de música que nos han dado [a ella y a sus hermanos, Olimpia y Tassilo]: los conciertos a los que me llevaba mi madre, los documentales de música que veía con mi padre…”, afirma.

Uno de los primeros discos que se compró era “de una banda inglesa de chicas que se llama Girls Aloud”, de adolescente escuchaba en bucle a Bebe. “Era inspiring for me, siempre he admirado su trabajo”, asegura. Lejos de esos referentes, su estilo ha ido evolucionando hasta encontrar un camino propio: si la crítica etiquetó su primer trabajo como pop oscuro, sus nuevos temas suenan distinto, un pop con más guiños electrónicos y letras muy personales. “No hay ningún problema en sentirse confundido, vulnerable o emocional, no estás solo cuando eso pasa, no eres el único que está bailando sin sentido”. Su mensaje va acompañado de una apuesta estética, porque Mafalda disfruta con la moda. De Valentino aprendió de niña “lo importante del estilismo y de ser tú mismo, de sacar lo mejor de uno”, algo que ahora aplica en su carrera. Para definir la imagen de su EP colaboró con el estudio barcelonés Querida –que ha desarrollado proyectos con la fotógrafa Carlota Guerrero, la diseñadora Paloma Wool o la cantante Solange Knowles– y le gusta apostar por nuevos nombres. En la portada viste un cuerpo y unos pantalones ciclistas de Onrush, un joven dúo creativo afincado en Barcelona, y en el concierto de presentación del 21 de abril llevó un conjunto de Alejandre Studio, la pujante firma de Sandra Peñaranda Alejandre. “La descubrí en Instagram y contacté con ella. Hay mucha gente, creativos, artistas, que he conocido así”, explica, “porque me encanta descubrir diseñadores nuevos, estar ahí desde mi principio y su principio, apoyarnos… Recuerdo ver un documental con mi padre que contaba cómo Edward Enninful [actual director de la edición británica de Vogue] comenzó con Kate Moss, y a mí me gusta sentir eso, con mis amigos de Londres, de Berklee, de aquí, ver cómo vamos creciendo y haciendo una comunidad”. El amor al arte, a la creatividad, la impulsa a explorar. “Para mí la moda es otra manera de expresarme, moda y música van de la mano en todo”. ¿Un sueño? “Me encantaría cantar en el desfile de Valentino, es algo que han empezado a hacer hace unas temporadas con FKA Twigs o Labrinth”.

De momento avanza directo a directo. Este verano suma citas como la del festival Atlàntida de Mallorca y su nombre figura en el cartel del Primavera Sound 2022, encabezado por figuras como Dua Lipa, Lorde, Jorja Smith o Megan Thee Stallion. “Hay tanto talento de mujeres o bandas de mujeres que hoy en día no hay excusa para que haya más hombres como cabeza de cartel. Así era todo antes, un mundo masculino, pero en este nuevo mundo que vivimos no hay ninguna excusa. Haz el cambio, eso es todo”, zanja. Referentes y apoyo mutuo, defiende, son fundamentales para que esa transformación de la industria sea real: “Sí, he experimentado el machismo y tengo que decir que me siento muy agradecida de haber estado rodeada de mujeres músicas, productoras o compositoras que siempre me han dado muy buenos consejos que me han permitido ser más fuerte y me han enseñado cómo seguir adelante y no dejar que ese machismo te aplaste o que te pare, que tú vales más”.

Una y otra vez vuelve a lo importante que es para ella formar redes creativas. En su nueva vida en Madrid ha forjado vínculos que mezclan lo personal y lo profesional; comenta entre risas que le encantaría participar en MasterChef con sus amigas la fotógrafa Rocío Aguirre y la cantante Sandra Delaporte. Su especialidad es la melanzane alla parmigiana [berenjenas a la parmesana].”Lo que más me gusta es juntarme con amigos en casa, estar cocinando, riéndonos, tocando música”, subraya. Y traslada ese espíritu a su plan de futuro, seguir compartiendo ideas, explorar proyectos artísticos: “La creatividad y la cultura nos nutren y nos ayudan. Escuchar una canción, ver una película, un cuadro, leer una poesía… Son las cosas que en momentos duros están ahí”.

*Estilismo: Natalia Bengoechea. Maquillaje y peluquería: Miguel Ángel Tragacete para Kevin Murphy Spain y Le Pure. Asistente de estilismo: Sergio Martínez de Maya.