Las rarezas de Tilda Swinton

No es la primera vez que la Swinton se echa la siesta en un centro de arte. La idea nació en 1995 en la londinense Serpentine Gallery. 'The Maybe'. Instalación en The Serpentine Gallery, Londres. 1995

El dúo británico Orbital llamó a la actriz en 1996 para el vídeo más marciano de su carrera, The Box, que fue considerado un cortometraje y fue objeto de admiración en festivales de cine.

Su magnética presencia, de Céline y en blanco y negro, para el cortometraje de Glen Luchford encargado por la edición digital de Dazed and Confused.

Entre sus nuevos proyectos, Only Lovers Left Alive, una historia de amor entre vampiros del siempre original Jim Jarmusch con la que tiene muchas papeletas de pasarse por la alfombra roja de Cannes el próximo mes de mayo.

Su fama de excéntrica salpica a su vida privada. Cuando decidió separarse amigablemente de su marido John Byrne para iniciar una relación con el artista alemán Sandro Kopp, compartiendo casa con ambos, la prensa tildó la relación de ménage a trois.Cordon Press

El fotógrafo Tim Walker también explotó al máximo la rareza de la actriz escocesa para protagonizar el número de agosto de 2011 de W.Tim Walker/ W Magazine

Orlando, el personaje de Virginial Wolf que trasciende las fronteras del género y del tiempo, es uno de sus primeros y principales papeles en el cine. Con él confirmaba ya en 1992 su condición de icono andrógino.Liam Longman © Adventure Pictures Ltd.

A medio camino entre la performance y la moda, Impossible Wardrobe sirvió para que Swinton recuperara vestidos que son considerados obras de arte en el Palais de Tokyo (París).Impossible Wardrobe, 2012 © Katerina Jebb

En 2008 se centró en crear su propio festival de cine, Ballerina Ballroom Cinema of Dreams. Lo organizó cerca de su casa, en Nairn (Escocia) y solo tuvo una edición. Evento familiar y a la vez cine de autor en un salón de baile victoriano.Ballerina Ballroom Cinema of Dreams

Los turistas y visitantes del MoMA de Nueva York se han tenido que quedar de piedra ante una muestra que bajo el nombre The Maybe contenía en su interior varios cojines, una jarra y ni más ni menos que a la actriz. Recostada plácidamente dentro de una urna de cristal, la escocesa ha servido a una nueva forma de espectáculo que dura todo el día y que repetirá en días sucesivos a lo largo de todo el añoGetty / Cordon Press