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Lily Allen ataca de nuevo

Después de tres años de retiro, la cantante reapareció en la escena musical el pasado mes de noviembre con un nuevo single cargado de polémica. Durante el 2014 promete estar más que presente.

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Getty

En junio de 2012 los medios y blogs de todo el mundo volvieron a posicionar a Lily Allen como protagonista de sus titulares después de que ella misma confirmase su vuelta a la música de una manera muy propia de su personalidad desenvuelta y, por qué no decirlo, insolente: a través de Twitter. La cantante británica soltó la noticia a la vez que contestaba a Peter Robinson, editor de PopJustice, en un golpe de efecto concentrado en menos de 140 caracteres: “Deberías de saber que actualmente estoy en el maldito estudio con Greg Kurstin, así que ¡Cállate Pete!”.

La expectación que despertó su anuncio fue directamente proporcional al tiempo que la artista había estado alejada de la vida pública. En otoño de 2009, después del éxito de su segundo disco It’s Not Me, It’s You, Allen publicó en su blog (el método de comunicarse directamente con sus fans lo lleva aplicando desde sus inicios, cuando MySpace todavía era la red social del momento) que no tenía pensado renovar su contrato con EMI, aunque “No está dejando la música” sino que “No está pensando en un siguiente disco ya que todavía se encuentra en la promoción del actual” tal y como comentó posteriormente su portavoz. No era un adiós, sino un hasta luego que duró prácticamente tres años durante los que tampoco estuvo especialmente parada: se casó, se mudó a las afueras de Londres, tuvo dos hijas y abrió una tienda de ropa vintage con su hermana Sarah Owen llamada Lucy In Disguise, que acaba de cerrar recientemente.

Lily Allen es la portada del número de marzo de Elle UK.

Sin embargo, esa aparentemente idílica vida de ex estrella del pop retirada y entregada a su familia no fue suficiente para la cantante. En febrero del año pasado, apenas un mes después de tener a su segunda hija, la cantante se subió al escenario por primera vez tras su despedida para cantar Smile en directo durante el desfile de la marca Etam en la Semana de la Moda de París. Etiquetada bajo el hashtag #mumback, su vuelta a la escena (tanto musical como de la moda) interpretando la canción que la había llevado al éxito internacional allá por el 2006 no podía estar más cargada de simbolismo. A partir de dicho momento, las evidencias de su vuelta se fueron acelerando hasta convertirse en un hecho: solo un mes después de su actuación en la capital francesa declaraba en Twitter: “A veces me gustaría tener mejores cosas que hacer que cambiar pañales, hacer la cena, ver la p*** tele y responder a los trolls de Internet #aburrida #necesitosalirmas”. Lily Allen quería volver y lo estaba haciendo.

Noviembre fue el mes en el que el regreso se materializó (conservando su propio apellido pese a lo que había declarado anteriormente acerca de adoptar el de su marido) y, por supuesto, vino con una polémica de la mano: Allen fue acusada de racista por el vídeo de Hard Out Here, la primera canción que daba a conocer y cuya temática principal es una crítica al sexismo en la escena musical. “Siempre me han llamado bocazas pero en realidad solo estoy hablando. En la industria de la música las mujeres están controladas por ejecutivos masculinos que les dicen que hagan de Kate Moss. Mantén la boca cerrada o la gente se reirá de ti”, explicó la propia cantante tras el revuelo causado por su nuevo trabajo.

En el mes de diciembre, dos de sus canciones alcanzaron el Top 10 simultáneos en las listas de éxitos (uno de ellos la versión de Somewhere Only We Know, de Keane para el anuncio de John Lewis) y mediados de enero de 2014 se dió a conocer el segundo sencillo del disco que en teoría se publicará al completo en el mes de marzo, titulado Air Balloon y cuyo vídeo se ha grabado en Sudáfrica. Días después posaba ante las cámaras antes de sentarse en el 'Front Row' del desfile de la colección de Alta Costura de Chanel para la primavera/verano de 2014 en París, como buena musa de Karl Lagerfeld (quien fue el autor del vestido de la boda de la cantante con Sam Cooper). No solo había vuelto a la música sino que volvía a convertirse en el referente que había llegado a ser años atrás.

El relato de su trayectoria llega al presente e incluso le sobrepasa: la cantante es la portada de la edición británica de la revista Elle, en la que aparece vestida de Miu Miu y que, por supuesto, va a acompañada por una entrevista con declaraciones tan rotundas como: “Por supuesto que prefiero parecerme a Kate Moss que a mi misma. Preferiría no sentirme así y creo que la razón por la que nos sentimos así es por la imaginería que consumimos constantemente. Todavía se espera de las mujeres, de una extraña manera, una especie de… siéntate ahí y luce bonita y no hables”. Si ha empezado así el año, es de esperar que durante los siguientes meses Lily Allen va a dar mucho que hablar: ella ha vuelto y no va a disculparse por ello.

Lily es una de las musas de Karl Legerfeld y no quiso perderse el desfile de Chanel en la pasada semana de Alta Costura de París.

Getty

Lilly Allen el día de su boda.

Cordon Press

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