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Madonna: “Me violaron en una azotea cuando llegué a Nueva York”

La cantante revela en un artículo autobiográfico una de las experiencias más traumáticas de su juventud en su primer año en Nueva York, antes de convertirse en una gran estrella del pop.

Madonna

Madonna ha revelado en un artículo firmado por ella misma para la revista estadounidense Harper’s Bazaar un dramático capítulo de su juventud: una violación que sufrió en sus comienzos en Nueva York. "El primer año, me amenazaron con un arma. Me violaron en la azotea de un edificio al que fui arrastrada con un cuchillo en la espalda. Robaron en mi apartamento tres veces destrozándolo todo. No sé por qué, nunca tuve nada de valor", cuenta la cantante. 

Madonna, portada de Harper’s Bazaar, detalla cómo vivió esa época de sueños en la que viajó desde Michigan hasta la Gran Manzana para convertirse en una verdadera artista y expresarse en "una ciudad de inconformistas y gente atrevida". “Pero Nueva York no fue todo lo que yo pensé que sería. No me recibió con los brazos abiertos”, cuenta la cantante.

La reina del pop reconoce con crudeza los miedos que tuvo en sus comienzos y cómo logró reponerse y sobrevivir. “Pagaba mi alquiler posando desnuda en escuelas de arte”, cuenta. “Era duro y estaba sola pero tenía que ponerme retos cada día para continuar”.

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"Me preguntaba si valía la pena. Me consolaba con una postal de Frida Kahlo pegada a la pared, viendo su bigote y pensando que era una artista a la que no le importó lo que la gente pensaba de ella. La admiraba. A pesar de que la gente la trató mal, ella se atrevió. Entonces pensé que yo también podría", relata la estrella del pop.

Madonna también habla con detalle en su artículo autobiográfico de su inconformismo juvenil, su peculiar relación con la religión, su matrimonio con el cineasta británico Guy Ritchie, sus deseos de ser madre y sus continuas provocaciones a todo lo establecido.

"Nunca quise hacer lo que hace todo el mundo. "Para mí, hay una diferencia entre las reglas y el orden. Las reglas son aquello que las personas siguen sin rechistar. El orden es lo que se consigue cuando las palabras y las acciones unen a las personas en lugar de separarlas. Sí, me gusta provocar, está en mi ADN. Pero nueve de cada diez veces tengo una razón para hacerlo", admite en su artículo de la revista estadounidense.

Cordon Press

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